- Martes, 8 de marzo de 2016
La canasta básica de un jubilado llegó a los $ 6.105 el mes pasado
La brecha con el haber mínimo trepó a 42%.
El cálculo no contempla el pago de alquiler.
Necesitan gastar cerca de unos $ 203 por día.
El 55% se va en alimentos y 35% en remedios.
Para vivir dignamente un jubilado en Mendoza necesitó en febrero como mínimo $ 6.105, para así cubrir sus necesidades básicas.
Esto representa que para vivir en condiciones dignas precisó $ 203,50 por día.
Estos números quedaron reflejados en el informe de Canasta Básica Total (CBT) de la consultora Evaluecon correspondiente a febrero.
Esta cifra, como viene sucediendo en los últimos años, resulta alarmante cuando se la compara con el haber mínimo por ley que hoy percibe un jubilado.
Dos adultos mayores de 65 años para vivir dignamente necesitaron $ 12.210 un 43% por debajo de sus ingresos familiares que serían de $ 8.598 a febrero.
Recordemos que, hasta el mes pasado, cada beneficiario tenía un haber mínimo de $ 4.299.
Cabe aclarar que, en comparación directa con lo que ocurría el año pasado, la distancia entre jubilación mínima y CBT se ha achicado.
En términos porcentuales, la diferencia en 2015 era mayor -51%- cuando la jubilación era de $ 3.231,63 y la CBT era de $ 4.890.
Además, a partir de marzo, el haber mínimo aumentó un 15%.
De este modo, cada jubilado pasó a cobrar $ 4.943,85; a pesar de ello, con la CBT de febrero aún se mantiene $ 1.161,15 por debajo del gasto necesario mensual.
La distribución de gastos
Según explicó el economista José Vargas, director de la consultora Evaluecon, la Canasta Básica Total de jubilados se diferencia de la CBT común por los diversos patrones de consumo que tienen los mayores frente a alguien de menor edad.
En este sentido, es que señaló que por ejemplo, una de la prioridades que tienen en sus gastos es alimentos especiales y medicamentos.
Ahora bien, si un jubilado (solo) gana el mínimo de $ 4.299 destinaría el 55% de los ingresos a la alimentación, lo que representa un total de $ 2.364,45 por mes.
Sobre este ítem, José Vargas detalló que dentro de los gastos comunes entre las personas de la tercera edad, en lo que tiene que ver con alimentación figuran productos que una familia tipo no consume en su mayoría, como puede ser carne magra, galletas sin sal, edulcorante, leche sin lactosa, pan de salvado, sal sin sodio, agua mineral, cereales, alimentos fortificados, entre otros.
“Todo esto -según expresó- es lo que encarece en gran proporción la canasta de alimentos de los jubilados”.
Luego, en segundo lugar, 35% de los ingresos de un jubilado son destinados a la compra de medicamentos, lo que representa $ 1.504,65 del ingreso necesario para vivir dignamente.
Sobre este punto, Vargas indicó que no se toma en consideración remedios para enfermedades especiales, sino medicamentos comunes como vitaminas, antibióticos, suplementos, analgésicos, descongestivos y aspirinas, entre otros.
“Por lo que todos aquellos, con afecciones particulares, tienen un gasto superior y en algunos casos que no pueden cubrir sin ayuda financiera por parte de familiares”, remarcó.
Finalmente, en tercer lugar el informe considera que el 10% restante se utiliza para pagar servicios básicos como luz, gas, agua y teléfono.
De este modo, es que queda de manifiesto que esta CBT de jubilados toma en consideración que el jubilado o tiene casa propia, o si alquila, la ayuda viene de otros ingresos y no de la jubilación.
Esto se debe -aclaró el economista- a que la gran mayoría de los encuestados respondió que no paga alquiler, ya sea por que tienen casa propia o viven con algún familiar.
Frente a todos estos gastos, es que el experto aseveró que para una persona de la tercera edad, con un patrón de consumo como el que detalló, le resulta muy complicado vivir en condiciones dignas, sobre todo cuando se tiene en cuenta que algunos gastos no pueden atenuarse o cambiar, como es el caso de medicamentos y alimentación saludable.
Incrementos
Además del aumento anual, el informe indica que desde enero a febrero, la CBT de un jubilado tuvo un incremento del 3% y desde diciembre, del 8,05%, pasando de $ 5.650 a $ 6.105.
Según explicó Vargas, el claro disparador de este aumento, y que impacta sobre el valor total de la canasta de una persona de la tercera edad, es todo lo que tiene que ver con alimentos y bebidas en primer lugar; y luego, gastos de salud, básicamente medicamentos.
El problema de las personas de la tercera edad, es que “su canasta no tiene flexibilidad para atenuar los aumentos de precios que se vienen aplicando en Mendoza”.
De este modo, es que el economista concluye que la suba de precios impacta muy fuerte, sobre todo teniendo en cuenta “las bajas jubilaciones”.
Indicó el director de Evaluecon que uno de los ítems que más perjudicaron en el incremento de la CBT han sido los alimentos, sobre todo desde noviembre del año pasado, cuando carne y verduras tuvieron un fuerte aumento, impactando sobre sus haberes.
De este modo, es que Vargas sumó que en términos cuantitativos, el consumo de las personas mayores ha crecido tanto en valores absolutos como relativos.
Este crecimiento guarda relación, sobre todo, con el incremento de la jubilación mínima de los últimos años por la ley de movilidad jubilatoria.
No obstante, como señala el informe, el problema surge “cuando se utilizan criterios comparativos con el resto de la población.
Aparece, en el consumo de las personas mayores, una contracción del gasto, que es correlativa con la disminución de los ingresos que se produce a partir de la fecha en la que la familia, que vivía del trabajo de sus miembros activos, pasa a depender de las pensiones de jubilación”.
Cabe recordar además, que el IPC medido por la misma consultora, muestra una suba del 28,4% en los últimos doce meses.
fuente
"Los Andes", 08.03.2016
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