MAPUCHES Y…
EL NEGOCIO DE SERLO
(LAS VENTAJAS DE
PERTENECER)
El megayacimiento petrolero
Vaca Muerta, nuevo objetivo en la reivindicación mapuche por "tierras
ancestrales"
15-10-2017
La tensión ya es moneda corriente en Añelo,
el pueblo que se levanta sobre el reservorio.
Autoridades denuncian la creación
de comunidades con el fin de controlar territorios petroleros.
La ocupación de
lotes privados se intensificó en los últimos 5 años.
YPF y Shell, afectadas por
esta avanzada
Por Patricio
Eleisegui
"Acá nunca hubo originarios y
jamás tuvimos un reclamo de tierras desde que yo tengo memoria. Ahora
resulta que quienes fueron mis compañeros de escuela, los vecinos del almacén,
son ‘lonkos' -jefe de comunidad, en idioma mapudungún- o ‘werken' -vocero-.
Ayer nos dábamos un abrazo en cualquier baile campero, vestidos como
cualquiera. Hoy, en cuanto aparece una cámara, se me plantan con la vincha y la
bandera. La respuesta a semejante cambio es una sola: la riqueza de Vaca Muerta".
Las
palabras, desbordantes en pirotecnia, pertenecen a Darío Díaz, intendente de
Añelo, en la provincia de Neuquén, y vienen a reflejar cuál es la posición
tomada por el arco político del pueblo que se levanta sobre uno de los mayores
reservorios de hidrocarburos no convencionales a nivel mundial.
Desde la estatización de YPF en abril de 2012 a estos días, esa zona de la
Patagonia se ha
transformado en otro escenario caliente de un reclamo territorial que,
a excepción de quienes impulsan el pedido de lotes, es observado por el grueso
de los actores políticos y empresariales como una maniobra con fines
económicos.
En
torno a Añelo, pueblo cuya población se duplicó en 6 años por efecto de la
bonanza derivada del masivo desembarco de petroleras atraídas el shale, proliferan hoy unas 5 comunidades mapuchesextendidas sobre áreas
clave en lo que hace a disponibilidad de petróleo y gas.
Lo
particular de estos asentamientos radica en que, siempre de acuerdo a Díaz, 3
de estas comunidades comenzaron a delinearse a partir de la expansión de las
operaciones de YPF,
Shell, Chevron y otrastantas compañías en el área.
Así,
mientras que Kaxipayiñ
y Paynemil tienen un reconocimiento legal y un
funcionamiento ya consolidado en el tiempo, Campo Maripe y Fvta Xayen -dividida
en dos grupos- acumulan una historia que no alcanza al lustro.
Fvta
Xayen comprende los parajes "Los Pilares" y "Tratayén".
Este último empezó a estar en boca de todo Añelo a partir de junio a raíz de la
toma, por parte de un grupo de mapuches, de sendos lotes productivos
propiedad de las familias Paredes y Galván.
En
el caso del primero, la comunidad se
hizo con el control de 20 hectáreas destinadas al
pastoreo.
Galván sufrió un perjuicio mayor: perdió 1.000 hectáreas,
buena parte de ellas orientadas a la producción de manzanas y peras.
A
estos dos apellidos hay que sumarle el caso de Alberto Gutiérrez, un chacarero
que también en junio denunció el cambio
de candados en su propiedad.
"Apareció
esta gente, que fueron siempre vecinos de la chacra, diciendo que ellos son una
comunidad mapuche que reclama las tierras que le pertenecen. Y le dijeron a
mi señora que se retire", declaró el mismo Gutiérrez, quien desde entonces
no ha podido ingresar a su lote de 20 hectáreas ubicado en cercanías de Añelo.
El productor sostiene hasta hoy que la
acción fue promovida por Fvta Xayen.
Díaz, jefe comunal de Añelo, sostiene
que estas situaciones no hacen más que reflejar una tensión que se agudizará en
tanto se profundice la extracción de no convencionales.
A los ojos del
intendente, lo que ocurre hoy en esa zona de la Patagonia guarda relación
directa con los beneficios económicos obtenidos por Kaxipayiñ y Paynemil, las
dos comunidades reconocidas por el gobierno provincial.
