VENEZUELA: CALVARIO/ODISEA…
POR
DÓLARES
Crónicas de la locura económica: los riesgos a los que se exponen los
venezolanos para comprar dólares
14-04-2017
En enero, el gobierno de Maduro abrió una
válvula de escape a su férreo control de cambios para permitir la compra de
pesos y convertirlos a billetes verdes en Colombia.
El trapaso demanda un largo
traslado, horas de espera y un sinfín de riesgos en un país sumido en un
profundo caos
Por Rubén Ramallo
Cualquier ciudadano venezolano que
desee comprar dólares emprende un largo viaje con final
impredecible.
Por ejemplo, un habitante de Maracaibo que
busque adquirir u$s300, que es el máximo permitido por
las reglas cambiarias del país, necesitará varios días y
recorrer 400 kilómetros.
En enero, el gobierno socialista de
Nicolás Maduro abrió una pequeña válvula de escape a su férreo
control de cambio para permitir a los residentes de estados
fronterizos con Colombia, como Táchira y Zulia.
Les posibilita hacerse de pesos colombianos y convertirlos en
preciados billetes verdes en ese país vecino.
Ante el deterioro del bolívar, que
alguna vez fue una de las monedas más fuertes de Latinoamérica, miles
de personas están recurriendo a comprar el máximo
posible para así obtener una ganancia cambiaria de
unos u$s180.
Tal beneficio les permite adquirir comida
o medicamentos en un país con escasez, recesión y valores que suben a
diario.
Este tipo de operación arroja
un tipo de cambio de unos 1.200 bolívares por
dólar.
Es decir, casi cuatro veces menos que la cotización de la divisa
estadounidense en el mercado paralelo, de unos 4.300
bolívares.
Pero, para hacer el trámite,
se necesita paciencia y algo más de dinero para
el viaje.
El requerimiento comienza
solicitando un turno en una de las 10 casas de cambio autorizadas
por el Gobierno en zonas de frontera.
Una vez que se le concede, se lo informa a través de en un correo
electrónico, tras lo cual se debe viajar hasta la ciudad
colombiana de Cúcuta.
En algunos casos, los potenciales
clientes llegan a pasar hasta casi 24 horas tratando
de registrar su cita en la página web de la casa de cambio
antes de ser atendido.
Ya en el lugar, se debe tomar con paciencia que
la agencia atienda un promedio de 500 personas por
día, todos ellos venezolanos.
Si se tiene suerte, se lo atenderá en el día.
En caso que se cumpla el horario de atención, deberá volver al día
siguiente.
Quienes no logran su propósito durante
la primera jornada tendrán que estar en condiciones de pagar
un hotel, por lo que al resultado final le deberán descontar en promedio
unos 20 dólares.
En las sucursales de la casa de
cambio de Italcambio, la única firma venezolana avalada por
el gobierno para este proceso, ya se han gestionado más de 15.000
transacciones cambiarias, dijo el presidente de la empresa, Carlos
Dorado, a Reuters.
Atienden hasta a 800 personas
a diario y otras 32.000 aguardan por lograr una cita.
La firma explica que trabaja con dos
empresas "pagadoras" en Cúcuta, a las que hace transferencias
electrónicas, por lo engorroso que les resulta importar pesos colombianos a
Venezuela para venderlos directamente en sus oficinas.
Desde que inició el mecanismo, Italcambio ha
liquidado unos u$s4 millones, según dijo su dueño, que también
preside Italbank, un pequeño banco en Puerto Rico.
Curiosamente, desde hace un año actúa
como corresponsal para parte de los pagos en dólares del Gobierno de
Maduro.
En cada compra, los clientes reciben
unos 720.000 pesos colombianos, el equivalente a unos 250 dólares.
Los
compradores dejan así unos 50 dólares en comisiones
"Nosotros vemos esta operación
como una función social, esos 300 dólares permiten a las personas ir a Cúcuta y
comprar bienes básicos", dijo el banquero.
Maduro alegó cuando autorizó el
funcionamiento de las casas de cambio que su gobierno lucha contra lo que
calificó "mafias cambiarias" que hacen operaciones con pesos y
bolívares en Cúcuta, y cuya paridad se usa para referenciar el precio del dólar
paralelo en el país.
Pero la alternativa que abrió a los
ciudadanos arroja una tasa que casi duplica a los tipos de cambio oficiales que
el gobierno, al ver reducidos sus ingresos petroleros, asigna sólo para
importaciones que considera "esenciales".
El precio, de todas maneras, anima a
muchos a intentar la odisea.
Es que para muchos venezolanos, lo
importante es “tratar de sobrevivir y agarramos aunque sea con fallas",
explica uno de ellos.
Fuente
“iProfesional”, 14.04.2017
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