LOS AÑOS 70 – II -
Las dos verdades de los 70:
los momentos más fuertes de un debate inédito
Responsabilidades, autocrítica,
recriminaciones y propuestas en este cara a cara entre ex militares y ex
guerrilleros, en el que no se eludió ningún tema
22 de febrero de 2017
Por
momentos la discusión logró trascender la recriminación mutua y apuntó al
futuro; por momentos se volvió al intercambio de acusaciones ya conocidas: los
crímenes de la guerrilla no son reconocidos; los militares no admiten ni dan
información de todo lo que hicieron.
Hubo reconocimiento de la voluntad de unos de cambiar el sistema a
través de la lucha armada; y de otros de haber reprimido ese intento con
métodos equivocados y extremos, aunque no hubo coincidencia en categorías
tales como terrorismo de Estado o si aquello fue o no una guerra.
Y una
interesante revelación sobre el origen de la hoy sacrosanta cifra de 30 mil
desaparecidos.
Pasado, presente y futuro fueron analizados en los distintos
tramos de la polémica que fue de la asunción de las respectivas
responsabilidades hasta la necesidad o no de una reconciliación, pasando por la
actual resolución del tema que deja muchos descontentos.
Sin duda no
hay una visión única de lo acontecido pero sí hubo al menos en el encuentro
convocado por Infobae una importante cuota de honestidad intelectual en personas que
fueron protagonistas de los hechos en debate o partidarios de una de las
visiones o proyectos enfrentados.
Los ex militares Aldo
Rico y José D'Angelo y los ex guerrilleros Eduardo Anguita (ERP) y Luis Labraña (Montoneros) son quienes se animaron
al diálogo tras haber estado enfrentados en el pasado.
De izq. a der: Aldo Rico, José D’Angelo, Luis Labraña y Eduardo Anguita (Agustin Marcarian)
El debate fue moderado por Eduardo Feinmann y Ceferino
Reato y fue
seguido en vivo por los canales de Infobae en Youtube, Facebook y Twitter, lo
que habilitó preguntas del público para los panelistas.
"No hubo dos demonios, sino uno solo, la violencia",
dijo Eduardo Feinmann al invitar a los participantes a "pasar de la
confrontación a la conversación".
"Este es un debate sobre pasado, presente y futuro, por eso
queremos hablar de la autocrítica, la evaluación y la reconciliación",
explicó Ceferino Reato.
"Formalmente el ejército hizo una autocrítica, en la gestión
de (Martín) Balsa -dijo José
D'Angelo, autor de un libro de significativo título, Mentirás
tus muertos- que
para mí es insuficiente, incompleta y contribuye a la construcción de un relato
y no a la verdad histórica".
De paso recordó que Balsa le envió cartas de
reconocimiento a Videla por su accionar al frente del Ejército.
José D’Angelo, autor de “Mentirás tus muertos” (Agustin Marcarian)
"Es imprescindible
que quienes fuimos militantes revolucionarios demos testimonio de lo que
hicimos", dijo Eduardo Anguita, periodista y coautor de La Voluntad (una monumental
compilación de testimonios de militantes de las organizaciones guerrilleras),
en referencia a la necesidad de autocrítica.
"Tenemos que hacer todos los
esfuerzos para dialogar y poner de relieve que la violencia que se vivió en
Argentina también tuvo una contribución de los que queríamos una
revolución".
Sin embargo, defendió la visión hegemónica de estos últimos años
porque fue construida a través del enjuiciamiento de "crímenes
impunes" y aseguró que en estos años hubo posibilidad de expresarse para
muchos que disentían de la política de derechos humanos de las gestiones
anteriores.
A continuación fue el turno de Aldo
Rico, con una intervención muy política: "Acá
estamos demostrando que los que combatimos no tenemos problema en sentarnos a hablar;
el problema es la dirigencia política hipócrita que no soluciona el pasado
ni los problemas del presente.
Este conflicto que lleva 40 años sin resolverse
y muchos de mis compañeros están condenados por leyes posteriores a los hechos
que se juzgan.
Agradezco a Infobae que nos haya invitado y agradezco a todos los que están en
esta mesa y en especial a los que nos enfrentamos porque hay que lograr un
ambiente de reconciliación sin el cual la Argentina no va a salir
adelante".
Aldo Rico: “Los que combatimos no tenemos problema en sentarnos a hablar; el problema es la dirigencia política hipócrita” (Agustín Marcarian)
Aclarando que no podía hablar
en representación de las organizaciones que integró -FAP, FAR y Montoneros-
sino a título personal, Luis
Labraña dijo que
no se considera un "arrepentido" y por lo tanto no quería formular
una autocrítica.
