18 mar 2017

MENDOZA: REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN






MENDOZA: 

 Reforma de la Constitución: ¿oportunidad o conveniencia?





  • Sábado, 18 de marzo de 2017



Reforma de la Constitución: ¿oportunidad o conveniencia?



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Eduardo Fernando Luna - Universidad de Mendoza


Nuevamente se nos pone frente al tema de la reforma de la Constitución de Mendoza, en la aparente búsqueda de soluciones que permitan alcanzar los éxitos políticos, económicos y sociales que con la actual constitución parecen negarse a los mendocinos.

Vale preguntarnos si existe una real preocupación por adecuar la Constitución a los tiempos actuales o, por el contrario, el simple interés de consagrar la reelección para ciertos cargos, hoy constitucionalmente impedidos, o para satisfacer intereses de sectores políticos o económicos, que ven en la reforma la posibilidad de acumular poder o riqueza.

Es del caso recordar las palabras que pronunciara Julián Barraquero ante la Asamblea Constituyente de 1915, en oportunidad de hacer entrega de su proyecto de Constitución, que luego fuera la base de nuestra actual norma suprema provincial.

Decía el ilustre constitucionalista “... que nuestra obra no sea el fruto de intereses políticos o sectarios del momento y sepamos inspirarnos en los intereses supremos y permanentes del pueblo que nos ha honrado con su sufragio. Las constituciones solo perduran cuando el pueblo las defiende porque son la encarnación de sus ideales y el arca tutelar de sus derechos y libertades...”
( H. Convención Constituyente – 1915, Mendoza 1941, Best Impresores, TºI, pág.13/14).

No advertimos que la Constitución de Mendoza haya significado un obstáculo para el desarrollo de la provincia o haya impedido la instrumentación de las políticas plasmadas entre los diversos signos partidarios, que han conducido desde 1916 los destinos de esta tierra.

¿Puede pensarse que la Constitución ha sido la causante de las sucesivas crisis que han sufrido los productores o industriales, con caída del comercio internacional y su repercusión en salarios y precios? 

Es evidente que no. Creer que la solución a estos problemas se alcanzará con la reforma de la Constitución es desconocer el verdadero rol que tienen las normas constitucionales dentro del orden jurídico.

Se confunde lo sustancial con lo instrumental. 

Una cosa es la norma constitucional, que da el marco sobre el que se desenvuelve la actividad política y administrativa y otra, muy distinta, es la instrumentación de tales actividades que se desarrollan conforme a la ley. 

Es la ley la que reglamenta el ejercicio de los derechos y las funciones estatales, de modo que en ella estará el acierto o no de las medidas de gobierno, las que podrán ser modificadas o adecuadas, de acuerdo con las reales necesidades políticas del momento, sin necesidad de alterar el texto constitucional.

Ahora bien, aceptando que pueda modificarse la Constitución mendocina, tanto el legislador como el convencional constituyente deberán ser sumamente cautos para no caer en el error de proponer o sancionar normas o crear instituciones que no se adecuen a las reales necesidades de nuestra provincia o que sólo sirvan para satisfacer apetencias personales u ocultar los fracasos de quienes conducen los destinos de la Provincia.

Reformar la Constitución es cosa seria, que no debe tomarse con ligereza, no sea que bajo el pretexto de actualizar un “viejo texto” terminemos desnaturalizando un régimen constitucional que es verdadero orgullo de todos los mendocinos y olvidarnos que, en sus 100 años de vigencia, esta Constitución ha sido el sostén del crecimiento económico, social y cultural de Mendoza y base de una consolidada vida republicana, motivo de verdadera admiración en todos los rincones del país.

fuente
"Los Andes", 18.03.2017

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.