CHILE A LA ESPERA
La resistencia
que encontrará el Papa en Chile
Autor: Ignacio Bazán
La visita del Papa a Chile en enero no es bienvenida por todos.
En las organizaciones relacionadas con la denuncia de abusos dentro de la
Iglesia se está gestando un seminario que trae a activistas internacionales
relacionados con el tema justo el día en que Francisco pise suelo chileno.
Y
eso no es todo. También evalúan coordinar una serie de actos de protesta
durante la visita papal.
La reacción vino después del funeral del ex arzobispo de Boston
Bernard Law en la Basílica San Pedro, en el Vaticano.
Ahí estaba el Papa
Francisco ofreciendo una corta bendición a quien fuese inculpado de ocultar y
proteger una serie de abusos sexuales a niños ocurridos en su arquidiócesis
entre 1984 y 2002 y que terminó dando origen a la película ganadora del Oscar,
Spotlight.
Law,
quien murió el pasado 20 de diciembre, a los 86 años, tras una corta estadía en
un hospital del Vaticano, protegió a una docena de religiosos acusados de
abusos sexuales a niños y tuvo que renunciar a su cargo después de que el
Boston Globe destapara su red de protección a sacerdotes pedófilos.
Uno de
ellos fue acusado de haber violado o acosado a 130 niños, pero en lugar de
sacarlo de su cargo, Law lo iba moviendo de parroquia en parroquia.
Tras
su renuncia a la Arquidiócesis de Boston, Law se trasladó al Vaticano, donde
siguió su carrera religiosa como obispo y cardenal.
Los testimonios dentro de
la Santa Sede apuntaban a que Law era una víctima de los eventos que lo
terminaron sacando de su cargo en Boston, en lugar de un encubridor.
Paradójicamente, luego del estreno mundial de Spotlight, Radio Vaticano
calificó la película como “honesta” y “convincente” y dijo que ayudó a la
Iglesia Católica en EE.UU. “a aceptar plenamente el pecado, admitirlo
públicamente y pagar todas las consecuencias”, mientras Law seguía ejerciendo
cargo en la misma sede papal.
El
gesto del Papa Francisco no pasó desapercibido para las organizaciones
encargadas de denunciar estos abusos y de proteger a las víctimas.
José Andrés
Murillo, filósofo y presidente de la Fundación para la Confianza, además de uno
de los tres denunciantes principales en los casos de abuso del sacerdote
Fernando Karadima, ya está organizando un seminario que agrupa a los líderes de
estas organizaciones -y que llegarán desde diferentes países del mundo- para el
15 de enero, el día en que el Papa llega a Chile.
“Todavía no definimos el
lugar, pero queremos que sea cerca de la nunciatura”, dice Murillo. “El
seminario se hará, probablemente, a la hora en que el Papa esté pisando suelo
chileno”, señaló.
Aunque
Murillo dice que la Fundación para la Confianza no se hará parte de eventuales
protestas como institución, sí se espera que varios de los asistentes protesten
ante el Papa por la protección que se ha brindado a encubridores y realizadores
de abusos sexuales.
“Puede que haya protestas, pero aún no se define quiénes
irán y cómo se harán”, explica Murillo.
El
periodista Juan Carlos Cruz, otro de los denunciantes en el caso Karadima junto
al mismo Murillo y James Hamilton, llegará el 12 de enero desde Estados Unidos,
país en el que hoy reside, para participar en el seminario y las protestas o
actos que se lleguen a organizar.
Cruz
es parte de TAP, The Accountability Project, algo parecido al “Proyecto de la
Responsabilidad”, fundado por Barbara Blaine, una activista que luchó para
denunciar los abusos cometidos dentro de la Iglesia y que murió en septiembre
pasado de una infección coronaria.
Cruz cuenta que a través de este proyecto ha
viajado por diferentes ciudades del mundo, como Dublín, Washington, Chicago,
intentando crear conciencia en apoyo de las víctimas.
El mes pasado estuvo en
Varsovia, Polonia, donde “el encuentro se hizo a escondidas, porque la Iglesia
allá es muy poderosa”, dice.
