Unos protestan porque el gobierno no sube los sueldos; otros por el ajuste económico, y las mujeres por la igualdad de género, que para muchas Macri no garantiza.
Muchos atacan al mandatario por "usar" el poder en beneficio de su familia, una de las más ricas del país.
Otros lo fustigan por "favorecer" a los empresarios.
Su gobierno se defiende afirmando que, en la búsqueda del cambio, los traspiés pueden ocurrir.
Aunque sus números han caído, las encuestas le dan a Macri entre 40% y 50% de aprobación, números altos gracias a la esperanza de mejora que aún muchos mantienen y a la división de la oposición, parcialmente investigada o encarcelada bajo cargos de corrupción.
El martes hubo marcha de los sindicatos, que se muestran preocupados por los despidos que atribuyen al aumento de importaciones.
El 1º de marzo Macri enfocó su discurso anual ante el Congreso en lo que su gobierno, para él, no representa: "el populismo", "la corrupción" y "la división", males que asoció al gobierno de su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner.
"#Noaflojemos", les ha pedido Macri a sus seguidores, que en octubre podrán escrutarlo en unas elecciones legislativas decisivas para su futuro.
Según los observadores, el presidente argentino necesita dos cosas para ganar: que la economía finalmente se despabile y que cesen sus ya famosos "errores no forzados".
Incluso durante su gobierno en Buenos Aires, Macri siempre se ha mostrado dispuesto a remendar los desaciertos, lo que él ve como una muestra de actitud dialogante, pragmática.
"No soy infalible, soy falible y si me equivoco doy un paso atrás y corrijo", dijo en una reciente rueda de prensa.
1) Los feriados y un día sensible
Argentina es uno de los países de América Latina con más feriados al año (16) y Macri ha querido revertir eso, con el argumento de que afectan la producción nacional y el ciclo lectivo.
A fines de enero, el gobierno decretó el fin de los puentes: cuando el festivo caía en martes, miércoles o jueves, el día festivo no se movía y la gente tenía derecho a tomarse un asueto de cuatro o cinco días. Macri no eliminó festivos, pero aprobó la movilidad de algunos, como ocurre en otros países.
Entre los movibles incluyó el 24 de marzo, fecha que conmemora a las víctimas del régimen militar que tomó el poder con un golpe de Estado ese mismo día en 1976.
Las influyentes Madres de Plaza de Mayo, organizaciones de derechos humanos y la oposición peronista criticaron la medida.
Sin embargo, Macri luego decretó como inamovibles el 24 de marzo y otros dos días festivos que herían susceptibilidades.
2) Los haberes jubilatorios
El sistema jubilatorio de Argentina es uno de los más grandes de América Latina: cubre al 93% de los habilitados y el monto mínimo de pensión es el más alto de la región.
Aunque eso en teoría es un atributo del país, también supone una carga presupuestaria enorme para el Estado, que financia gran parte de las jubilaciones.
Macri, preocupado por el alto gasto público, quiso recortar el presupuesto para jubilados cambiando la fórmula con la que se determinan los aumentos de las jubilaciones y pensiones dos veces al año.
En un país con una inflación del 40% el año pasado, según cifras oficiales, el cambio de fórmula implicaba una caída real de la pensión de 0,3 por ciento.
El gobierno dijo que en el debate se divulgaron mentiras, pero finalmente desmanteló los recortes y desde entonces ha elogiado la ley vigente y reiterado su compromiso de incorporar un millón más de jubilados a un sistema que ya beneficia a casi 6 millones personas.
3) Correo Argentino y el conflicto de intereses
Algunas de las medidas que Macri echó para atrás eran políticas concretas que luego consideró impertinentes.
Caso Correo Argentino: qué se sabe del escándalo que golpea al presidente Mauricio Macri por la negociación de una millonaria deuda de su padre con el Estado
La empresa de Franco Macri, el padre del mandatario, fue propietaria del Correo Argentino entre 1997 y 2003, año en que el entonces presidente, Néstor Kirchner, la reestatizó.
Macri padre pasó a deberle al Estado pero hasta el año pasado las partes no se habían puesto de acuerdo en cuánto era; la ecuación no es fácil tras años de devaluaciones e inflación.
En febrero, una fiscal consideró "abusivo" el acuerdo e imputó al presidente por "perjuicio patrimonial multimillonario en las arcas del Estado y en el patrimonio de los acreedores minoritarios".
Para muchos esto significó que el jefe de Estado le estaba perdonando a su padre la deuda, que puede ser de u$s4.500 millones o u$s258 millones, según como se calcule.
Aunque una vez más acusó a la oposición de divulgar tergiversaciones y dijo que el gobierno no perdonó un peso, Macri ordenó una renegociación de la deuda desde cero.
El mandatario admitió que su gobierno, defensor de la transparencia, no pensó "un mecanismo para controversias judiciales como esta que existe entre el Correo y el Estado, donde el concesionario era mi padre".
4) "Avianca-gate"
Viajar dentro de la extensa Argentina es difícil tras el desmantelamiento de la red de ferrocarriles en los años 90 y Macri, impulsor de las inversiones extranjeras, ha querido revertir eso con la llegada de aerolíneas de bajo costo.
El gobierno otorgó la concesión de 135 rutas nacionales a cinco aerolíneas extranjeras, entre ellas Avianca.
La compañía de origen colombiano compró hace un año MacAir, una línea de la familia Macri que con sus nuevos dueños dio origen a Avian Líneas Aéreas S.A..
El gobierno le otorgó a Avian las 26 rutas que solicitó.
Pero, tras una denuncia de diputados opositores, Macri, sus asesores y empresario de Avianca fueron imputados por "presuntas irregularidades vinculadas a la explotación del espacio aéreo argentino".
Los diputados hablaron de posibles cargos como asociación ilícita y defraudación contra la administración pública, que serán analizados por un juez.
Macri, no obstante, decidió frenar la entrada de Avianca, porque, según digo su jefe de gabinete, "el Presidente no quiere ningún tipo de duda ni sospecha".
Macri, una vez más, reculó.
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