13 jul 2017

- 2 - MONTONEROS LA SOBERBIA ARMADA















“MONTONEROS LA SOBERBIA ARMADA”


EL AUTOR: PABLO GUISSANI

Pablo Giussani escribió “Montoneros. La soberbia armada”en Italia, adonde emigró a fines de los 70 para proteger la vida de su familia.

Quería contar su visión sobre la organización político militar de la cual había estado cerca, pero que nunca había integrado, a diferencia de muchos de sus amigos, como Francisco Paco Urondo, Juan Gelman, Rodolfo Walsh o Miguel Bonasso. 

Su trabajo tenía como objetivo entender de dónde venían los rituales de aquel grupo que por entonces estaba diezmado tras la represión salvaje y el exilio de algunos de sus miembros. 

A mediados de 1982 el manuscrito estaba terminado.

Ernesto Sabato, Daniel Divinsky, Raúl Alfonsín y Jacobo Timerman fueron algunos de los lectores iniciales que, entusiasmados, lo promovieron entre editores argentinos. 

Finalmente, propuesto por Sabato, Sudamericana Planeta lo publicó en marzo de 1984. Se convirtió de inmediato en uno de los best sellers del año. 

Con el libro se desató la polémica y el debate.

El autor avanzaba hasta lugares a los que no se había llegado antes y, paradójicamente, tampoco se llegaría después, como comparar a los guerrilleros argentinos con los fascistas italianos en su culto a la muerte. 

Montoneros. La soberbia armada fue reeditado una y otra vez y sigue siendo bibliografía ineludible para los numerosos trabajos publicados sobre la violencia política de los años 70. 

Giussani imaginaba, hace más de un cuarto de siglo, al concluirlo, que los Montoneros terminarían siendo olvidados y que nadie en el futuro se atrevería a reivindicarlos. 

En esto se equivocó. Y por eso su libro sigue vigente como en el primer día. 







File:Pablo Giussani.jpg

Pablo Giussani nació en Oruro, Bolivia, en 1927. 


A los doce años se radicó en la Argentina. 

Estudió filosofía en la Universidad de Buenos Aires y desde los veintiséis años se dedicó al periodismo. 

Fue fundador y director de la revista Che a principios de los 60, redactor de la agencia The Associated Press en Buenos Aires (1964-1973) y Nueva York (1977-1978), secretario de redacción del diario Noticias (1973-1974) y columnista político de La Opinión (1974-1976). 

Debió exiliarse en octubre de 1976. 

En Roma fue editor y luego jefe de redacción de la agencia Inter Press Service. 

Regresó al país en 1984, para hacerse cargo de una columna diaria en La Razón. 

Colaboró en el diario Tiempo Argentino y en las revistas Expreso, El Ciudadano, Humor y Noticias. 

En 1984 publicó Montoneros. La soberbia; en 1986, Los días de Alfonsín; en 1987, ¿Por qué, doctor Alfonsín?; y en 1990, Menem, su lógica secreta. 

La última fecha que consigna el inconcluso Diario de mi muerte es el 30 de setiembre de 1991. 

Murió el 1 de octubre de ese año.






Resultado de imagen para PABLO GIUSSANI FOTOS


Pablo Giussani y Julia Constenla



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.