De Vido, en el eje del esquema de negocios K más redituable
El escenario tras el Caso López
Buena parte de los funcionarios que lo acompañaron terminaron envueltos en causas judiciales.
A Baratta, De Vido lo conoció en un bar que solía frecuentar en el microcentro.
Sus charlas no comenzaron siendo de política: cuentan quienes estuvieron cerca de ambos en los primeros años del kirchnerismo que el subsecretario de Coordinación vendía quiniela.
El estrecho vínculo que entablaron le permitió ser uno de los hombres de mayor confianza de De Vido.
Pero la capacidad de Baratta la ponían en duda hasta puertas adentro del Gobierno.
Incluso el propio ex ministro Axel Kicillof, quien lo responsabilizaba por el déficit energético.
Para entender la relación entre De Vido -ó el kirchnerismo en general- con José López sólo alcanza con describir su cargo: secretario de Obras Públicas, un área que manejó más de US$ 90 mil millones.
López era un hombre coqueto y renegaba tanto de su calvicie que, pese a ser un funcionario de alto rango, no tuvo prurito en someterse a un implante capilar.
Pero también era, como De Vido, un constructor de poder.
En el peronismo conocen bien el poder de su chequera.
Muchos dirigentes, que ahora lo desconocen, disfrutaron de su generosidad.
También están quienes lo sufrieron.
Algunos en carne propia, como el intendente de San Martín Gabriel Katopodis: cuando se fue al massismo, López se instaló en su distrito y alimentó discrecionalmente con fondos a la oposición.
Látigo o billetera. “López no sólo es De Vido: López también fue Cristina”, señaló a este diario un dirigente del PJ bonaerense que también sufrió la influencia de López en su distrito.
El caso de Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte, es una síntesis de cómo funcionó el engranaje dentro de Planificación.
Condenado por tres causas, recién este año, cuando corroboró que el kirchnerismo (sic, ¿debiera decir "no"?) correría en su auxilio, Jaime apuntó contra Néstor y Cristina Kirchner por la compra de material ferroviario inservible.
¿Qué rol cumplía Jaime?
Quien fuera su subsecretario, Ricardo Cirielli, le puso palabras: "He viajado en ascensor con Jaime llevando bolsos para Néstor Kirchner".
Las maniobras de recaudación de fondos que se hacían en el ministerio son detalladas con precisión en el libro "Hablen con Julio", de los periodistas Diego Cabot y Francisco Olivera.
Una de ellas resulta desopilante: cuenta cómo, por instrucción presidencial, los hombres de De Vido se encargaron de recaudar fondos ante empresarios de la construcción para apadrinar el regreso del boxeador Jorge "Locomotora" Castro, quien se recuperaba de un accidente automovilístico.
Claudio Uberti fue uno de los primeros en ser eyectados del Gobierno: De Vido debió pedirle la renuncia como titular del OCCOVI, luego de que fuera imputado por contrabando, en el marco de la causa por el ingreso ilegal del valijero venezolano Antonini Wilson.
Igual, el vínculo continuó. Argentina siguió haciendo negocios con Venezuela.
El círculo de confianza de De Vido lo cerraban Jorge Mayoral (secretario de Minería), Daniel Cameron (Energía), Abel Fatala -segundo de López- y Carlos Santiago Kirchner, primo de Néstor y coordinador de la Obra, también investigado por irregularidades en el manejo de fondos.
Blanco de investigaciones y denuncias por tantos desmanejos, De Vido debió anticiparse a sus jefes en el ataque a los medios.
Curiosamente, contó para ello con el vocero que luego adoptaría Cristina: Alfredo Scoccimarro.
fuente
"Clarin.com", 19.06.2016
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