Gabriela Michetti contratará una auditoría para saber los números del Senado, donde antes de llegar calculó que hay dos mil ñoquis y dijo estar dispuestas a echarlos.
Para evitar una protesta como la que sufrió Emilio Monzó en Diputados, la vicepresidenta esperará contar con datos precisos sobre cuánto gasta la Cámara alta y quiénes van realmente a trabajar.
Apelaría a una Universidad pública del área metropolitana y no a una consultora privada.
Y algunos datos le permitieron saber que algunas irregularidades saltarán a la luz de todas maneras.
Es que durante la gestión de Amado Boudou el incremento de la planta de personal fue tan grande que por primera vez en la historia el Senado pasó a tener más empleados que Diputados.
Los gremios adjudican ese crecimiento a una “tecnificación” del Senado, que sumó algunas áreas como la televisión digital. Sin embargo, la página web nunca se cayó tantas veces como en la era Boudou.
Por si fuera poco, tuvo la política de ser generoso con los senadores, incluso creando cargos nuevos para los que cumplían su mandato.
Fue el caso de la chaqueña Elena Corregido, directora del Observatorio de Derechos Humanos del Senado.
Entre los que se van también habría premios: Boudou habría creado un “nexo” con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para contener a la pampeana María de los Ángeles Higonet.
Hay más: Roxana Latorre habría logrado un nombramiento en la biblioteca del congreso de la Nación, administrada por una bicameral que en los últimos seis años estuvo a cargo de la santafesina, una aliada clave del Frente para la Victoria en las votaciones.
No fue un premio menor, porque se trata de uno de los presupuestos más tentadores para ocupar los cuatro edificios que tiene la biblioteca.
Las bicamerales tienen una asignación de recursos propia asignada en el presupuesto nacional, o sea, Michetti no podrá objetarla.
Sí podrá meter mano en el dinero que llega a las comisiones específicas del Senado.
Otros cuellos de botella de la administración son la asignación de pasajes a los senadores y la cantidad de empleados en condiciones de jubilarse que prefieren seguir en el cargo.
En el primer caso, los bloques políticos se codean por el reparto de los tramos terrestres y aéreos, no podrán hacerlo sin pasar por el filtro de Michetti.
La cantidad de longevos en los pasillos es un tema serio en ambas cámaras del Congreso y se debe a que un empleado jerárquico pierde demasiado dinero si se jubila. Y todos prefieren seguir.
fuente
"LaPolíticaOnline", 20.12.2015
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