Omar Suárez, pirata de nuestros puertos
Con el sindicato intervenido judicialmente, Suárez está procesado por haber obstruido vías navegables y haber extorsionado a empresarios navieros.
Se lo acusa, además, de administración fraudulenta en perjuicio de su sindicato, al que llegó en 1989 tras apoyar a Aldo Rico.
Luego de trabajar allí como chofer y guardaespaldas del secretario general, alcanzó la titularidad del SOMU en 1992, y desde entonces fue menemista, duhaldista y kirchnerista, hasta que, ahora que la Justicia finalmente parece haberlo acorralado, ya no tiene más margen de maniobra política y sólo le queda apostar a su defensa.
Según las investigaciones judiciales, Suárez y su gente exigían gruesas sumas en dólares a las empresas navieras que fletaban a la Argentina grandes barcos cargueros y de combustible.
Si no pagaban, Suárez no les enviaba los remolcadores, con el consiguiente perjuicio económico para aquellas firmas.
También pedía a las empresas donaciones para supuestos cursos de capacitación de los afiliados al gremio, pero en realidad ese dinero iba a parar una empresa cuyo directorio integra Suárez y donde el sindicato es dueño del 20 por ciento.
La firma Elite Viajes SA también pertenece a Suárez y en ella figura, según información de LN Data, el tesorero del SOMU, José Alfredo Barrientos.
Es que Suárez, amo y señor de los puertos argentinos, armó en torno del SOMU un conglomerado de empresas relacionadas con los negocios portuarios en las que ubicó a familiares y personas muy allegadas.
En el sindicato, la intervención descubrió, entre gravísimas irregularidades, descomunales sobreprecios, desvío de fondos de los afiliados y el robo de 32 automóviles.
Por su lado, la intervención en la obra social de los marítimos encontró también una serie de delitos cometidos en perjuicio de los 25.500 afiliados.
Entre otras maniobras, el informe de la intervención mencionó el desvío de casi dos millones de pesos mensuales, además de deudas por 20 millones.
Indagado por asociación ilícita, Suárez respondió con un escrito en el que negó la acusación y se jactó de haber "capitalizado" el SOMU "mediante excelentes inversiones, como la compra de 17 edificios y de terrenos en todo el país", incluidos dos campos de 12.500 hectáreas.
En su escrito admitió que automóviles del SOMU eran usados por el diputado hiperkirchnerista Carlos Kunkel y su esposa.
El peronismo en el gobierno, primero durante el menemismo y luego durante el kirchnerismo, permitió que Suárez y su banda se adueñaran de los puertos y coparan sus negocios, y se convirtieran en una suerte de piratas siempre listos para el asalto de las naves.
Por eso, no extraña que el empresario naviero Máximo Padilla, dueño de la empresa Petrotank, haya denunciado que existen "patotas" y "mafias" en el SOMU y que una de las interventoras en ese sindicato, la diputada de Pro Gladys González, afirmara que un dirigente que respondía a Suárez la amenazó de muerte.
Se impone ponerle fin de una vez por todas a esta lacra que se ha apoderado de nuestros muelles.
fuente
"La Nación", 08.07.2016
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