Pero sí analizar el pasado: "Y veo grandes errores, pero
también me pregunto qué sucedió para que jóvenes de 18, 19 o 20 años
tomaran las armas.
Tenemos que tener una visión de la historia, no
una autocrítica, ver
qué pasó para que llegáramos a ese punto.
No era que hubo montoneros malos,
tipos del ERP malos o milicos malos, sino profundizar en los orígenes de la
peste para que no se repita".
"Ambos bandos lucharon por el control del Estado -admitió-:
unos atacaron las estructuras del Estado y otros salieron a defenderlas, pero
no veo la necesidad de darnos con un látigo".
José D'Angelo destacó el hecho de que por fin los medios empezaron a dar
espacio a las víctimas de las guerrillas.
Y le preguntó a
Anguita si podía diferenciar entre "memoria" y "verdad
histórica".
Anguita rescató la memoria porque "silenciar a la sociedad a
través de campos de concentración, tortura y asesinatos no reconocidos generó
terror y hacer memoria ayudó a mucha gente".
Sin embargo, admitió que eso
no era "suficiente".
"Necesitamos
todos los datos -agregó, devolviendo el desafío de D'Angelo- voy a leer tu
libro, y sé que vos has leído trabajos con los que no estás de
acuerdo, pero eso debe ser sostenido con los registros de los 30 mil, o los que
sean (…) tenemos que reconocernos como argentinos, en la diversidad pero
también en las atrocidades que se cometieron".
Anguita: “Tenemos que reconocernos como argentinos, en la diversidad, pero también en las atrocidades que se cometieron” (Agustin Marcarian)
"Si Alfonsín llegó al
poder con elecciones libres es porque los movimientos guerrilleros dejaron de
tener importancia en Argentina -destacó Aldo
Rico-.
No
existe la moderación en la guerra, es así en todo el mundo, en todas las
guerras"
La definición de "guerra" respecto a lo sucedido en los
70 no tuvo unanimidad.
Anguita dijo que no hubo una guerra pero, en lo que calificó de
"paradoja", admitió que su
generación creía estar en una guerra revolucionaria.
"Creíamos que promoviendo la idea de la
guerra revolucionaria íbamos a ganar adeptos y nos entrampamos en un
proceso" de militarización de la resistencia que llevó a una deformación.
Luis Labraña dijo que lo de terrorismo de Estado era un cliché,
que no es una figura jurídica: "No
tenemos que olvidar que antes del proceso militar nosotros iniciamos una
escalada por la toma del poder y eso implica tomar estructuras del Estado;
buscábamos en nuestra concepción de guerra revolucionaria implantar el
socialismo".
Y
consideró que, de haberse impuesto la guerrilla, "los
fusilamientos hubieran sido como en España o como con Stalin".
Luis Labraña y Eduardo Anguita (Agustin Marcarian)
Pero insistió en que lo
esencial no era debatir si fue o no una guerra sino analizar "por qué la
política falló y nos llevó a la guerra".
Fue entonces cuando explicó que el número de 30 mil desaparecidos
lo sugirió él cuando las Madres llegaron a Europa en busca de respaldo para su
ONG, con una lista de 3 mil nombres de desaparecidos.
Labraña estaba exiliado
en Holanda donde la palabra genocidio que estaba asociada al holocausto
de los seis millones era relativamente reciente.
La cifra de 3 mil resultaba exigua para hablar de genocidio y fue
entonces cuando él sugirió la proyección de 30 mil, una cifra a la que hoy los
organismos de derechos humanos se aferran con uñas y dientes.
Aldo Rico consideró necesario recordar que, en el fallo del juicio
a los comandantes de las Juntas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, se
reconocía expresamente "el marco político institucional en el que se
desarrolló el accionar de los imputados", caracterizado por "el
agravamiento del accionar subversivo" cuyo objetivo último era la toma del
poder político.
Un reconocimiento que se completaba incluso con la mención al
accionar guerrillero en Tucumán que apuntaba al control de un territorio para
obtener el estatus de "parte beligerante".
"Se tiene por
acreditado que el accionar terrorista creó una situación sin la cual lo
acontecido no hubiera tenido lugar", citó.
Interpelado sobre si admitía que la guerrilla había cometido asesinatos,
Anguita señaló que "en los partes de las organizaciones se reconocían las
acciones, las organizaciones se hacían cargo".
Pero dijo que no hablaban
de asesinatos sino de "ajusticiamientos".
"Hoy uno puede decir
algunos fueron asesinatos, otras muertes en combate, otras muertes horribles
como las que contaba Silvia Ibarzábal" (cuyo padre fue secuestrado por la
guerrilla y ejecutado tras un largo cautiverio).