Aunque con importantes
diferencias en el trato con las petroleras, ambos asentamientos obtienen
regalías anuales derivadas del derecho de servidumbre, esto es, un permiso que
abonan las compañías por instalar equipamiento en esos territorios.
Fuentes
vinculadas a la estatal YPF aseguraron a este medio que, sólo por ese
concepto, Kaxipayiñ
se hizo el año pasado con $50 millones.
Reclamo renovado
"Hasta que se inició Vaca Muerta, los trabajos se hacían sobre tierras fiscales que no reclamaba nadie.
Con permiso del Estado provincial la empresa se instalaba y operaba sin
complicaciones. Se trataba de tierras sin dueño privado. En cuanto se
confirmó el acuerdo con Chevron, aparecieron distintas familias y rápidamente
armaron Campo Maripe. Y con
líderes como Gabriel Cherqui, ‘lonko' de Kaxipayiñ, hubo que negociar a partir
de aprietes", sostuvieron a iProfesional desde
el entorno de la estatal.
Tanto desde el municipio de
Añelo como en el ámbito petrolero, la idea que se impone es que aspectos como
el pago de servidumbre tallan al momento de entender un reclamo territorial
ausente hasta hace menos de una década.
"En
tanto toda la zona es rica en hidrocarburos, lo que se dará es
una expansión de
las tomas de tierras para
acaparar más
servidumbre. Y también el corrimiento de las comunidades ya
establecidas, que si no son controladas procurarán hacerse con más territorios
para mantener el flujo de regalías dado que los pozos sobre los que ya están en
algún momento dejarán de producir", confió a iProfesional un
experto de la industria hidrocarburífera, en estricto off the record.
En
esa ecuación ingresa el ya mencionado Gabriel Cherqui, quien es visto por las
petroleras como un líder que incita la toma de tierras.
Ante la consulta de iProfesional, un alto
directivo de una compañía europea lo definió como "un agitador que alienta la aparición de
organizaciones mapuches incluso en zonas
donde no está probado que haya vivido ese pueblo".
Desde el entorno de YPF, la
apreciación es similar.
"Es un empresario que presiona a las petroleras
para que contraten sus servicios, tiene un entramado de negocios atado a lo que
hacen las compañías que hacen extracción. Todas las complicaciones que
surgieron en torno a la operación en Loma La Lata tuvieron un punto de partida
en el accionar de Cherqui y su gente", aseguró una fuente.
El dirigente mapuche estuvo
en boca de toda la industria petrolera doméstica en la primera parte del año
cuando trabó 14
nuevas perforaciones de YPF en el yacimiento Loma La Lata, activo clave en lo que hace a
producción de gas en la Argentina.
El conflicto, otra vez, fue de índole
económico.
Según
pudo saber iProfesional,
Cherqui exigió tres
veces más de lo usual para habilitar estas operaciones en
la zona.
Durante 2016, la comunidad en cuestión percibió $1,4 millones por cada pozo
nuevo.
En la actualidad, YPF mantiene
abierta una mesa de diálogo con el fin de destrabar el proyecto.
"Se
trata de una convocatoria impulsada por el gobierno de la provincia de Neuquén. No se negocia la cuestión de la servidumbre, porque ahí la empresa abona lo que
fija la ley, si no ciertos
adicionales que pretende cobrar la comunidad. La intención es
institucionalizar un pedido de pagos que no se corresponden con lo que exige la
ley vigente", explicó a este medio una fuente vinculada a la petrolera.
La disputa con Kaxipayiñ no es
la única a la que ha tenido que hacer frente la estatal desde que Vaca Muerta
se consolidó como un área de relevancia mundial.
Así,
ya en 2015 la comunidad Paynemil obstaculizó los movimientos de la estatal
previo exigir a la gobernación neuquina la entrega de unas 5.000 hectáreas de tierras fiscales.
La superficie en
cuestión alojaba en
sus entrañas unos 170 pozos que poco a poco fueron puestos
en explotación.
