NÚMEROS QUE NO CIERRAN
Es indefendible el presupuesto de la universidad pública
"Aulas superpobladas, elevado ausentismo, prestigiosos titulares de cátedra que delegan el dictado de clases en ayudantes ad-honorem, relajamiento en el nivel científico, discrecionalidad en la asignación de cargos eludiendo concursos transparentes”: esa es la universidad pública hoy día, de la que muchos 'progres' están orgullosos y piden más dinero para más de lo mismo... o peor.
La Reforma de 1918 necesita una nueva reforma porque el resultado le sirve solamente a unos pocos clientelares de este sistema en crisis.
Jueves 19 de mayo de 2016
El cálculo lo hizo el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, que dirige Alieto Guadagni, quien interpreta que en semejante disparidad “incide notablemente que la graduación universitaria es muy baja en nuestro país, debido a la gran deserción estudiantil, no sólo cuando se la compara con las naciones industrializadas, sino también con países de nuestra región como Cuba, Brasil, Chile, Colombia y México”.
Según información publicada por el Ministerio de Educación, el porcentaje de egresados respecto al total de estudiantes universitarios se mantuvo en la última década en alrededor del 5%.
El economista jefe del Instituto de Desarrollo Económico y Social Argentino (IDESA), Jorge Colina, afirma en el último reporte que “la involución de la universidad pública está asociada a la mediocridad en la gestión. Se promete movilidad social con ingreso libre a la universidad, se multiplican los presupuestos, pero se administran muy mal los recursos humanos y físicos”.
Prosigue: “El resultado son aulas superpobladas, elevado ausentismo, prestigiosos titulares de cátedra que delegan el dictado de clases en ayudantes ad-honorem, relajamiento en el nivel científico, discrecionalidad en la asignación de cargos eludiendo concursos transparentes”.
La descripción contrasta con el aporte que ha venido haciendo el Estado por cada profesional egresado en la última década:
> La inversión pública anual en universidades nacionales, corregida por inflación, pasó de $14.000 a $50.000 millones a precios del 2015, es decir, aumentó un 260%.
> La cantidad de egresados universitarios por año pasó de $63.000 a $82.000, o sea que se incrementó en un 30%.
Esto implica que la inversión pública universitaria por egresado aumentó un 180% pasando de $220.000 a $611.000, a precios del 2015.
La conclusión de IDESA es que “este enorme esfuerzo de inversión no redundó en mejoras en la formación de los estudiantes, sino en un masivo derroche de fondos públicos. Aunque los recursos aumentaron considerablemente se mantuvieron muy altos los niveles de repitencia y deserción”.
Por su parte, el Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano marca que, adicionalmente, existen diferencias significativas entre las diversas universidades nacionales.
Pone como ejemplo la de Jujuy, cuyo presupuesto por graduado es 5,7 veces el de Universidad de San Martín, debido a que su presupuesto total es 16,4% más elevado, mientras que San Martín tiene 4,7 veces más graduados.
Y que algo similar ocurre al comparar la de Salta con la de Lomas de Zamora.
El presupuesto de la primera es 21% mayor, pero la graduación en la segunda es 394% superior.
Contabiliza 47 universidades públicas nacionales y 7 institutos universitarios públicos nacionales en el país.
La diferencia es que las primeras desarrollan diversas disciplinas mientras que los institutos se concentran sólo en algunas disciplinas específicas.
En total suman 54 instituciones universitarias financiadas por el Estado nacional donde asisten 1,5 millón de estudiantes.
IDESA sostiene que “para muchos alumnos estas condiciones son fuente de frustración y motivo de atrasos y deserción. Los que más sufren estas condiciones son quienes más necesitan del soporte estatal por tener apoyos familiares más débiles y una formación básica de menor calidad”.
Desencuentros
En el medio del conflicto con los gremios universitarios, la Universidad de Buenos Aires salió a aclarar que no está de acuerdo con el sistema de distribución propuesto por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) de los fondos adicionales que el gobierno anunció que girará a las universidades nacionales.
Se trata de los $500 millones para cubrir el impacto presupuestario de la actualización de tarifas de servicios públicos.
La UBA considera que todas las universidades deben recibir el presupuesto que necesitan para su normal funcionamiento; sin embargo, el criterio propuesto por el CIN distorsiona lo que cada universidad debe recibir, lo que le dificultaría a la UBA cubrir el pago de los servicios públicos.
Su postura ante la comisión de Asuntos Económicos del CIN ha sido que los fondos se distribuyan de acuerdo al impacto de la actualización de las tarifas.
En tal sentido, se elevaron las necesidades al Ministerio de Educación y a la Secretaría de Políticas Universitarias quienes, en definitiva, son los únicos que poseen la potestad de distribución de partidas.
fuente
"urgente24", 19.05.2016
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