ENOJO (O BERRINCHE O ¿QUÉ?) POR EL INCAA
Algunas claves para
entender la trama del Incaa
¿Lo van a cerrar?
¿Lo quieren privatizar? ¿Van a desfinanciar el cine? ¿Van a sacar el canon que
paga la TV y que alimenta el fondo del cine? ¿Ese cambio es para favorecer a
los cables? ¿El Incaa no se paga con los impuestos? ¿Derogan la ley del cine?
¿Hay corrupción?
Martes, 18 de
abril de 2017
Acusaciones
de corrupción sin mucho detalle y reacciones desmedidas con base en
"trascendidos" y "versiones" llenaron de ficción y
confusión la agenda pública estos días.
En el escándalo del Instituto Nacional
de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) nadie tiene muy claro algo tan elemental
como poder establecer cuál es el problema.
¿Intervinieron el Incaa? ¿Lo van a
cerrar? ¿Lo quieren privatizar? ¿Van a desfinanciar el cine? ¿Van a sacar el
canon que paga la TV y que alimenta el fondo del cine? ¿Ese cambio es para
favorecer a los cableoperadores? ¿El Incaa se paga o no con los impuestos?
¿Derogan la ley del cine? ¿Hay corrupción? ¿En qué consisten ahora las irregularidades?
¿Qué es el Incaa?
A una semana del comienzo del escándalo, todas esas preguntas
siguen mayormente sin respuesta a pesar del desfile de actores, productores y
directores por las radios y los canales de TV para expresar sus sentimientos
ante entrevistadores que muestran un gran desconocimiento de cómo funciona el
fomento del cine nacional, tal vez una de las pocas políticas de Estado que
tiene la Argentina.
Alejandro Cacetta, Presidente del INCAA. Foto:Cedoc (foto "Perfil.com")
A continuación, algunas respuestas
que pueden ayudar a entender.
¿Qué es el Incaa?
El Instituto Nacional de Cine y Artes
Audiovisuales (Incaa) es un organismo descentralizado y autárquico dentro del
Estado nacional que según nuestra Constitución administra el Presidente.
Este
instituto, al igual que el de la música y el del teatro, se encuentra en la
jurisdicción del Ministerio de Cultura.
La historia del fomento del cine en la
Argentina es muy interesante y daría para otro extenso artículo: el 5 de enero
de 1944, el dictador Edelmiro Farrell publica el decreto 21.344 que fija cuotas
de pantalla y otorga créditos blandos al cine (Perón, que integró aquella
dictadura, impulsaría la transformación de ese decreto en la ley 12.999 en
1947); el 4 de enero de 1957, el dictador Pedro Aramburu amplió ese fomento
mediante el decreto 62; el 14 de mayo de 1968, el dictador Juan Carlos Onganía
derogó el decreto de Aramburu y dictó otro, el 17.741, que creó el Instituto
Nacional de Cinematografía, predecesor del actual Incaa; y el 28 de septiembre
de 1994, el Congreso aprobó la ley 24.377 propuesta por el presidente Carlos
Menem que reformó y amplió el decreto de Onganía, dándole la forma que tiene
hoy el fomento del cine nacional.
¿El
Incaa se paga o no con los impuestos?
Sí,
se paga con impuestos.
El Incaa aplica la ley de cine y entre otras cosas
gestiona el sistema de fomento de la producción nacional que se financia con el
Fondo de Fomento Cinematográfico (FCC) que -entre otras fuentes- se alimenta
del 10% sobre el valor de las entradas a las salas de cine y del alquiler de
películas, y con el 25% de todo lo recaudado por el Ente Nacional de
Comunicaciones (Enacom) en concepto de gravámenes a la TV, el cable y la radio.
Este año,el
Incaa tiene un presupuesto de $ 2855,1 millones, de los cuales
$ 668,9 millones deberían ser aportados por el Enacom, $ 437,2 millones
provendrán del impuesto a los tickets y $ 70,2 millones del impuesto al
alquiler de video.
Tal vez porque esa recaudación no se puede prever con
precisión, esos números son muy conservadores.
Sólo en 2016, el Enacom le
transfirió al Incaa unos $ 900 millones de pesos.
¿Cambian
la ley?
Objetivamente no hay ningún
proyecto de reforma de la ley de cine (que necesita reformas imperiosas porque
ya tiene 23 años), ni derogación de ningún decreto ni resolución y los
periodistas que seguimos estos temas nunca escuchamos referencia alguna a la eliminación
o la reducción de las fuentes de ingresos del FFC.
Públicamente, el jefe de
gabinete, Marcos Peña, y los ministros de Cultura, Pablo Avelluto, y de Medios
Públicos, Hernán Lombardi, han dicho que de ninguna manera se está estudiando
ninguna modificación al esquema actual.