"Boom mapuche"
En clara oposición a lo que viene ocurriendo con el reclamo
mapuche, Darío Díaz sostuvo que tal como viene evolucionando la explotación en
Vaca Muerta la "aparición de comunidades se volverá una constante".
"Para
sorpresa de los vecinos, estamos viviendo una especie de 'boom' mapuche, con
comunidades que si no aparecieron ahora comenzarán a hacerse visibles de un
momento a otro. Hablo de grupos que nunca
reclamaron nada si no hasta hace tres o cuatro años. Y los
reclamos de territorio siempre comprenden, vaya casualidad, los sitios donde
más se está activando la explotación no convencional", disparó.
El
intendente de Añelo argumentó que la presencia de los mapuches en la zona siempre se ajustó al
vecino departamento de Confluencia.
Por ende, siempre desde la perspectiva del
mandatario comunal, la creación de asentamientos en su distrito no guarda
correlación con la historia de la etnia en ese punto patagónico.
"Las
comunidades conocidas siempre estuvieron en Confluencia. Ahora resulta que
tenemos grupos en Loma Campana, en El Orejano, justo en todas las zonas donde se
expandió la actividad de las petroleras. Siempre entendí el
reclamo, pero en cuanto tomé conciencia de que había un interés económico
impulsado por personas que nunca antes se reconocieron mapuches, bueno, ahí dejé de acompañar las
pretensiones territoriales", dijo.
Este
medio procuró comunicarse con representantes de la Confederación Mapuche de
Neuquén para sumar otra visión respecto de esto que ocurre en Neuquén.
Pero,
lamentablemente, ninguno
de sus voceros accedió a dialogar con iProfesional.
Además de YPF, expuso Díaz,
Shell es otra de las compañías que más viene sufriendo complicaciones al
momento de realizar su tarea extractiva.
"Hay una tendencia a instalar
comunidades justo en las zonas donde se confirma que a futuro operará tal o
cual empresa. El plan de estos grupos es abarcar cada vez más
territorios", expresó.
Con relación a la polémica en
torno al reclamo de los originarios, vale decir que Neuquén cuenta con una
normativa de las más actualizadas respecto de la exigencia de derechos por
parte de estos pueblos.
Tras
la reforma de 2005, el marco constitucional que rige en la provincia establece
lo siguiente en su artículo 53: "La Provincia reconocerá la personería
jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan, y
regulará la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano.
Ninguna de ellas será enajenable, ni transmisible, ni susceptible de gravámenes
o embargos".
En
2005, la vigencia de este marco le permitió a la comunidad de Campo Maripe
asumir el control de distintos lotes cerca de Añelo.
La constitución provincial
fija además que, para ser avalado como mapuche, un asentamiento sólo debe exponer pautas de
autodeterminación además de sortear distintos análisis
genealógicos.
En ese momento, Díaz se mostró
en contra de la decisión legal alegando que conocía a todas las familias que
pasaron a integrar la naciente comunidad y que ninguna de ellas había dado
muestras de pertenencia mapuche si no hasta que se comprobó la existencia de no
convencionales en los terrenos exigidos.
"De
pronto el sitio que
conocíamos como Bajada del Colectivo Quemado pasó a llamarse Campo Maripe.
Lo mismo para el punto al que siempre llamamos La Calera. En cuestión de años
brotaron las vinchas, los ponchos. Si esto se sigue permitiendo, quién sabe
hasta dónde llegará el avance sobre las tierras petroleras. Hay que discutir un
freno", concluyó Díaz.
Convulsionada
como nunca antes en décadas, la Patagonia asoma cada vez más como el epicentro
de choques y cruces por aspectos
atados al renovado interés por la riqueza de la región.
En
ese marco, Vaca Muerta va camino a consolidarse como el escenario de una
disputa sumamente emparentada con
el dominio de activos económicos estratégicos.
La tensión en
ascenso invita a pensar que, a la par de otras variables, la conflictividad es
un factor que se volverá permanente en una explotación con potencial para hacer
de la Argentina una de las potencias energéticas del futuro.
Fuente
“iProfesional”, 15.10.2017
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