4ª REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y…
LA NECESIDAD DE EVOLUCIONAR
El tsunami tecnológico que se avecina
Hoy en día, nos encontramos en las primeras etapas de la Cuarta Revolución Industrial.
Los desarrollos en genética, inteligencia artificial, robótica, nanotecnología, impresión 3D y biotecnología, por nombrar tan sólo unos pocos, todos están construyendo y amplificándose entre sí.
Ello sentará las bases para una revolución más amplia y acaparadora que cualquier otra revolución que hayamos conocido nunca.
Los sistemas inteligentes en los hogares, fábricas, granjas, redes eléctricas o ciudades ayudarán a abordar todos aquellos problemas que van desde la gestión de la cadena de suministro hasta el cambio climático.
El aumento de la economía permitirá a la gente monetizar todo, desde su casa vacía hasta su coche.
Si bien el cambio inminente será muy prometedor, los patrones de consumo, producción y empleo creados por la Cuarta Revolución Industrial también plantean retos importantes que requieren adaptación proactiva por parte de las empresas, gobiernos e individuos.
Simultáneamente a la revolución tecnológica se encuentran un conjunto de factores socioeconómicos más amplios, geopolíticos y demográficos de cambio, cada uno interactuando en múltiples direcciones e intensificándose mutuamente.
En la medida que las industrias se ajustan de una manera completa, la mayoría de las ocupaciones están experimentando una transformación fundamental.
Mientras que algunos trabajos se ven amenazados por la redundancia y otros crecen rápidamente, los trabajos existentes también han de modificar el conjunto de habilidades o destrezas que se requieren de ellos.
El debate sobre estas transformaciones, a menudo, se polariza entre aquellos que prevén nuevas oportunidades sin límites y los que prevén una perturbación masiva de los puestos de trabajo actuales.
De hecho, la realidad será muy específica y diferente para cada empresa, región y ocupación en cuestión, así como la capacidad que tendrán los diversos actores para manejar el cambio.
El Informe sobre el futuro de los empleos es un primer paso para concretar los cambios que se están llevando a cabo.
Aprovecha el conocimiento de aquellos que están mejor situados para observar la dinámica de la fuerza de trabajo —los directores de Recursos Humanos y Estrategia— preguntándoles qué significan los cambios actuales, específicamente para el empleo, las habilidades y el reclutamiento entre industrias y geografías.
En particular, se ha introducido una nueva medida —la estabilidad de las habilidades u destrezas— para cuantificar el grado de afectación o desorden que se producirá en una ocupación determinada, en un trabajo familiar o en los trabajos de toda una empresa.
También se ha podido proporcionar una visión de la dinámica de género en los cambios en curso, elemento clave para entender cómo se distribuirán los beneficios y las cargas de la Cuarta Revolución Industrial.
En general, la perspectiva para el empleo en la mayoría de las industrias es modestamente positiva, y se esperan nuevos puestos de trabajo en varios sectores.
Sin embargo, también está claro que, esta necesidad de más talento en ciertas categorías de puestos de trabajo, vendrá acompañada de una alta inestabilidad en las demandas de cualificación en todas las categorías de puestos de trabajo.
En conjunto, el crecimiento neto del empleo y la inestabilidad de la cualificación requerida se dan en la mayoría de las empresas que actualmente se enfrentan a retos de reclutamiento importantes y a una escasez de talento, un patrón ya evidente en los resultados de hoy y que empeorará en los próximos cinco años.
La cuestión, entonces, es saber cómo las empresas, los gobiernos y los individuos reaccionarán a estos desarrollos.
Para evitar un peor escenario, el cambio tecnológico acompañado de la escasez de talentos, el desempleo masivo y la creciente desigualdad, la capacitación y el perfeccionamiento de los trabajadores de hoy será crítico.
Aunque se ha hablado mucho de la necesidad de una reforma en la educación básica, simplemente no es posible afrontar la actual revolución tecnológica esperando que la mano de obra de la próxima generación esté mejor preparada.
En cambio, es fundamental que las empresas asuman un papel activo en el apoyo a su fuerza de trabajo actual a través del reciclaje profesional, que las personas adopten un enfoque proactivo para su propio aprendizaje permanente y que los gobiernos creen un ambiente propicio, rápido y creativo para ayudar a estos esfuerzos.
En particular, la colaboración empresarial dentro de las empresas será indispensable para crear mayores grupos de talentos especializados.
Es consecuencia, es necesario crear, cuanto antes, reservas de trabajadores altamente cualificados en múltiples sectores, al objeto de impulsar aquellos modelos colaborativos que soportan los cambios empresariales impulsados por el tsunami tecnológico.
Además, una mejor información acerca de los impactos sobre el empleo y unos parámetros de planificación que sean útiles son fundamentales para ayudar a anticipar y gestionar, de forma proactiva y preactiva, la transición actual de los mercados de trabajo hacia un nuevo paradigma.
La actual revolución tecnológica no tiene por qué convertirse en una carrera entre los seres humanos y las máquinas, sino más bien en una oportunidad para que el trabajo se convierta verdaderamente en un canal a través del cual las personas reconozcan su pleno potencial.