“Aun así un cura se las arregló para entrar y
espiar el encuentro”, comenta.
Los que vienen
Entre
las personalidades extranjeras que vendrán para la visita de Francisco están
Sara Oviedo, una ecuatoriana que fue elegida para ejercer el cargo de
vicepresidenta del Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas; Peter
Saunders, un inglés que fue abusado por dos curas en su niñez, fundador de la
Asociación Nacional de Personas que Sufrieron Abusos en la Infancia y que en el
último tiempo formó parte de la Comisión Abuso, que fue impulsada por el propio
Vaticano, instancia que abandonó en diciembre de este año por considerarla
inoficiosa.
También
están Alberto Athie, un mexicano que ayudó a destapar los casos de abuso de los
Legionarios en México; Pedro Salinas, peruano que investigó y denunció, a
través de un libro publicado este año en Perú, los abusos al interior del
Sodalicio de vida Cristiana, una sociedad de vida apostólica compuesta por
religiosos y laicos, y Denise Buchanan, una jamaiquina que escribió el libro
Pecado de los Padres, sobre su experiencia luego de quedar embarazada tras la
violación de un sacerdote en Kingston, embarazo que fue abortado luego de que
las autoridades de la Iglesia de esa ciudad se lo ordenaran.
Todos
ellos serán parte del seminario y de las diversas actividades de resistencia a
la venida de Francisco.
A ellos se sumarán 30 personas que vendrán desde Osorno
y que son miembros de la diócesis del obispo Juan Barros, acusado de encubrir
los abusos cometidos por Fernando Karadima en la iglesia de El Bosque y a quien
el Papa Francisco designó como obispo y luego apoyó con declaraciones en 2015.
Esa vez el Papa dijo: “La única acusación que hubo contra ese obispo fue
desacreditada por una Corte Judicial. Entonces, por favor, no pierdan la
serenidad. Osorno sufre, sí…, pero por tonta. Porque no abre su corazón a lo
que Dios dice y se deja llevar por las macanas que dice toda esa gente”.
Barros
sigue en su cargo en Osorno hasta el día de hoy, pero sufre constantes
protestas de distintos sectores de creyentes de esa ciudad.
Cruz
explica los objetivos que tendrá el grupo de líderes que ha denunciado abusos
en diferentes iglesias del mundo.
“Somos un grupo que viene a apoyar, sobre
todo, a esa gente que no tiene voz”, dice refiriéndose a parte de la comunidad
católica de Osorno que resiste al obispo Barros.
“Ellos saben que Juan Barros
veía cómo abusaban en la parroquia de El Bosque. Ellos van a venir y van a
hacer una conferencia. Lo más importante es desenmascarar al Vaticano que, en
el fondo, para que estas cosas pasen, para que los Errázuriz, los Ezzati,
Barros, Valenzuela, Arteaga, puedan ser lo que son y abusar y esconder abusos
así no más, es porque viene de arriba”.
Su
visión del rol de Francisco en la prevención y en impartir justicia en los
distintos casos de abuso es derechamente mala.
“El Papa habla de mucha
tolerancia cero y es mucha farsa”, asegura Cruz.
“Ahí tienes algunos que han
cometido abusos sexuales a menores como Precht y que ahora está volviendo al
ministerio.
John O’Reilly está condenado por la justicia chilena y se pasea por
todas partes.
Karadima en un retiro dorado.
El Papa, al mayor encubridor de
pedófilos, Bernard Law, le hizo una misa el jueves pasado y la presidió.
Mandó
a disgusto al cardenal australiano George Pell, su mano derecha, a Melbourne,
donde no solo va a ser juzgado por encubrir abusos, sino que por abusos él
mismo”, remata.
Cuando
la estadía papal en Chile se acabe, todos viajarán a Perú, incluido Cruz, para
realizar el mismo tipo de actos de protesta durante la visita del Papa a ese
país.
“Vamos por el mundo haciendo conciencia y ayudando a los que no tienen
voz”, asegura Cruz.
Al
parecer, el Papa encontrará cierta resistencia en su paso por Chile.
Fuente
“LA TERCERA”, Chile, diciembre 2017
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