3 nov 2015

DÓNDE ESTÁN LOS DÓLARES...

DÓNDE ESTÁN LOS DÓLARES...

Dónde están los dólares que ganó la Argentina

En poco más de una década, la Argentina tuvo un superávit comercial de unos US$150.000 millones. Esas divisas no están y ahora, debe inventar reservas de libre disponibilidad que no tiene.



  • Ismael Bermúdez
La Argentina contó durante más de una década de extraordinarios ingresos de divisas del comercio exterior, del orden de los US$150.000 millones. A pesar de esos superávits récord, el Banco Central casi no cuenta con reservas propias, carga con una deuda en Lebac y Nobac por el equivalente a más de US$30.000 millones y un activo en un 90% plagado de papeles del Estado Nacional que debe refinanciar en forma permanente porque no puede pagarlos.
Una gran parte de esos excedentes sirvieron para pagar la cuenta deficitaria de servicios e intereses de la deuda. También para cancelar los vencimientos de capital del FMI, de organismos internacionales y acreedores privados por la friolera de US$65.000 millones. Y casi US$100.000 millones fueron a parar al colchón, a cajas de seguridad o al exterior.

En tanto, la deuda pública supera los US$250.000 millones, el doble de los US$126.000 millones que se registró luego del canje de 2005. Algunos analistas ponderan que el 60% de esa deuda esté contraída con el Banco Central, ANSeS y otros organismos públicos porque facilita su refinanciamiento, aunque admiten que el costo no es menor porque el Banco Central quedó descapitalizado. Para capitalizarlo recomiendan volver a colocar deuda, lo cual contradice el discurso del “desendeudamiento”. 

Según cifras oficiales, los argentinos ya acumulan fuera del sistema poco más de US$200.000 millones. Desde la crisis de 2001, cuando sumaban US$81.875 millones, esos activos de argentinos aumentaron en la friolera de US$120.000 millones. 

El mayor atesoramiento de divisas fuera del sistema – del orden de los US$70.000 millones– se produjo entre 2008 y 2011. Luego, el Gobierno impuso el cepo con lo que aminoró el drenaje pero también el ingreso de fondos frescos, aumentando el costo financiero, agravado por la caída de los precios internacionales que fueron achicando el superávit comercial.

Si bien luego de la crisis de 2001/02 y la devaluación del peso hubo una desaceleración de la fuga de divisas, y con el dólar “planchado” hasta se registró un atisbo de ingreso de capitales para aprovechar el diferencial de tasas de interés”, a mediados de 2007, con el inicio de la crisis global, se acentuó la “dolarización” de los ahorros, a pesar que bajo el colchón no rinden interés y en plazos fijos en el exterior obtuvieron rendimientos muy bajos por el desplome de la tasa. En 2008, delante de las narices gubernamentales, se fugaron la friolera de US$23.000 millones. 

Hubo sucesos, más allá de la “pasión argentina” por los dólares, para explicar este comportamiento. Lo primero que pasó fue la intervención al IPC-INDEC con la consiguiente manipulación del coeficiente de ajuste de los bonos. Luego la crisis con el campo. En 2011, en víspera del cepo se fugaron US$21.500 millones. En 2013 apareció el fuerte déficit fiscal y la pérdida del superávit externo y se agregaron las fuertes restricciones a la compra de moneda extranjera que abrió una brecha cada vez creciente entre el dólar oficial y el paralelo. Este año, la dolarización cobró impulso con la cercanía de las elecciones. 

Así las cosas, a pesar de préstamos recibidos, el Banco Central fue perdiendo reservas en forma continua y casi carezca de reservas propias. Los US$27.700 millones de reservas brutas, tienen incorporados el swap con China, encajes y pagos no efectivizados a acreedores del exterior. Sin contar esos rubros, las reservas bordean cero.

FUENTE
"Clarin.com", 01.11.2015


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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.