Uno de los reclamos del gobierno nacional es que en Santa Cruz se elimine la ley de Lemas, que fue la que permitió a Alicia Kirchner ganar la elección en 2015.
Y es apenas un punto de lo que será una reforma electoral.
La gobernadora aceptó, pero deberá lograr consenso legislativo.
En Nación esperan que la provincia presente un plan con cuatro ejes: financiero, fiscal, de infraestructura e institucional.
Las acusaciones cruzadas entre el kirchnerismo y Cambiemos por la crisis en Santa Cruz no parecen aflojar.
Por lo bajo, sin embargo, existe una mesa de diálogo en la cual el gobierno nacional y las autoridades del principal bastión K intentaron acercar posiciones para garantizar el auxilio fiscal que necesita la provincia patagónica.
El dilema para la gobernadora Alicia Kirchner es que uno de los requisitos que el macrismo puso sobre la mesa puede ser lo que ponga en riesgo la continuidad del kirchnerismo en el poder local más allá de 2019.
Se trata de la ley de Lemas, un artilugio electoral por el cual dos o más espacios políticos presentan su propia propuesta al electorado pero luego sus votos se suman.
Son una especie de primarias pero en la elección general.
Así fue como Alicia pudo llegar a ser gobernadora en 2015, a pesar de no haber sido la candidata más votada.
Por eso, el gobierno de Mauricio Macri incluyó entre las exigencias financieras y fiscales que le está pidiendo a Santa Cruz la eliminación de la ley de lemas.
Así, buscan evitar que se repita en 2019 el escenario de 2015.
Nadie puede predecir las condiciones con las que se afrontará esa elección, pero en el Gobierno quieren garantizarse un camino con la menor cantidad de obstáculos posibles.
Santa Cruz no es una provincia más, es el emblema kirchnerista y hoy refugio de su poder.
Otros tiempos. Ahora Frigerio y Alicia K no participan de las reuniones.
Este jueves, el secretario de las Provincias, Alejandro Caldarelli, dependiente del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, recibió en Buenos Aires al ministro de Economía santacruceño, Juan Donnini. En el Poder Ejecutivo esperaban que ahí los patagónicos mostrasen el primer borrador de un plan a mediano plazo para empezar a facilitar ayudas fiscales para la provincia.
“Ellos están complicados, pero desde el Ministerio se va a colaborar en la gestión para que puedan acceder al crédito del Banco Nación por $ 850 millones”, explicó una fuente gubernamental.
Según reconstruyó #BORDER entre voces consultadas que participaron en la reunión consultadas, Alicia Kirchner habría aceptado la condición de dar de baja el sistema electoral que la llevó a la gobernación.
O al menos, asegurado estar dispuesta a intentarlo.
Porque para ello, buscarán un acuerdo político, que se convocará en la provincia la semana próxima, entre todos los partidos políticos locales y los gobiernos nacional y provincial, para debatir el tema y lograr un consenso.
Es que para dar de baja la ley de Lemas debe actuar la Legislatura provincial, donde el Frente para la Victoria tiene mayoría.
Alicia K deberá alinear a su tropa legislativa en un tema político sensible.
Por eso el Gobierno exigirá que el compromiso de la gobernadora quede plasmado por escrito en ese acuerdo.
CFK parapetada, en las protestas contra la Gobernación.
Las exigencias nacionales no terminarían allí.
También se pedirá el fin de la reelección indefinida en la provincia y la instauración de un sistema de coparticipación provincial, para instaurar el reparto automático de fondos hacia los municipios, una queja que intendentes hicieron llegar a oídos de Frigerio, por ciertas desigualdades detectadas.
Esta gestión, claro está, no es gratuita.
Por eso, el equipo dek ministro del Interior quiere que el plan a negociar contemple cuatro ejes:
- Financiero: quieren un cronograma de pagos que permita acomodar las cuentas de la provincia en el mediano plazo. “Que se apacigüen los problemas financieros”, definen.
- Fiscal: ajuste es una mala palabra en el mundo político, pero es una realidad en la que tarde o temprano todos caen cuando los números no cierran. El déficit provincial creció exponencialmente en los últimos años, por lo que en Nación piden un programa de reducción de gastos bajo el mote de “equilibrio fiscal”. La superpoblación de cargos políticos en la estructura provincial está en la mira.
- Infraestructura: este eje a lo que apunta es a lograr mayores niveles de “transparencia en la obra pública” santacruceña, que fue el epicentro del emporio que construyó Lázaro Báez durante el kirchnerismo. No está claro, sin embargo, cómo se va a estructurar esta premisa, pero en Gobierno estaban esperando a ver qué tenían para proponer desde Santa Cruz. ¿Vetarán proveedores?
- Institucional: aquí es donde entre otras cosas entra en discusión la eliminación de la ley de Lemas y el planteo sobre las reelecciones indefinidas y el financiamiento de los municipios.
La ministra Rocío García de Kirchner y Marcelo Bersanelli, futuro juez.
Es el esposo de Candela García, una de las hermanas de Rocío García, la mujer de Máximo. De profesión abogado, defiende a Cristina Kirchner en diversas causas, y trabaja en el Ministerio de Salud provincial, que justamente es comandado por Rocío.
Pero esta semana volvió a ser noticia porque en Diputados recibió el visto bueno para ser juez, por lo que quedó a un paso de ser designado a cargo de un juzgado en lo Civil y Comercial de Río Gallegos, el que tramita la sucesión de Néstor. Típico del manual institucional kirchnerista.
Peralta, el ex gobernador, acusado de dejar pesada herencia y artífice del triunfo de Alicia.
Con el sistema electoral actual, la fórmula que encabezaba Alicia Kirchner sacó el 34% de los votos, pero compartía el mismo lema (Frente para la Victoria Santacruceña) con el ex gobernador Daniel Peralta y juntos llegaron al 51%. Peralta, precisamente, se consolidó así como el hombre que hizo posible que el kirchnerismo mantenga el poder en Santa Cruz y, a su vez, es a quien le apuntan los K por la supuesta herencia recibida.
Por el otro lado, estaba el radical Eduardo Costa, que consiguió el 42% (12 mil votos más que Alicia), que también conformó un lema con otro candidato y llegaron al 46%.
La pregunta que siempre queda flotando en estos casos es cuántos votantes de Peralta lo hubiesen elegido si tomaban conciencia de que estaban aportando a la posibilidad de que Alicia se coronase.
Entre paros, protestas, y reclamos por sueldos adeudados, la situación en Santa Cruz está lejos de calmarse.
Luego de años de malas administraciones la normalización de las cuentas va a llevar tiempo.
Mientras tanto, la política mete la cola y aprovecha para sacar su tajada.
fuente
"#BORDERPERIODISMO", 27.04.2017