El Gobierno dio muestras de que está desbordado, a raíz de una demanda que excede ampliamente la oferta.
Debe hacer malabares para tratar de conseguir divisas y, al mismo tiempo, ir tapando todos los agujeros por los que se les puedan escurrir.
Como si esto fuese poco, también debe librar una ardua batalla contra el blue, que ya lleva más de cuatro años.
Cientos de allanamientos, multas, inspecciones, clausuras, quites de licencias, operativos comando, amedrentamientos a directivos y "quema" de recursos varios, como la de los bonos de Anses, han sido parte del arsenal desplegado por la administración K.
Esto, más allá de todo tipo de intervenciones -que datan de las épocas de Guillermo Moreno-, del despilfarro de recursos vía manos amigas y de ventas masivas en los mercados de dólar futuro.
¿Sirvió de algo? La realidad muestra que no: en los inicios del cepo cambiario el blue cotizaba a $4,70 y ahora ya descansa en los "dulces" $16.
Es decir, su precio más que se triplicó (pese a todo y contra todos) y la brecha cambiaria pasó del 10% al 70 por ciento.
Pero hay más. No sólo que las medidas no fueron efectivas sino que también formaron parte de una estrategia sumamente costosa.
A la venta barata de activos de Anses, se suma que el Gobierno dejará el mandato con las arcas del Banco Central casi vacías (en cuanto a reservas "líquidas") lo que implicará una pesada carga para la nueva administración.
¿Para qué interviene?
El Banco Central apela a diferentes maniobras para que la divisa estadounidense en sus variadas acepciones (blue, conta con liqui, bolsa, MEP, entre otras) no se dispare.
También interviene activamente en el mercado de dólar futuro. Lo hace para calmar las expectativas que tienen los inversores sobre una posible devaluación.
Es que cuanto más caras coticen las "especies" mencionadas y se alejen del precio fijado por el Banco Central, mayor es la sensación de que sobrevendrá una corrección del tipo de cambio oficial.
Claro que calmar las aguas no es gratis y los altos costos formarán parte de la herencia que recibirá la próxima administración.
En este sentido, los analistas vienen formulando claras advertencias respecto a que si el Banco Central hoy pacta un acuerdo de dólar futuro a un determinado precio, cada peso que luego se incremente el billete verde (por encima de lo acordado) le significará una carga aun mayor.
Y esa carga puede superar los $100.000 millones, dependiendo del valor que adquiera la divisa estadounidense en los próximos meses.
¿Quién gana y quién pierde en el mercado de dólar futuro?
Para bajar las expectativas devaluatorias, el Banco Central ha realizado un "vendaval" de ventas de este tipo de contratos. Los principales compradores han sido las empresas e inversores, que los buscan para cubrirse de una devaluación.
El mercado funciona así:
Los inversores compran contratos a futuro con un determinado valor del dólar. Al hacerlo, deben poner como garantía un 20% en efectivo (hasta ahora, ese nivel era del 10%).
Aun cuando se pacten valores en moneda extranjera, este mercado funciona en pesos, tanto para entrar como para liquidarse los convenios.
-Perderá si el precio del billete verde oficial fijado por el BCRA termina siendo inferior al concertado previamente. En ese caso, será dicho inversor quien ponga la diferencia.
-Ganará si el tipo de cambio al día del vencimiento supera al que figura en el convenio. En ese caso, será el Banco Central quien "pague" ese gap.
A modo de ejemplo: si comercializaron estos acuerdos a un valor de $10 a marzo de 2016 y para esa fecha la divisa estadounidense oficial cotiza a $11, entonces el BCRA deberá "poner de su bolsillo" ese $1 de diferencia.
Obviamente, cuanto más alto se ubique el billete verde fijado por la autoridad monetaria, mayor será el monto que deberá desembolsar.
¿Cuánto lleva vendido? Nada menos que unos u$s20.000 millones (u$s10.600 millones en el circuito Rofex y u$s11.800 millones en el MAE)
"Nosotros queremos frenar esto porque claramente hay una actitud temeraria del Banco Central, que le quiere complicar la vida al que asuma el diez de diciembre", denunció Prat- Gay, al advertir que Alejandro Vanoli "está vendiendo dólares que no posee".
"Esto tiene una implicancia patrimonial muy grave, porque está comercializando a $10 lo que podría vender a $14", advirtió.
Sostuvo además que este accionar estaría "rozando el delito", tras confirmar la denuncia judicial realizada por el espacio político Cambiemos.
Promesas caras a futuro
Por lo pronto, el Banco Central promete entregar dólares a $10,65 en marzo del año que viene. El problema es que fuera del país esos mismos contratos se comercializan a $14.
Así las cosas, esto se traduce en:
-Pérdida de $25.000 millones: si el tipo de cambio escapa a las proyecciones de la entidad.
-Pérdida de $70.000 millones: si el billete verde oficial escala a $16 a fin de marzo.
