14 mar 2016

DÓLAR FUTURO...




DÓLAR FUTURO...
EL SAYO TIENE DUEÑO





 
Lunes 14 de Marzo de 2016 

Por el dólar futuro se perderán $100.000 millones y habrá mayor presión sobre la inflación y el tipo de cambio

 

14-03-2016 Forma parte de "la herencia" pero las consecuencias se hacen sentir ahora. 

El negociado millonario deja su huella en la operatoria del BCRA, en las altas tasas de interés, en la presión sobre los precios y en la cotización del billete verde. 

El paso a paso para entender lo que viene


 
 
El pasado y el presente del dólar "futuro" rankean, sin lugar a dudas, entre los principales problemas que debe enfrentar el Gobierno.

Los dolores de cabeza que genera este tema son de tal magnitud que los funcionarios del Banco Central tienen sobradas razones para mostrarse preocupados.

Cuando Alejandro Vanoli estaba al frente del BCRA, ofrecía pagar -por ejemplo- $10 para los acuerdos de dólar futuro establecidos con fecha marzo.

Él y el mercado sabían que esos mismos contratos en el exterior se pactaban a $15.

¿Por qué? Porque los inversores entendían que un tipo de cambio a $9,40 (cotización oficial en el tramo final de su gestión) estaba visiblemente atrasado.

De hecho, todo el mundo daba por descartado que -más temprano que tarde- iba a sobrevenir una devaluación, hecho que finalmente ocurrió.

Así las cosas, al pasar el billete verde a valer cerca de $15,00, entonces la diferencia de $5 tendría que pagarla el Banco Central.

Esta brecha que se originó en cada convenio, multiplicada por la monumental cantidad de contratos pactados durante el tramo final de la gestión K, encendió luces de alarma en el ente monetario, pues ha generado pérdidas multimillonarias.

Para amortiguar la enorme emisión que hubiese sido necesaria para "pagar la fiesta", se llegó a un acuerdo por el cual se fijó un precio del orden de los $12 para las operaciones cerradas en octubre y noviembre.

En plata, ¿de cuánto se habla? Todas las operaciones abiertas entre septiembre y noviembre del 2015 acumularon la friolera de u$s17.000 millones para vencimientos que recaen este año (entre los meses que van de enero a junio).

La ganancia de una de las partes (miles de compradores) representa la pérdida de la otra (el vendedor, en este caso el Banco Central).

Es, precisamente, este último -ahora comandado por Sturzenegger- quien tendrá que poner de su bolsillo la diferencia entre la cotización actual del billete verde y estos $12, bastante mas arriba de los $10,50 al que los "regaló" Vanoli.

Todos los operadores en la city porteña señalan que las transacciones convenidas en el mercado local -de modo discrecional y con volúmenes inusuales- se descargaron de inmediato en la plaza de Nueva York, donde los precios eran sustancialmente superiores.

Las pérdidas del BCRA derivadas de estos acuerdos son multimillonarias, sea por lo que ya pagó como así también por lo que deberá desembolsar.

Sólo entre enero, febrero y marzo, el quebranto llegó a casi $65.000 millones:

-Diciembre, $40.000 millones

-Enero, unos $9.000 millones


-Febrero, cerca de $14.000 millones


Y seguirán en ascenso, probablemente hasta los $100.000 millones, ya que aún persisten convenios abiertos realizados sobre finales de la era K que fueron pactados hasta junio de este año.

Este "negociado" terminó en la Justicia, a raíz de la denuncia presentada por Federico Pinedo y Mario Negri, que entienden que hubo un claro delito de defraudación contra la administración pública.

Compre ahora, pague después
 
La "herencia" del dólar futuro tiene varias aristas que deben ser tenidas muy en cuenta, en particular las relacionadas con:


-El largo camino que aún resta recorrer hasta su normalización.

-La presión que ejercen los vencimientos sobre el tipo de cambio.

-La expansión de pesos que genera.

Cuando el dólar fue liberado y empezó a "flotar", el Banco Central quedó en medio de un verdadero campo minado.

¿Por qué? Porque en la medida que pasa el tiempo tiene que:

1. Volcar una gran masa de pesos al mercado para cancelar esos contratos.

2. Pero, una vez hecho esto, se da vuelta y tiene que salir a retirarlos, con el fin de secar la plaza de moneda local (para restarle presión a la inflación).

3. Los hace emitiendo "papelitos" -también llamados títulos Lebac- por los que ofrece una suculenta tasa de interés.

4. En otras palabras, retirar ese excedente de pesos le cuesta hoy día entre un 35% y hasta casi un 40% anual (que es el interés que debe convalidar en cada licitación de las mencionadas Lebacs).

Papel y lápiz
 
Al día de hoy, aún existen "posiciones abiertas" por casi 10 millones de contratos hasta fines de junio (3,5 millones que vencen en marzo y los 6,5 millones restantes repartidos entre abril y junio).



Cada uno de esos 3,5 millones de contratos, que irán finalizando en lo que resta de este mes, tiene un valor nominal de u$s1.000, de modo tal que aún están pendientes unos u$s3.500 millones.

Según las reglas del mercado, estos se cierran tomando en cuenta el precio vigente versus el de compra, teniéndose que pagar la diferencia en pesos.

