7 jul 2016

LA SEÑORA FERNÁNDEZ: ENTRE LA RUTINA Y LA COSTUMBRE







LA SEÑORA FERNÁNDEZ: 
ENTRE LA RUTINA Y LA COSTUMBRE





Miércoles 06 de Julio de 2016
 

Síndrome de Comodoro Py: Cristina se enfrenta al riesgo de que sus problemas judiciales empiecen a ser rutina

 

06-07-2016 A diferencia de lo que ocurrió en su primera declaración por la causa "dólar futuro", a la ex presidenta se le empieza a hacer muy arduo transformar cada citación judicial en un acto masivo de apoyo. 

La dirigencia peronista, cada vez más lejos de atender su llamado para formar un "frente ciudadano"


 
 
 
Todo tiene un límite, incluso el entusiasmo de los militantes K. 

También, la potencia del "relato", con su reconocida capacidad para transformar situaciones negativas en gestas épicas.

De manera que la consigna -o más bien el hashtag, para estar acorde con estos días de política en las redes sociales- "Cristina vuelve" corre serios riesgos de perder su esencia original para transformarse en "Cristina vuelve... a declarar en Comodoro Py".

Esta es, precisamente, la dificultad a la que se enfrenta en estas horas la ex presidenta.

Pero sus problemas no se limitan al acoso judicial. 

También, se extienden a la pérdida de liderazgo y a la merma de ese inusual carisma que le permitió llenar la Plaza de Mayo en su despedida y que la ayudara a conservar su influencia sobre el peronismo.

Por más habilidad retórica que tenga, hay ciertas cosas que no se pueden evitar. 

Es difícil transformar en un hecho político algo que, en realidad, es una comparecencia judicial ante un magistrado que le notificará sobre su situación procesal y trabará embargo sobre sus bienes.

Mientras el universo anti-K se regodea en detalles tales como que deberá "tocar el pianito" con sus huellas dactilares al ser fichada para su procesamiento, en la vereda kirchnerista es palpable la desolación.

Algo de esto quedó en evidencia el célebre domingo pasado en el que su militancia sintonizó C5N con la esperanza de ver a su líder en actitud combativa, más allá de querer disputarle la audiencia a Jorge Lanata.

Fue palpable la decepción: el periodista Roberto Navarro, consciente del rating inusualmente alto que estaba teniendo, preparó un duro y documentado informe sobre los costos sociales del ajuste económico en el que incurrió Mauricio Macri.

Hasta tuvo la picardía de recurrir a las estadísticas de la Universidad Católica para hablar sobre el empeoramiento en los niveles de pobreza.

En la jerga televisiva, le dejó a Cristina la "pantalla caliente" como para que ratificara todo lo que en días previos se había promocionado.

Concretamente, que esa entrevista iba a significar su regreso definitivo a la arena política. 

Que sería el final de su exilio bucólico en el sur del país para pasar a denunciar cada una de las medidas del macrismo y ponerse al frente de la oposición.

Y que (Navarro dixit) el debate del momento no tenía que ser entre honestidad y corrupción, tal como querían imponer los medios de comunicación. 

Más bien, la discusión debía centrarse en la antinomia ajuste versus inclusión social.

La entrevista no sólo no estuvo a la altura de las expectativas creadas sino que, en gran medida, terminó por desmentir muchos de esos supuestos.

Para empezar, Cristina criticó más al peronismo que al propio Macri. 

Y hasta exhibió un discurso de inusual tono conciliador, al afirmar que ella deseaba que al Gobierno le fuera bien e invitar al macrismo a que recapacite sobre sus errores.

Sus palabras estuvieron muy lejos de mostrar esa actitud confrontativa que ha sabido cultivar y que sus seguidores esperaban de ella.

Más aun. Lejos de mostrarse ansiosa por ocupar un rol de liderazgo dentro de la oposición, recordó que no hay personas irremplazables y hasta tuvo un dejo de reproche al decir que ella también tiene "una vida privada".

Para colmo, buena parte de la entrevista se centró en el tema de sus causas judiciales y mostró dificultades persuasivas para argumentar que José López no era representativo de su gobierno.

El único hecho informativo surgido de esa entrevista fue su propuesta para que se realice una auditoría externa sobre la obra pública nacional y de las provincias, investigación en la que debía incluirse a la Ciudad de Buenos Aires que fuera administrada durante ocho años por Macri.

Se pudo adivinar allí un mensaje entrelíneas para el Presidente, casi un recordatorio de que las culpas por los vicios del sistema de obras financiadas con recursos públicos eran compartidas por todo el sistema político y por toda la clase empresarial.

Un mensaje al que Macri, desde su gira europea, respondió de manera indirecta con el recordatorio de que "las cuestiones de transparencia se dirimen en la Justicia".

Lejos de mostrarse proclive a algún pacto que implique aliviarle la situación judicial (a cambio de que ella colabore con la gobernabilidad), el Presidente remarcó: "Tiene que hacer las aclaraciones que correspondan en la Justicia, como cualquiera de mis funcionarios que despierte cualquier tipo de dudas".

Expectativas incumplidas
 
La Cristina Kirchner que vuelve hoy a Comodoro Py parece muy diferente de aquella que el 13 de abril pasado se mostraba desafiante ante la convocatoria del juez Claudio Bonadío.


En esa oportunidad, había convertido una citación judicial en un hecho político relevante y en una demostración de su poder.

Habló durante una hora ante una multitud que le ratificó su apoyo incondicional.