El debate sobre los años 70 en Infobae (Agustín Marcarian)
"Esto se dio en el
marco de la consigna del Che (Guevara) de crear 'uno, dos Vietnam', muchísimos
jóvenes creímos eso, creíamos que tomábamos las banderas de San Martín y
Bolívar", agregó.
Pero también pidió que los militares reconociesen que "la
tortura fue un crimen cometido contra miles de jóvenes, háganse cargo de que
formaron parte de un ejército que torturó y asesinó".
D'Angelo no se mostró del todo satisfecho con el reconocimiento de
Anguita.
Le reprochó no ver que la memoria es "una plastilina que se puede
moldear como hizo el último gobierno" y pasó a citar a otros ex
guerrilleros como Jorge Massetti hijo que dijo "por suerte no tomamos el
poder", en referencia al tipo de régimen que querían imponer.
Anguita en cambio dijo no estar decepcionado porque habían podido
"decir las cosas".
"En La Voluntad están todos los documentos, sin censura,
porque fue la historia lo que quisimos reflejar", agregó.
También contó que estuvo once años preso por su participación en
el asalto al Comando de Sanidad del Ejército.
"Con los años he dicho que
eso fue un error grave, atacar un cuartel en democracia".
El hecho tuvo
lugar en septiembre del 73.
D'Angelo le señaló que por ese hecho Perón los "sacó de la
historia".
Labraña destacó que "los soviéticos estuvieron detrás de esta
guerra fría, no hay duda", pero también recordó "cuántos gobiernos
democráticos fueron derrocados por golpes" y cuestionó lo que los
militares hicieron con la Argentina en esos períodos.
"Recomiendo a los jóvenes que lean estas revistas -dijo
D'Angelo, en referencia a las publicaciones de la guerrilla-.
En septiembre del
75 hay un llamamiento a la juventud, a los estudiantes y campesinos a tomar las
armas contra el gobierno constitucional de Isabel Perón; todos sus delitos
están reseñados en estas crónicas, por ejemplo, el ajusticiamiento de un jefe
policial de la democracia".
José D’Angelo mostró revistas de las organizaciones guerrilleras (Agustín Marcarian)
Anguita no negó los hechos
pero lamentó que su interlocutor no mostrase también "partes de los campos
de concentración".
Ante la pregunta de si reconocía los crímenes cometidos por los
militares, D'Angelo respondió: "Sé que hubo un plan sistemático para
acabar con los guerrilleros donde se aplicaron procedimientos de combate y
otros que estaban reñidos con los derechos humanos".
"¿Se torturó, se desapareció?", fue la pregunta.
"Sí. Fue un plan sistemático para terminar con otro plan
sistemático que era derrocar un gobierno democrático.
"Efectivamente debe haber existido tortura,
que condeno, pero eso es una parte de la historia", insistió D'Angelo.
Admitió equivocaciones en la cúpula por "la forma en que se
combatió la guerrilla", pero insistió en recordar los crímenes de las
organizaciones armadas como el asesinato del Capitán Viola y su hija.
Terció entonces Labraña diciendo que "el camino de la
concordia no es tirarnos carpetas para ver quién fue más malo".
El ex militar José D’Angelo y los ex guerrilleros Luis Labraña (Montoneros) y Eduardo Anguita (ERP) (Agustin Marcarian)
"Hay prisioneros, hay
desaparecidos, hay víctimas de los dos lados que aún lloran a sus muertos; si
no nos dedicamos a ver qué pasó en la Argentina y por qué, esto se va a
repetir. El problema no es jurídico sino político", aseguró.
En el
cierre del debate, Rico dijo: "La sociedad no nos juzgó, nos juzgó un
sistema político. La sociedad, cuando estalla la guerra revolucionaria, se pone
en contra de ellos, las fuerzas armadas logran vencer a la guerrilla porque
tuvieron el apoyo de la gente. El
pueblo peronista les dio la espalda".
"Yo
no defiendo el Proceso -aclaró- sino a mis camaradas que están siendo sometidos
a un sistema de venganza y no de justicia porque no se puede comparar la
responsabilidad de un cabo con la de un jefe".
Y volvió
a reclamar una "solución política definitiva". "Quiero a mis
camaradas libres, quiero que se reconozca a las víctimas de los atentados de la
guerrilla y que se den a conocer las listas de la Conadep, que se reconozca
bien si los movimientos revolucionarios eran jóvenes idealistas también nosotros éramos idealistas y esos jóvenes idealistas mataban
inocentes, ponían bombas".
Y Anguita expresó su deseo de que "los jóvenes que hoy viven
desesperanza no vivan un conflicto armado".
"No quiero que haya
víctimas, no quiero que en una sociedad donde las cosas se están poniendo feas
haya gente que crea que esto se puede repetir".
Fuente
“Infobae”, 22.02.2017
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