Hablando en plata: entre los $12 (pactados) y los $15 (actuales), la ganancia de quienes compraron dólar futuro se eleva a $3 por contrato.

Esto, multiplicado por el volumen comercializado a fines de la era K, les significa al BCRA el tener que pagar de su bolsillo y asumir una pérdida de:

-Un total de $10.500 millones en marzo.

-Algo más de $7.000 millones en abril.

-Cerca de $7.500 millones en mayo.

-Unos $7.500 millones en junio.


Calculadora en mano, entre marzo y junio, la factura acumulada será por unos $33.000 millones.

A esa cifra se suman los $65.000 millones de diciembre, enero y febrero.

Esto, claro está, para alegría de los inversores que compraron dólar futuro y para tristeza de Sturzenegger.

¿Cómo funciona el mercado?
 
El circuito del dólar futuro opera del siguiente modo:


• Los inversores compran contratos a un tipo de cambio preestablecido.

• Aun cuando se pacten valores en moneda extranjera, este mercado opera en pesos, tanto para entrar como a la hora de liquidarse los convenios.

• Los contratos se liquidan por diferencias en forma diaria, por lo que al fin de la operación las mismas captarán el paso a paso en la evolución del precio.

• Los inversores g
anarán si el tipo de cambio (al día del vencimiento del acuerdo) supera al que figura en el convenio. En este caso, será el Banco Central quien paga ese gap.


A modo de ejemplo, si se comercializaron en noviembre de 2015 a $10 (con fecha marzo 2016) y, para esa fecha, la divisa cotiza a $15, entonces el BCRA tiene que abonar los $5 de diferencia.

Obviamente, cuanto mayor sea la devaluación de aquí a junio, mayor será el monto que deberá desembolsar, que se suma a lo ya cancelado.

De acuerdo con datos oficiales, la principal (y prácticamente única) fuente de expansión de la cantidad de dinero que se viene observando, surge precisamente de esta compensación.

Según el juez Bonadío, que lleva la causa, el Banco Central señaló "números escandalosos en concepto de pérdidas que deberá asumir".

"Del total de la emisión monetaria desde el 16 de diciembre de 2015 al 24 de febrero de 2016, el 87% se destinó al pago de los quebrantos de las operaciones de dólar futuro", indicó el magistrado.

Y agregó que "si se toma el período 31 de diciembre de 2015 al 24 de febrero de 2016, el 100% de la expansión de la base monetaria bruta fue destinada a los mismos fines".

Efectos colaterales
 
Dada la magnitud de los vencimientos, todo indica que en este lapso van a sobrar pesos en el circuito financiero que generarán efectos no deseados tanto sobre el dólar, como sobre el nivel de las tasas y en la inflación.


Analistas consultados por iProfesional afirman que la suba del billete que se observó desde mediados de enero hasta principios de marzo se debió, en gran parte, al doble efecto que generaron las sucesivas liquidaciones ocurridas en ese lapso.

Es decir:

-Quienes cobran sus contratos de futuro reciben pesos.

-Esos pesos, inmediatamente son volcados a la compra de moneda estadounidense.

-Esa mayor demanda -sumada a la de importadores y a la del público de a pie- presiona al alza al billete verde.

-A su vez, esa presión alcista les otorga a los tenedores de estos acuerdos un beneficio adicional: acrecienta la brecha entre el precio "viejo" y el vigente.

Ante la magnitud de los vencimientos que están por venir, no sería extraño que el BCRA profundice sus intervenciones en el mercado.

"Uno de los efectos no deseados que acarrea la liquidación del dólar futuro es que quienes liquidan sus contratos se hacen de pesos que luego derivan, casi de manera automática, a la compra de dólares en el mercado oficial", explica el analista Agustín Cramo.

"Esta operatoria genera una demanda adicional que fogonea el precio y genera un beneficio extra, ya que contribuye a aumentar la brecha entre el valor pactado y el de liquidación", agrega.

"Todos están en el mercado oficial porque están comprando con el dinero que ya ganaron en la plaza de futuros. Es dinero que tiene un origen fácilmente comprobable", coincide en señalar un reconocido corredor de cambios.

Para tener una idea de la magnitud de este "negocio para pocos", analistas sostienen que el costo de estas ventas de dólar futuro es prácticamente el mismo que el que se le pagará a los buitres "más duros", ya que ronda los u$s4.600 millones.

"Cuando se termine de cancelar todo lo que comprometido, el monto involucrado equivaldrá al 10% del dinero que hay en circulación", señalan fuentes del mercado.

Obviamente que estos montos que se vuelcan al circuito son producto de una emisión pura, que en nada ayuda a bajar la inflación y a moderar las presiones alcistas sobre el billete verde.

"Como el dólar sigue en ascenso, tendencia que se mantendrá hasta abril -cuando comience la liquidación de la cosecha- es de esperar una mayor esterilización mediante Lebacs, con tasas de interés más altas que las actuales", afirma el economista Kevin Sijniesky.

Estos factores son lo que explican la actual lucha para que el tipo de cambio se estabilice en $16 y no siga en ascenso, ya que cuanto más se incremente, mayores serán las pérdidas del BCRA por este concepto. 

Y, además, obligará a la entidad a una mayor emisión.

fuente
"iProfesional", 14.03.2016

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.