Para lograr que alcancemos esta visión, debemos ser más específicos y mucho más rápidos en comprender los cambios en curso y en ser conscientes de la responsabilidad colectiva que tenemos para nuestras actividades sociales y comunitarias y nuestras actividades empresariales se adapten, cuanto antes, a este proceso transformador.
fuente
"El Blog de Juanjo Gabiña", España, 14.07.2017
Los desarrollos en genética, inteligencia artificial, robótica, nanotecnología, impresión 3D y biotecnología, por nombrar tan sólo unos pocos, todos están construyendo y amplificándose entre sí.
Ello sentará las bases para una revolución más amplia y acaparadora que cualquier otra revolución que hayamos conocido nunca.
Los sistemas inteligentes en los hogares, fábricas, granjas, redes eléctricas o ciudades ayudarán a abordar todos aquellos problemas que van desde la gestión de la cadena de suministro hasta el cambio climático.
El aumento de la economía permitirá a la gente monetizar todo, desde su casa vacía hasta su coche.
Simultáneamente a la revolución tecnológica se encuentran un conjunto de factores socioeconómicos más amplios, geopolíticos y demográficos de cambio, cada uno interactuando en múltiples direcciones e intensificándose mutuamente.
En la medida que las industrias se ajustan de una manera completa, la mayoría de las ocupaciones están experimentando una transformación fundamental.
Mientras que algunos trabajos se ven amenazados por la redundancia y otros crecen rápidamente, los trabajos existentes también han de modificar el conjunto de habilidades o destrezas que se requieren de ellos.
El debate sobre estas transformaciones, a menudo, se polariza entre aquellos que prevén nuevas oportunidades sin límites y los que prevén una perturbación masiva de los puestos de trabajo actuales.
De hecho, la realidad será muy específica y diferente para cada empresa, región y ocupación en cuestión, así como la capacidad que tendrán los diversos actores para manejar el cambio.
El Informe sobre el futuro de los empleos es un primer paso para concretar los cambios que se están llevando a cabo.
Aprovecha el conocimiento de aquellos que están mejor situados para observar la dinámica de la fuerza de trabajo —los directores de Recursos Humanos y Estrategia— preguntándoles qué significan los cambios actuales, específicamente para el empleo, las habilidades y el reclutamiento entre industrias y geografías.
En particular, se ha introducido una nueva medida —la estabilidad de las habilidades u destrezas— para cuantificar el grado de afectación o desorden que se producirá en una ocupación determinada, en un trabajo familiar o en los trabajos de toda una empresa.
También se ha podido proporcionar una visión de la dinámica de género en los cambios en curso, elemento clave para entender cómo se distribuirán los beneficios y las cargas de la Cuarta Revolución Industrial.
En general, la perspectiva para el empleo en la mayoría de las industrias es modestamente positiva, y se esperan nuevos puestos de trabajo en varios sectores.
Sin embargo, también está claro que, esta necesidad de más talento en ciertas categorías de puestos de trabajo, vendrá acompañada de una alta inestabilidad en las demandas de cualificación en todas las categorías de puestos de trabajo.
En conjunto, el crecimiento neto del empleo y la inestabilidad de la cualificación requerida se dan en la mayoría de las empresas que actualmente se enfrentan a retos de reclutamiento importantes y a una escasez de talento, un patrón ya evidente en los resultados de hoy y que empeorará en los próximos cinco años.
La cuestión, entonces, es saber cómo las empresas, los gobiernos y los individuos reaccionarán a estos desarrollos.
Para evitar un peor escenario, el cambio tecnológico acompañado de la escasez de talentos, el desempleo masivo y la creciente desigualdad, la capacitación y el perfeccionamiento de los trabajadores de hoy será crítico.
Aunque se ha hablado mucho de la necesidad de una reforma en la educación básica, simplemente no es posible afrontar la actual revolución tecnológica esperando que la mano de obra de la próxima generación esté mejor preparada.
En cambio, es fundamental que las empresas asuman un papel activo en el apoyo a su fuerza de trabajo actual a través del reciclaje profesional, que las personas adopten un enfoque proactivo para su propio aprendizaje permanente y que los gobiernos creen un ambiente propicio, rápido y creativo para ayudar a estos esfuerzos.
En particular, la colaboración empresarial dentro de las empresas será indispensable para crear mayores grupos de talentos especializados.
Es consecuencia, es necesario crear, cuanto antes, reservas de trabajadores altamente cualificados en múltiples sectores, al objeto de impulsar aquellos modelos colaborativos que soportan los cambios empresariales impulsados por el tsunami tecnológico.
Además, una mejor información acerca de los impactos sobre el empleo y unos parámetros de planificación que sean útiles son fundamentales para ayudar a anticipar y gestionar, de forma proactiva y preactiva, la transición actual de los mercados de trabajo hacia un nuevo paradigma.
La actual revolución tecnológica no tiene por qué convertirse en una carrera entre los seres humanos y las máquinas, sino más bien en una oportunidad para que el trabajo se convierta verdaderamente en un canal a través del cual las personas reconozcan su pleno potencial.
Para lograr que alcancemos esta visión, debemos ser más específicos y mucho más rápidos en comprender los cambios en curso y en ser conscientes de la responsabilidad colectiva que tenemos para nuestras actividades sociales y comunitarias y nuestras actividades empresariales se adapten, cuanto antes, a este proceso transformador.
fuente
"El Blog de Juanjo Gabiña", España, 14.07.2017
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