Lo único objetivo en esta parte de la
discusión es un relevamiento de impuestos y su recomendación de reducir la
cantidad de tributos específicos que hizo la
fundación FIEL por encargo del Ministerio de Finanzas en el
contexto de análisis de una reforma impositiva integral que el gobierno prevé
enviar al Congreso el año próximo.
Todo lo demás es especulación sin
fundamento.
¿Van a sacar el
canon que paga la TV y que alimenta el fondo del cine?
No, más bien podría pasar todo lo contrario. Lo que
podría ocurrir es que el cine tenga más recursos.
Según la presidenta de la
comisión redactora del anteproyecto de ley de comunicaciones convergentes y
vicepresidenta del Enacom, Silvana Giudici, no sólo no se va a reducir el canon
sino que se va a ampliar "porque un eventual sistema de cobro a las
plataforma de video a demanda on line (OTT) podría aumentar los fondos a distribuir
entre los institutos del cine, la música y el teatro, y los medios públicos y
comunitarios".
El año pasado, las entidades del cine expusieron sus
pedidos ante la comisión redactora de la nueva ley, cuyo anteproyecto será
presentado este año, y podrán volver a hacerlo en un
nuevo período de consultas que se extenderá por seis meses.
Pero además, el
fondo de fomento también podría aumentar su volumen porque a partir de enero
próximo, tal como establece el decreto 1340/2016, las empresas telefónicas podrán
comenzar a dar el servicio de TV paga y por tanto, tendrán que pagar el
gravamen correspondiente al Enacom.
(FotoR.E. 102.5)
¿Ese
cambio es para favorecer a los cableoperadores?
No, porque no hay ningún cambio en marcha.
La
mayoría de los actores que protagonizaron el spot en el que se denuncian las
desgracias que podrían ocurrirle al cine argentino también protagonizaron en el
pasado reciente muchos otros videos de apoyo a la administración kirchnerista.
Algunos de esos editados fueron en defensa cerrada de la ley de medios
audiovisuales de 2009, que venía a terminar con los "monopolios" y a
"democratizar la palabra".
La idea de que se va a eliminar el canon
para favorecer a los cableoperadores, en especial a Cablevisión (Grupo Clarín),
parece inscribirse en aquella lógica.
(foto actores.org.ar)
¿El Incaa fue intervenido?
El Incaa no fue intervenido -algo que el
presidente Mauricio Macri podría haber hecho como hizo en diciembre de 2015 con
la ex Afsca cuando removió a Martín Sabbatella-.
El Incaa -entidad en la que
trabajan más de 1000 personas, de las cuales sólo 700 están en relación de
dependencia y el resto revisten varios tipos de contratación- no se puede
cerrar sin una ley que lo determine, algo en lo que absolutamente nadie está
pensando.
Lo que sí ocurrió es el pedido de renuncia del hasta ahora
presidente, Alejandro Cacetta, la designación en su lugar de Ralph Haiek (hasta
ahora vicepresidente), la remoción de los gerentes de Administración, Raúl
Seguí; de Relaciones Institucionales, Rómulo Pullol, y de auditoría interna,
Rolando Oreiro.
En este proceso de renovación del management del instituto ya
fueron designados Juan García Aramburu y Juan Landaburu -que ya venían
trabajando dentro del Incaa en otras funciones- y Nicolás Yocca, ex gerente
general de Radio Mitre y de Radio Continental.
El removido director de la
Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc),
Pablo Rovito, fue defendido a capa y espada por la movilización de actores y
directores.
Pero resulta que Rovito -que junto a a ex presidenta del Incaa y
actual diputada nacional Liliana Mazure es investigado en la Justicia por
desvío de fondos- ocupa un cargo que se concursa y que tiene un mandato que ya
está vencido.
Para reemplazarlo la nueva gestión del Incaa convocará a un nuevo
concurso.
(foto www.resumenlatinoamericano.org/.../argentina-protesta-artistica-de-documentalistas)
¿Lo quieren
privatizar?
El Incaa
es un organismo no una empresa, y los organismos estatales no se pueden
privatizar.
Aunque, en sentido metafórico, el Incaa ya había sido privatizado
en diciembre de 2015 cuando el presidente Macri le confió su gestión a la corporación
cinematográfica que integran productores, directores, actores y técnicos.
En
aquel momento, el primer mandatario le pidió al director Juan José Campanella
-simpatizante del frente Cambiemos- que gestionase ante las entidades
representativas de la industria la propuesta de una terna de nombres para
conducir el instituto.
Ante ese pedido, la industria propuso la terna integrada
por el productor Cacetta (un respetado ejecutivo de una de las principales
empresas del sector, Patagonik Film Group, sociedad de Disney, Clarín y el
laboratorio Cinecolor), el actor Martín Seefeld (amigo de Macri, impulsado por
la Asociación Argentina de Actores-AAA) y al director Ricardo Wulichszer.
