AUDITORÍA SE SOLICITA
Falta una auditoría pública del legado K
Los K quieren hacer creer que dejaron un bazar lleno de porcelana china y que el elefante macrista lo destruyó.
El kirchnerismo
dejó a la economía parada durante cuatro años, y durante ese período
paró también la inversión, que de no ser revertida con urgencia, no
asegura otra cosa que la continuidad del parate y con él el parate en
el empleo.
De no sacar al cepo del medio, la inversión siempre sería
mínima.
Esta es una situación que el propio equipo de Scioli no solo
admite sino que, en la intimidad, está aliviado de no haber sido ellos
los que han tenido que tomar las decisiones que Cristina y Kicillof
demoraron irresponsablemente.
El ex ministro de Economía fue aún más
allá en su desmesura al calificar esas medidas como “crímenes”.
Es
difícil saber cuánto de oportunismo y cuánto de estudiantina tiene este
exabrupto pero, como muchas conductas, son reveladoras del síndrome de
abstinencia de poder que sacude a ciertos personajes del kirchnerismo.
El
cepo fue quitado y la catástrofe anunciada al menos hasta ahora no se
produjo.
La inflación también tenía su cepo en buena parte de la
recesión disfrazada de 12 cuotas.
Cualquiera que quiera hacerlo puede
entender eso.
Y esto otro: conviene a todos, no sólo políticamente al
Gobierno, cuidar cómo sigue. Porque la inflación, ya se sabe, será un
factor decisivo en el futuro inmediato.
Si hay un apresuramiento
gremial, habrá un apresuramiento empresario, que notoriamente ya lo
hubo.
Y es hora de no repetir, como se repitió con el atraso cambiario,
la repetición de la vieja historia inflacionaria.
Macri tomó sus primeras decisiones económicas que, era obvio, contradice el mantenimiento de los últimos tiempos.
Hay
que ser justos en un punto: la economía no está peor porque llegó
Macri sino por lo que dejaron Cristina y Kicillof, comenzando con el
fabuloso negocio de los dólares a futuro.
Lo que el Gobierno demora
es la auditoría de lo que recibió.
No basta con que la gobernadora de
la provincia de Buenos Aires diga que recibió una administración
“quebrada” ni que informalmente se diga que lo que dejaron fue un
“desastre”, oculto por un relato de victoria.
La rendición de cuentas,
si es que están dispuestos a hacerla debe ser concreta y no puede ser
solo una denuncia política.
El kirchnerismo quiere demostrar que en
el bazar de porcelanas chinas que dejaron entregó el elefante macrista.
El peligroso clisé de la profecía autocumplida recorre todo el
discurso del ex oficialismo.
Hasta Guillermo Moreno se dio el lujo de usar la televisión pública para seguir con la mentira del INDEC kirchnerista.
Macri seguramente se equivocará- ya lo hizo claramente- pero asumió hace 13 días.
fuente
"Clarin.com", 23.12.20154
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