Los sindicatos
convocan protestas para exigir a Sánchez que cambie ya la reforma laboral
La ejecutivas de CC OO y UGT se ven hoy
para llamar a la movilización y presionar al Gobierno
Han negociado meses con el Ministerio de Trabajo cambios en la negociación colectiva para revertir parte de la reforma laboral o introducir vías de control de la jornada laboral.
En diciembre, el pacto —sin CEOE— estaba casi hecho.
Pero no ven que el Gobierno lo lleve al BOE. Para exigirlo, hoy se reúnen las direcciones de ambas centrales y convocarán movilizaciones hasta el 8 de marzo.
Entre ellas destaca un acto en Madrid que pretende reunir a 10.000 sindicalistas el 8 de febrero.
En realidad, las ejecutivas de ambos sindicatos se ven este martes para convocar un calendario de movilizaciones para los próximos dos meses que, entre otros, tiene un acto central el 8 de febrero que pretende reunir a 10.000 sindicalistas en Madrid, admiten fuentes próximas a la dirección de las dos centrales.
Las protestas se extenderán, al menos, hasta el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.
Entonces, UGT y CC OO convocaron paros parciales de dos horas.
Esa parece la opción que se abre paso de nuevo este año, apuntan las mismas fuentes, que no descartan ampliar la convocatoria a toda la jornada en los sectores más feminizados.
Por el contenido de las conversaciones que se iban conociendo, pronto se vio que los empresarios, todavía con Juan Rosell al frente, se oponen.
Esto resta opciones de que el pacto se plasme en un decreto con posibilidades de salir del Congreso sin grandes cambios.
Pese a ello, las conversaciones continuaron.
La secretaria de Acción Sindical de CC OO, Mari Cruz Vicente, llegó a anunciarlo.
Esto provocó una reacción muy crítica de CEOE, encabezada ya por Antonio Garamendi, con palabras duras.
Ante esto, la ministra Magdalena Valerio enfrió las expectativas de un pacto rápido.
“Está maduro”, argumentaba ayer un dirigente sindical. Nada de esto ha sucedido y los sindicatos han decidido poner en marcha las movilizaciones para presionar al Gobierno.
También les ha irritado que el PSOE esté tratando de sacar adelante en el Congreso esa reforma parcial, con un contenido que rebaja lo hablado con Trabajo, aprovechando una proposición de ley.
Admiten que es difícil que todo lo escrito en los documentos intercambiados con el Ejecutivo salga adelante.
“Somos conscientes de la situación parlamentaria”, señalan.
Pero les enoja que no se escenifique “con el presidente del Gobierno el trabajo de estos meses”.
Es decir, un acto con Pedro Sánchez firmando una serie de documentos que comprometan al PSOE si finalmente nada saliera adelante y hubiera elecciones.
DOS
CAMINOS PARA LLEGAR A UN MISMO LUGAR
La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha avisado de que con 84 diputados solo pueden derogar parte. Pero está chocando con trabas.
La situación cambió conforme avanzaba el mes y ganó enteros la vía parlamentaria, donde el PSOE se esmera en convencer a Podemos tras atraerse al PDeCAT.
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