Todos los caminos de la mega corrupción de estado conducen a Cristina pero, antes, hay una parada en la estación Echegaray.
Hasta el propio presidente Mauricio Macri se refirió al tema.
“Hay que andar bien con la AFIP y pagar los impuestos y no apropiarse de los que no son propios. Y si no fíjense en los que hoy están en los diarios”.
El jefe de estado hizo una obvia referencia a los empresarios y los funcionarios kirchneristas que están más comprometidos con las estafas contra el país, con coimas monumentales, lavado y robos de todo tipo, pero que contaron con la complicidad de la AFIP durante el mandato de Ricardo Echegaray.
Por eso digo que está parado al lado del precipicio y su futuro puede estar en la cárcel, en el mismo pabellón de varios viejos conocidos a los ayudó a robar: hablo de Lázaro Báez y Amado Boudou, entre otros reos.
Hoy se supo que Echegaray le ocultó a la justicia las deudas impositivas que Lázaro tenía exactamente por 1.754 millones de pesos.
El objetivo fue ayudarlo a zafar de una causa por evasión agravada que tenía.
¿Se entiende todos los delitos que se cometieron en un solo acto?
Echegaray escondió los datos que hubieran condenado a Báez.
Y sin embargo lo sobreseyeron.
Esto se conoció gracias a un informe que la actual agencia recaudadora le hizo al juez Sebastián Casanello que investiga a Báez por lavado de dinero.
Pero esto no es todo.
También fue socio o cómplice o partícipe necesario de la defraudación al estado que Cristóbal López hizo cuando se apropió de alrededor de 10 mil millones de pesos de impuestos a los combustibles que debería haberlo pasado al fisco después de cobrarlos.
Cuatro años de Cristina en su segundo mandato. Cuatro años de Echegaray. Y cuatro años de Cristóbal haciendo esa trampa con el mismo mecanismo.
Retenía impuestos y se los apropiaba para comprar otras empresas, varias de ellas medios de comunicación.
En el caso Ciccone, la causa estrella de Boudou y su banda, el jefe de la AFIP de aquel momento también tuvo un rol clave.
El arrepentido Alejandro Vandenbroele confirmó en Tribunales lo que los periodistas de investigación ya habían revelado.
Que Echegaray otorgó, a pedido de Boudou, un plan especial para levantar la quiebra de Ciccone.
Por eso Laura Alonso, la titular de la Oficina Anticorrupción se asombró porque Echegaray todavía no está procesado.
Si lo está en otras causas.
Por ejemplo en la contratación irregular del servicio de limpieza para todo el edificio de la AFIP.
Coimas y sobreprecios dice la justicia y por eso, también lo embargó en 15 millones de pesos.
También fue procesado por falso testimonio.
Quiso hundir a Alfonso Prat Gay y le inventó una situación inexistente.
Tal vez por eso otro delincuente pero más marginal como Leonardo Fariña definió a Echegaray como “un extorsionador serial”.
Aunque parezca mentira y producto de nuestras burocracias tan temidas, Ricardo Echegaray sigue cobrando su sueldo de la AFIP y está en comisión en el Congreso de la Nación.
En todos los casos emblemáticos está Echegaray. Por eso está en la mira.
En el complejo tema de la empresa OCA, Echegaray también tiene que explicar cómo hizo Patricio Farcuh, el presunto dueño y/o socio de Hugo Moyano para tener una deuda de 3.400 millones de pesos con la AFIP mientras que cualquier mortal es poco menos que colgado del obelisco si se atrasa un mes con el monotributo.
Estamos hablando del mayor correo privado de la Argentina.
Tiene 7.000 empleados y nos debe 3.400 millones de pesos a todos los argentinos.
Hoy la empresa no paga un peso a nadie.
Es una clara defraudación al estado.
El muy caradura tuvo que renunciar a la Auditoría General de la Nación a donde lo había mandado Cristina para comprar impunidad.
Era una mojada de oreja a todos los ciudadanos decentes que semejante personaje sea el encargado de bregar por la honradez y la transparencia de los funcionarios.
Se lo digo con más claridad todavía.
No se puede poner al lobo a cuidar el gallinero.
En aquel momento, el justicialismo le sacó la escalera y lo dejó colgado del pincel. Le habían soltado la mano.
Eran tantas las acusaciones y las sospechas que ya no podían protegerlo más.
En ese momento Echegaray comenzó a resbalar y en estos días se está por caer en el agujero negro.
Echegaray ha sido claramente una suerte de jefe del encubrimiento de la asociación ilícita que integró la familia Kirchner.
Ese es el rol que tuvo que jugar Echegaray.
Cada uno atiende su juego.
La AFIP fue utilizada como un instrumento de castigo y hostigamiento a políticos disidentes y periodistas opositores pero, fundamentalmente como una coraza protectora que blindaba de impunidad a los malandras de estado.
Echegaray fue el responsable de hacer eficiente para el mal a la AFIP.
Fue el jefe de los encubridores.
El que daba garantía y certificado de impunidad.
Para decirlo en criollo: el que les decía “roben tranquilos muchachos que Papá los protege”.
Es la pieza clave que permitió que la ruta del dinero K evadiera por los menos 830 millones de pesos en facturas truchas que luego eran lavadas en La Rosadita y otras entidades al servicio de la banda de kirchneristas enriquecidos a la velocidad de la luz.
El valijero arrepentido, Leonardo Fariña denunció que por cada factura trucha que Echegaray dejaba pasar, se llevaba el 15% de coima.
Hasta el narco Ibar Pérez Corradi apuntó a Echegaray.
Estaba todo tarifado.
Al que más protegió Echegaray, con excepción de la familia K, fue a Lázaro.
Pero batió todos los records de perversidad.
Ricardo Echegaray, el ángel protector de los demonios K, hizo una locura para blindar a Lázaro.
Escuche bien: Cerró la oficina de la AFIP en Bahía Blanca, 49 trabajadores cesaron en sus funciones y Bahía Blanca pasó a depender de Mar del Plata.
Eso se llama borrar huellas y no macanas.
Pregunta incisiva: ¿Alguien cree que Ricardo Echegaray se hubiera atrevido a cometer semejante delito sin la orden de Cristina?
Se investigaban facturas truchas que permitían evadir impuestos y disfrazar sobreprecios para las coimas y retornos de la obra pública.
Segunda pregunta incisiva: Si Echegaray tiene las manos tan manchadas, ¿Se imagina la mugre de Lázaro? ¿O la de Cristina? ¿Qué recibió a cambio? ¿Dólares, euros, poder, impunidad?
Insisto: se le vino la noche a Echegaray.
Hoy está en problemas.
Puede defenderse porque es abogado especialista en derecho tributario y fue guardamarina en el Liceo Naval Militar Capitan Moyano antes de incorporarse a UPAU, la fuerza universitaria que tributaba a la UCeDé, el partido de Alvaro y María Julia Alsogaray.
En Santa Cruz se hizo amigo de Rudy Ulloa Igor y eso lo catapultó a la Aduana de Rio Gallegos en tiempos de Kirchner.
Hoy está frente a un precipicio. ¿Dará un paso al frente?
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