La
salida de Cacetta podría interpretarse también como el regreso del Incaa a la
gestión estatal, que deben decidir el Presidente y sus ministros sin delegar
esas funciones a ninguna corporación.
El Incaa no es de la industria, es de los
argentinos.
¿Hay
corrupción?
Como
publicó LA NACIÓN en los últimos años, sobre el Incaa
hubo todo tipo de sospechas y denuncias y en todos los tiempos.
En febrero de
2016, la Auditoría General de la Nación (AGN), presidida entonces por el
kirchnerista Ricardo Echegaray, aprobó un informe realizado durante la gestión
de su antecesor Leandro Despuy, en la que se detallaron múltiples incumplimientos de la ley del
cine y sus reglamentos, y
de la ley de medios audiovisuales, y dejó graves conclusiones sobre el uso de
las cuentas del Banco Nación utilizadas para la recaudación y el pago de
subsidios y créditos.
El período auditado en ese informe comprendía los años
2008 a 2012 durante la gestión al frente del Incaa de la actual diputada
Mazure.
La AGN remarcó en ese informe la falta de control por parte del Incaa,
el Comfer, la Afsca y la AFIP sobre los importes transferidos al FFC, lo que
impidió validar su integridad.
"El gravamen recaudado según la ley de
medios audiovisuales no cuenta con controles que permitan convalidar el importe
ingresado al FCC", afirmó la auditoría.
En ese momento no hubo marchas de
artistas ni directores frente a la sede del Incaa, sino aplausos cerrados a la
ex presidenta Cristina Kirchner en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
Mazure y Jorge Coscia protagonizan enormes expedientes
que prácticamente no avanzan y que parecen tener destino de prescripción.
¿En qué consisten ahora las irregularidades?
La forma en la que tomaron estado público las
presuntas irregularidades se pareció mucho a una "opereta", como la
definió Campanella.
El hecho de que el Ministerio de Cultura no haya explicado
en profundidad de qué se tratan y sólo haya enunciado sobreprecios, falta de
licitaciones o gastos llamativos en viajes y traslados.
Los pocos hechos concretos
que trascendieron hasta ahora destacan la compra de dos sillas por 233.000
pesos; el alquiler por 700.000 pesos mensuales de un predio propiedad de
Cinecolor (socia de Patagonik, la empresa de la que proviene Cacetta) para la
instalación de la Cinemateca Nacional -que encajaría en un caso de conflicto de
intereses-; y el alquiler por parte del Incaa de un predio en Constitución que
sería propiedad de Rovito, ahora ex rector de la Enerc.
Este último predio
(Artecinema, donde funciona un Espacio Incaa) es propiedad de Rovito, los
productores Daniel Burman y Fernando Sokolowicz, y los españoles José María
Morales y Miguel Morales.
El contrato entre el Incaa y sus propietarios está
vencido y el instituto paga actualmente "el costo de mantenimiento", según
dijo uno de los propietarios a LA NACION.
Pero tal vez el más relevante de
todos ellos sea la construcción de cuatro edificios para la Enerc sin hacer un
llamado a licitación y subdividiendo las compras en montos menores para evadir
las normas que obligarían a llamar a licitación pública.
Esas denuncias habían sido rechazadas en su momento por Cacetta
y su ex jefe de asesores Sergio Bertolucci, que acusaron de "denunciadores
seriales" a quienes las presentaron.
De hecho, no son expresamente
denuncias sino pedidos de información mediante recursos de amparo.
Así fue que
se reunieron unas 10.000 fojas con copias de la información que Cacetta debió
entregar para evitar el pago de una multa diaria.
Aquella caja de papeles llegó
hace cuatro o cinco semanas hasta el presidente Macri, su jefe de gabinete y el
vicejefe de gabinete, Mario Quintana.
Según el ministro de Cultura, Pablo
Avelluto, el ex presidente del Incaa no dio respuestas sobre esos temas ni tomó
decisiones para aclarar o remediar esas cuestiones y por eso fue removido.
A
todo esto, el sobreseimiento de Cacetta por parte del juez federal Luis
Rodríguez el mismo día que fue desplazado del Incaa genera todo tipo de
suspicacias.
La mayor de todas es el hecho de que, en general, los jueces
evitan tomar decisiones en causas que involucren a directores, actores o
productores de cine y televisión.
Por su falta de
transparencia, su funcionamiento endogámico, su enorme y compleja burocracia y
su partidización, el Incaa ha sido siempre protagonista de "manejos poco claros", como los llama Avelluto.
fuente
"La Nación", 18.04.2017
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