Daniel Muñoz, el hombre que se llevó a la tumba muchos secretos de los Kirchner
26-05-2016 La vida del ex secretario cambió súbitamente tras la muerte de Néstor Kirchner.
De virtual valet pasó a vivir con lujos, a viajar con su mujer en primera clase a París y a comprar propiedades en Miami.
Hace poco fue intervenido quirúgicamente y, anestesiado, dijo: "La bóveda está en Charata"
El país estaba "pensando" en otra cosa.
La Argentina, los argentinos, se estaban contando.
Los censistas golpeaban puertas, se sentaban, preguntaban y en extensas planillas escribían números: de personas, de habitaciones y de otras cosas.
Y él, que era argentino, también contaba. Pero contaba otra cosa. No estaba en su casa, sino en la de sus patrones. Dicen que Daniel Muñoz contaba y embolsaba dinero. Mucho dinero.
Es una versión que, de tan repetida, quedó impresa en el imaginario colectivo como un hecho inapelable.
El día de la muerte de Néstor Kirchner, su secretario todoterreno –el mismo que este miércoles se conoció que murió de cáncer de estómago y se llevó muchos secretos a la tumba– fue apurado al paquetísimo departamento que sus jefes tenían en el edificio de Juncal y Uruguay y vació el dormitorio principal.
Allí, cuentan confidentes memoriosos, habría estado depositado de manera precaria el principal insumo para hacer política de los Kirchner: dinero.
El operativo se cumplió mientras el país estaba en shock y escuchaba y veía, pegado a radios y televisores, lo que era un hecho que políticamente iba a cambiar la vida de los argentinos.
Y, también, de manera súbita, la de Daniel Muñoz, el valet de mayor confianza de los presidentes.
Un camión se paró en una de las dos puertas del edificio y cargó los bolsos que, antes, Muñoz había armado con cuidado y estrategia.
Las mismas fuentes creen que esa distribución en bolsos pudo ser el momento en que el empleado cambió su fortuna.
Es que el dormitorio privado presidencial estaba repleto de dinero acomodado de manera más o menos descuidada.
Y era una habitación grande.
El edificio de Juncal y Uruguay, donde Cristina Kirchner se alojó cuando vino a Buenos Aires a declarar ante la Justicia por el negociado del dólar futuro.
En el quinto piso, en el dormitorio, habría estado oculta parte de la fortuna familiar que Muñoz estuvo encargado de trasladar.
De esas horas de desesperada retirada a Santa Cruz, sólo quedan las evocaciones que unos dicen, otros escuchan y pocos repiten.
Pero a partir de eso, la vida de Daniel Muñoz cambió. Y para bien.
Después de un tiempo de prudente duelo, el empleado que acompañó a los Kirchner desde el estudio jurídico –el mismo desde el que Cristina Kirchner ejerció, exitosamente, la abogacía– dejó de trasladar valijas ajenas.
El nivel de vida cambió y su lugar de residencia también.
Los rastros del pesado cargamento de dinero y las voces que los nombraban empezaron a borronearse hasta ser invisibles.
Después de ese operativo, Daniel Muñoz, su esposa, Carolina Pochetti, y su hija cambiaron de lugar de residencia, de hábitos y de ocupación.
A la luz de la investigación de Infobae en Miami y de los #PanamaPapers, se prepararon para convertirse en expertos en conformación de sociedades comerciales y en inversiones inmobliarias generadas mediante sistemas de verdaderas "mamuschkas" que ocultan propietarios y paraderos.
En simultáneo, quienes lo conocían de los tiempos del frío sur se sorprendían al saber de los gustos renovados y refinados del ex valijero y su esposa.
Viajes a París. En primera, obviamente.
Pasajero frecuente de Air France y de locales de Louis Vuitton y sus bolsas. Los bolsos.
Dulces rutinas que se vieron interrumpidas el año pasado por un enemigo inesperado: el cáncer.
Daniel Muñoz hizo tratamientos que parecieron torcer un mal pronóstico y hubo una operación que pareció mezclarlo todo.
Lo intervinieron en el estómago y cuentan quienes conocieron a los médicos que, anestesiado, repitió entre balbuceos:
Se trata del pueblo que fue conocido como "capital nacional del dengue" y está en el Chaco, una provincia inhóspita y "subinvestigada", pese a que abundan los rastros de que allí hay "terminales nerviosas" de los negocios más opacos que hicieron los empresarios cercanos a Néstor y Cristina Kirchner.
En esa provincia, el hombre fuerte es Jorge "Coqui" Capitanich, con quien Carolina Pochetti, la esposa de Daniel Muñoz, tiene buen trato.
Allí, en esa provincia tendría esa mujer enormes extensiones de tierra.
Todo tiene que ver con todo.
fuente
"iProfesional", 26.05.2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario