¡¡¡¿¿¿LOS MOYANOS VS. OCAÑA???!!!
26 enero, 2018
La guerra de Moyano
El nuevo editorial de Alfredo Leuco
en "Le doy mi palabra"
Se viene un choque de planetas. Hugo Moyano, el
sindicalista con mayor capacidad de daño y movilización, le declaró la guerra
al gobierno de Mauricio Macri.
Asustado por la posibilidad de ir preso, el
líder de los camioneros hizo declaraciones incendiarias.
Veamos que dijo Moyano:
– Que no se arrodilla ante nadie y que este
gobierno se lo quiere llevar por delante porque se oponen a las reformas que
perjudican a los trabajadores.
– Que Graciela Ocaña no es una hormiguita, es
una cucaracha que nunca trabajó.
– Que convocaba a una gran marcha sobre plaza
de mayo para el 22 de febrero.
– Que si tiene que ir preso le gustaría
hacerlo en la celda de al lado Franco Macri, el padre del presidente.
– Que este gobierno no tiene ninguna capacidad
para manejar la crisis económica y que los trabajadores van a hacer un esfuerzo
por que esto termine con la menor violencia posible.
– Que Cristina tiene que volver al peronismo y
que no le consta que ella sea corrupta.
Estas palabras cargadas de pólvora y amenazas
demuestran que está dispuesto a patear el tablero y que no tiene problemas en
sumarse al Frente para el Golpe que lidera Cristina Fernández de Kirchner y
cuyos principales francotiradores son Eugenio Zaffaroni, Hebe de Bonafini y
Luis D’Elía.
No es casual que el comandante de La Cámpora, Andres “El Cuervo”
Larroque se haya solidarizado con Moyano ante el avance de las investigaciones
por corrupción que está padeciendo.
Es una extraña alianza entre gente que antes
se odiaba.
Porque Luis Barrionuevo, enemigo acérrimo de Cristina y bastante
distanciado de Moyano durante mucho tiempo, también fue funcional a esta movida
destituyente.
Con su sincericidio habitual, Barrionuevo lo dijo con todas las
letras: “No le pisen la cola al león”, y recordó que ni Alfonsín ni De la Rua
pudieron terminar su mandato por enfrentar al sindicalismo.
Hubo reacciones de la sociedad democrática
pero no fueron masivas ni contundentes.
Marcos Peña, jefe de gabinete dijo que
se trataba de una amenaza mafiosa y berreta.
Esta mañana, Horacio Rodríguez
Larreta calificó a esas declaraciones como “patoteras”.
A favor de Moyano se puede decir que nunca
acordó con ningún gobierno.
Su metodología es el apriete y el bloqueo de
empresas.
Enfrentó a Menem, a De la Rúa, a Néstor al final, a Cristina y ahora
a Macri.
Sus afiliados son de los mejores pagos que hay entre los trabajadores
y las prestaciones en salud y hotelería que reciben son superiores a la media
de sus compañeros.
Eso le da un alto grado de representatividad entre los
camioneros pero un alto nivel de desprestigio en la mayoría de la sociedad que
está harta de las patotas antidemocráticas que no respetan la soberanía popular
de las urnas.
Macri debe saber que más temprano que tarde se
viene la madre de todas las batallas.
Es de vida o muerte política.
Si el
presidente logra disciplinar a Moyano y meterlo en el sistema republicano habrá
conseguido lo que ningún presidente no peronista pudo en 90 años: entregar en
el 2019 en tiempo y forma su gobierno.
Incluso, si le va bien económicamente,
hasta podría conseguir la reelección.
Pero si ocurre lo contrario, si la
economía cruje, si se multiplican los paros, los cortes de rutas y avenidas, el
piquete a empresas y las marchas caóticas, Macri quedará debilitado y al borde
de la destitución.
Eso es lo que enseña la historia.
Es el ejemplo que puso
Barrionuevo: el que le pisa la cola al león del sindicalismo no termina su
mandato.
Es gravísimo pero es así.
Que el gobierno no
se equivoque minimizando el tema.
Que se prepare para combates durísimos y
prolongados.
Que busque aliados fundamentales entre los gremios como pueden ser
los transportes o los gremios industriales y que establezca una táctica
inteligente sobre la mesa de arena.
Macri no puede ir al choque contra Moyano
solamente con la banda presidencial en el pecho.
Porque el camión lo va a pasar
por encima.
Macri tiene que ir rodeado de su legitimidad democrática pero de
una alianza social multipartidaria y multisectorial que quiera desterrar para
siempre al sindicalismo extorsivo y corrupto.
Ya mismo el gobierno de Cambiemos
debería estar tejiendo ese tipo de acuerdos.
En solicitadas, en actos
callejeros, en ampliar su base de sustentación política con nuevas
incorporaciones de dirigentes y con un gran acuerdo económico social donde
estén todas las partes, empezando por los gremios más racionales, los
empresarios, los líderes parlamentarios y la Iglesia junto a otras confesiones.
Esa convocatoria amplia a defender las instituciones y la paz social sería un
signo de fortaleza y no de debilidad como muchos piensan.
Débil es que se aisla
y se queda solo con sus banderas.
Un lugar clave en toda esta movida tiene que
ocupar Graciela Ocaña.
Ella fue la persona más votada de la Argentina y tiene
una imagen impecable de honestidad y coraje.
Cambiemos no la tiene que dejar
sola.
Se me ocurre que todas las mujeres generarían un hecho político de alto
impacto si aparecen en una conferencia de prensa juntas: hablo de María Eugenia
Vidal, Gabriela Michetti, Elisa Carrió, Laura Alonso, Gladys González, entre
otras a las que se podría invitar a opositoras democráticas como Margarita
Stolbizer, por ejemplo.
Es solo una idea de alto impacto político.
Ocaña no es una cucaracha a la que se puede
pisar fácilmente.
Es una laboriosa hormiguita que investigó y denunció a los
corruptos de todo tipo.
Hace 7 años hizo una presentación por enriquecimiento
ilícito contra Hugo Moyano y esa causa la tiene el juez Claudio Bonadio.
Ella no tiene miedo pero tiene que tener
cuidado.
En este país asesinaron a un fiscal de la Nación como Nisman que tenía
todas las luces puestas sobre su figura por haber denunciado a la presidenta de
ese momento.
Eso significa que todo es posible. Que hay que estar alertas y con
los ojos bien abiertos.
Moyano debería explicar porque vive como
millonario mientras los camioneros por mejor pagos que estén, son pobres en su
mayoría.
Es tragicómico pero en la última declaración de la CGT, se critica a
Macri por hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.
Lo patético es
que lo que decían eso (no todos por supuesto) son ricos y jamás hicieron otra
cosa que ocupar cargos sindicales.
No quiero generalizar porque el que generaliza
discrimina.
Conozco dirigentes sindicales honrados y de manos limpias.
Pero es
cierto que frente a los delincuentes mafiosos y extorsionadores como Caballo
Suarez, Pata Medina, Humberto Monteros y Marcelo Balcedo o Jose Pedraza, emiten
opiniones muy débiles y llenas de eufemismos.
No salen a repudiar a aquellos
ladrones que mancillan el buen nombre de los gremialistas honrados.
Y ese silencio
es demasiado parecido a la omertá, a la complicidad o a una defensa
corporativa.
Moyano debe probar que no es delito el
mecanismo de su gremio que tiene como proveedores privilegiados a empresas de
su esposa y de sus hijastros.
El dice que eso no es delito.
Veremos que dice la
justicia.
Como decía el general: dentro de la ley, todo, fuera de la ley, nada.
Moyano pateó el tablero y no dejó espacio para
ninguna negociación.
Le mojó la oreja al presidente Macri. Lo desafió a pelear.
Por eso digo que se viene un choque de planetas.
Una batalla por la libertad,
la honradez y la democracia.
Moyano y Macri, pronto subirán al ring y sonará el
gong. Y alguien dirá: “Segundos afuera”.
Si gana Moyano y Macri tira la toalla,
todos los argentinos quedaremos en la lona.
Si gana Macri los argentinos
tendremos una nueva oportunidad para construir juntos una democracia
republicana con mayor justicia social e igualdad para todos y con todas las
libertades vigentes.
Quien quiera oír, que oiga.
Fuente
“RADIO MITRE”, 26.01.2018
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