-Pérdida de $114.000 millones: si se produce una devaluación antes del 31 de diciembre.
Los cálculos, realizados por la consultora especializada FDI, consideran lo pactado en el circuito Rofex y en el MAE.
Su director, Mariano Sardans, considera que estos guarismos inducen a una postergación en el sinceramiento del tipo de cambio, si la idea es atenuar estas pérdidas, ya que a partir de julio 2016 se reducirían a tan sólo $1.200 millones.
Rofex y Mae
Este tipo de contratos se negocian tanto en el Rofex (mercado a término de Rosario) como en el MAE (Mercado Abierto Electrónico).
En el primero de ellos, el precio del billete verde a fin de este año se está pactando actualmente a $9,93 y para diciembre de 2016, a $13,60.
En tanto, para el mes intermedio a ese lapso (junio 2016), a $11,45.
Debe considerarse la tasa implícita de cada vencimiento. Por ejemplo, el precio a marzo ($10,80) implica un interés anualizado del 32% respecto del valor spot o de contado.
Precisamente, ése es el costo para cubrirse del riesgo cambiario a esa fecha.
En el Rofex estos contratos están estandarizados y presentan características propias:
-Activo subyacente: dólares estadounidenses (al valor oficial).
-Liquidación: no hay entrega del dinero sino que sólo se liquidan los pesos que surgen de las diferencias de cotización.
-Monto y vencimiento: cada contrato es de u$s1.000 y la fecha de caducidad es el último día hábil del mes de referencia.
-Garantía y márgenes: no hay movimiento de pesos hasta la fecha de la liquidación y, por lo tanto, las partes deben presentar garantías para asegurar el cumplimiento.
Riesgos y consecuencias
Para los inversores, el riesgo más visible es que el nuevo Gobierno demore el sinceramiento y que el tipo de cambio oficial siga subiendo a la "lenta" tasa actual, cercana al 16%.
De ocurrir, es probable que termine con un empate, sin ganancias ni pérdidas significativas.
Existe, sin embargo, otro riesgo: la posibilidad de un desdoblamiento cambiario.
Economistas como Miguel Kiguel y Eduardo Levy Yeyati "sugirieron" que éste puede ser un paso intermedio tomado por la nueva administración hasta que se libere el cepo y se vaya a la unificación.
Una medida de estas características supone la coexistencia de dos mercados legales:
-El oficial, que funcionaría para operaciones de comercio exterior.
-El financiero, por el que se canalizaría el resto de la operatoria.
El problema es que los contratos de dólar futuro se regirían por la primera de esas cotizaciones, que seguiría retrasada en relación con la segunda.
Alto precio, pesada herencia
"El Banco Central se está exponiendo a una pérdida contable importante, porque la devaluación que viene será inevitable", advierte Federico Muñoz, titular de Federico Muñoz & Asociados.
"Para marzo, es probable que la entidad pierda unos $2 por cada contrato que está vendiendo hoy", completa este analista, quien estima un dólar para ese mes de $12,50.
"En otras épocas, estos acuerdos de futuros se vendían a los bancos, con quienes era más fácil llegar luego a un pacto. El problema es que hoy están mayoritariamente fuera de ellos, entre empresas e inversores", dice Pedro Rabassa, director de la consultora Empiria.
A esta altura, nadie duda que -asuma quien asuma- se avanzará en un camino de un sinceramiento del tipo de cambio.
Ambos candidatos, Scioli y Macri, coinciden en poner fin a las actuales restricciones del mercado, si bien disienten en la forma de hacerlo.
Los asesores del dirigente del PRO, son partidarios de hacer un ajuste tipo "shock". Según cálculos que realizan en este espacio, debería converger al precio actual del contado con liquidación, en torno a los $13/$14.
Por el lado del sciolismo, prevalece la idea de fortalecer las reservas antes que ajustar la paridad de la moneda. Además, Mario Blejer y Miguel Bein, asesores de este espacio, sostienen que impulsar una devaluación sin otro tipo de medidas complementarias no servirá de mucho.
Más allá de las formas, ambos partidos anticipan que habrá un nuevo valor para el billete verde oficial. Cuanto mayor sea y más rápido se llegue a él, mayor será el costo que habrá que tendrá que asumirse por estos contratos.
Alfonso Prat Gay ya disparó el alerta. Afirma que lo que está haciendo hoy día el BCRA es tomar más y más compromisos de venta de billetes verdes a unos meses (a marzo o a julio) a precios de "ganga".
"Por cada millón de dólares que vende, regala cinco millones de pesos. Y no a pequeños ahorristas sino a grandes especuladores", subraya.
Por lo pronto, el próximo Gobierno deberá hacer frente a una compleja herencia, que condicionará gran parte de su política económica.
Y no son pocos los que advierten que los compromisos de dólar futuro serán una bomba de tiempo. Una más que deberá desactivar la nueva gestión.
FUENTE
"iProfesional", 03.11.2015
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