EL FIN DE FÚTBOL PARA TODOS
viernes 3 de Marzo de 2017
Termina FPT: un grifo sin control de $11.000
millones
• DURÓ SIETE AÑOS Y
SIETE MESES.
La AFA debía cuidar que el dinero fuera a los clubes para política social y
deportiva, y saldar las deudas de esas entidades con la Asociación y con el
Estado nacional.
Hoy deben más del doble.
Hay denuncias por defraudaciones por
más de $1.000 millones.
Finalmente ayer el Gobierno nacional giró a la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) los últimos 350
millones de pesos prometidos y ya el programa Futbol Para Todos (FPT), al menos
en su primera etapa, es historia.
Según reza la Decisión Administrativa 150/2017
publicada ayer en el Boletín Oficial, se ratifica la "rescisión
bilateral" de fecha 24 de febrero de 2017 del "Contrato de Asociación
entre la jefatura de Gabinete de ministros con la Asociación del Fútbol Argentino,
para la transmisión de espectáculos de fútbol por televisión abierta y
gratuita, de fecha 20 de agosto de 2009".
Entre los considerandos de la
medida quedó fijado que "las partes acordaron en el acta acuerdo de
rescisión bilateral la entrega de la suma de $350.000.000 por parte del Estado
Nacional a la AFA, en virtud de la rescisión que se acuerda y conforme a los
derechos y obligaciones de ambas partes".
La aventura del fútbol público
comenzó en agosto de 2009, duró siete años y siete meses, y tuvo un costo
mínimo de 10.897 millones de pesos aportados 100% por dinero proveniente de las
arcas fiscales.
En otras palabras, le costó a las arcas del Estado unos $120
millones mensuales o 4 millones de pesos diarios, que podrían llegar a los 5
millones si se suma el total del dinero que el sector público le giró a la
Asociación por la televisación de la Selección argentina y otros torneos
internacionales.
Según los números de la propia AFA, el Estado
nacional envió en el primer año de vigencia del FPT; oficialmente el Estado
comenzó girando a la AFA unos $600 millones en 2009, 854 millones en 2010, 879
millones en 2011, 1.182 millones en 2012, 1.201 millones en 2013, 1.667
millones en 2014, 1.664 millones en 2015 y unos 2.500 millones en 2016 (300
millones obedecen a una deuda pendiente de 2015).
A este dinero hay que sumar
los $350 millones que se liquidaron ayer; mientras que no se tienen en cuenta
los millones de pesos que se giraron para la televisación de la Selección de
futbol argentino.
La idea original con la que fue justificado el
lanzamiento del plan en aquel agosto de 2009 era que a partir del dinero que se
derivaría a la AFA y de ahí a los clubes de futbol de todas las divisiones,
comenzaría una política social de traslación de esos fondos hacia cada uno de
los barrios o comunidades donde la institución estaba instalada; con la
obligación que se fomente el acercamiento de la sociedad a los clubes y se haga
política deportiva y educativa.
Además los clubes debían cancelar las deudas
previsionales (megamillonarias en ese 2009), con los jugadores y empleados de
las instituciones y comprometerse a invertir en infraestructura, no sólo en
futbol sino en otros deportes.
Siempre apuntando a que el club se convierta en
el faro hacia donde los niños y adolescentes de toda una comunidad concurrirían
para absorber parte de la inversión social que se concretaría.
La realidad fue
muy diferente.
Según lo que se pactó en ese 2009 entre el Gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner y la AFA (que aceptaba que los fines del dinero debían
ser sociales, educativos y deportivos y nunca en beneficio único de la
actividad futbolística profesional) tendría el monopolio del control del
destino de los fondos y desde el Estado nacional sólo se le podía pedir
explicaciones al titular de la organización madre del fútbol local. Sólo la
AFA, dirigida por Humberto Grondona, podría ejercer además la fiscalización
interna en los propios clubes, tarea que, por lo demás, nunca fue estipulada
organizativamente sobre cómo se ejercería en la practica.
La realidad terminó
siendo que en la mayoría de los casos, los clubes utilizaron el dinero
exclusivamente para gastarlo en su equipo de futbol profesional.
Esto, en el
mejor de los casos.
Según las denuncia que lleva adelante la legisladora porteña
Graciela Ocaña, habría ya prueba de delitos fiscales por 9.000 millones de
pesos, la mayoría por movimientos ilegales del dinero enviado por el Estado a
la AFA, desde donde se habría utilizado el dinero para maniobras de lavado de
dinero, transferencias a terceros o simplemente pagos a los clubes en cheques
con descuentos que podrían llegar hasta el 80%.
Según Ocaña, "la plata
entraba a la AFA y, según correspondía, debía darle a cada club.
Pero a pesar
de que había un acuerdo entre los clubes sobre cuánto le tocaba a cada uno,
tenían una cuestión: si vos eras 'amigo', entonces te daban el cheque o te
adelantaban 10 cuotas del 'Fútbol para Todos'.
Y si no, no te pagaban o te
pagaban con un cheque a 180 días".
Al final de la historia del FPT, los clubes no
sólo no redujeron el déficit original de 500 millones de pesos, sobre el que se
justificó el plan, sino que según los datos de la propia AFA, la deuda total
con el organismo rector del futbol superaría hoy los $1.500 millones.
Fuente
“ámbito”, 03.03.2017
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