Junto a ella se mostró gran parte de la dirigencia peronista. 

Los medios de comunicación siguieron el acto en vivo y sin interrupciones, incluidos aquellos que fustigaban las cadenas nacionales televisadas.

Frases como "no les tengo miedo", o "me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa pero no lograrán callarme" o "estoy segura de que si pudiesen prohibir la letra K del abecedario, lo harían" cumplieron con el objetivo de desestimar la causa judicial del dólar futuro.

En los casi tres meses transcurridos desde ese entonces pasaron demasiadas cosas.

Para empezar, el caso López fue un golpe durísimo de digerir para la militancia. 

Quedó en evidencia en las declaraciones públicas de los referentes de alto perfil, artistas, intelectuales y activistas sociales, que no disimularon su decepción y que siguen esperando explicaciones.

A ello se le sumó lo ocurrido en estas últimas semanas, en las que continuó el éxodo de legisladores electos bajo el lema Frente Para la Victoria.

Buena parte de ellos optó por emigrar hacia las filas del peronismo, en busca de querer escaparle a la incómoda compañía de funcionarios sospechados de corrupción.

Pero, sobre todo, desde su anterior comparecencia en Comodoro Py a la del día de hoy quedó de manifiesto su primer gran fracaso como dirigente de la oposición.

En aquel acto -que tuvo lugar en abril-, Cristina llamó a conformar un "frente ciudadano" que debía incluir no sólo al kirchnerismo sino también a las demás fuerzas opositoras.

Era una convocatoria muy amplia, en la que ella se había mostrado amistosa con las fuerzas de izquierda, con el peronismo no kirchnerista y con aquellos dirigentes que habían desertado de su movimiento.

El objetivo, según explicó, era transformar al Congreso en una "escribanía del pueblo" que marcara los límites a las políticas de ajuste de Macri.

La realidad le dio un cachetazo cruel a ese sueño de Cristina.

En primer lugar, todas y cada una de las iniciativas macristas fueron aprobadas en el Parlamento con holgada mayoría, incluso con el apoyo de muchos (ex) kirchneristas.

Se convalidó -en explícita desobediencia a las indicaciones de CFK-, el acuerdo con los "fondos buitre", el aval a los nuevos jueces de la Corte Suprema y el proyecto de blanqueo de capitales y reparación histórica a los jubilados.

A la luz de lo acontecido, no es de extrañar entonces que en la entrevista televisiva del domingo pasado se haya mostrado tan decepcionada del accionar de la oposición, a la que calificó de carente de ideas.

La situación no deja de tener su costado irónico porque, en definitiva, muchos de los legisladores peronistas que apoyaron las propuestas de Macri no hicieron nada muy distinto de lo realizado durante el gobierno kirchnerista: cambiaron gobernabilidad por asistencia financiera.

Cristina, que durante ocho años llevó al extremo la política de premios y castigos, recurriendo al uso discrecional del reparto de impuestos (y de ayudas del gobierno central a las provincias) sabe perfectamente cómo funciona esa lógica.

El riesgo de la rutina judicial
 
Ahora el interrogante es saber si ante el agravamiento de su situación judicial y tras la ostensible pérdida de liderazgo político, la ex presidenta logrará repetir su hazaña de abril.


Es decir, transformar sus apremios legales en un acto de apoyo hacia su persona.

Si algo aprendió toda la clase política argentina es que el kirchnerismo nunca debe ser subestimado. 

Sin embargo, parece difícil disimular cierto clima de depresión y melancolía en la militancia K.

Como mínimo, resultará difícil repetir aquella imagen de hace unos meses. 

Y esa comparación jugará en contra de la ex jefa de Estado.

Es probable que haya menos gente que en aquella ocasión, lo cual ya de por sí será un hecho que tendrá inevitablemente una interpretación política.

Es que cualquier merma en la cantidad de militantes será decodificada como una disminución en el apoyo popular.

Pero, más allá del nivel de adhesión, el peor riesgo para Cristina es el de la "devaluación" de su discurso.

Tras el desaire a su convocatoria para el "frente ciudadano" y luego del caso López, no es imaginable que un discurso con el mismo tono del que pronunció en abril cause mucho entusiasmo en la militancia.

Está también la incógnita sobre si la fascinación que ejerce sobre los medios se mantiene intacta o si, como inevitablemente ocurre con los ex presidentes, su figura empezará a perder relevancia.

Este es, acaso, uno de los mayores miedos de Cristina Kirchner: que sus presentaciones ante los juzgados dejen de ser un hecho político para empezar a transformarse en una rutina procesal.

Todo indica que le espera una agenda judicial intensa, con declaraciones en varias causas

El entusiasmo militante puede ser grande, pero no es infinito.

En su primer "regreso", hubo miles de personas esperándola en Aeroparque para luego hacer vigilia frente a su departamento de Recoleta.

La ansiedad periodística era enorme, al punto que su protagonismo desplazó a la cobertura informativa de un acto público en el que Macri hacía anuncios oficiales.

Pero, inevitablemente, el alejamiento del poder va haciendo su trabajo gradual. 

El fin de semana pasado, se notó una merma en la comitiva que la esperó en el aeropuerto.

El domingo a la noche, conviene tenerlo bien presente, la mayoría de los argentinos ignoró el "clásico" entre Cristina y Lanata para sintonizar el regreso de Susana Giménez.

Todo un síntoma de la saturación. 

Y del cambio de clima político.

fuente
"iProfesional", 06.07.2016

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.