UNA OPORTUNIDAD…
UN DESAFIO
¡¡¡NO DESAPROVECHAR!!!
{Nuestra historia, lamentablemente, nos muestra una y otra vez
las oportunidades desperdiciadas por gobiernos y clases dirigentes en el
pasado. Solo a modo de ejemplo, dos casos: el tanino y los frigoríficos. Es
responsabilidad del gobierno y empresarios actuales lograr que ese beneficio,
producto de un recurso nacional, llegue a los argentinos}
¿EL PRÓXIMO VACA MUERTA?
UN
NEGOCIO DE US$ 9 BILLONES SE ESCONDE EN EL NOA
EL PAÍS TIENE UNA DE LAS RESERVAS MÁS IMPORTANTES
DEL MUNDO DEL MINERAL MÁS CODICIADO POR LA INDUSTRIA TECH. INICIATIVAS PÚBLICAS
Y PRIVADAS QUIEREN AGREGARLE VALOR PARA NO QUEDARSE SOLAMENTE EN LA
EXTRACCIÓN.
LA CIFRA SE DESPRENDE DE MULTIPLICAR LAS RESERVAS DE LITIO EN
TONELADAS (EN EL PAÍS) POR EL PRECIO ACTUAL DE LA TONELADA DEL MATERIAL YA
ENRIQUECIDO.
Por Enrique Garabetyan - 07 de Noviembre 2017
La sigla “Li” es el símbolo del primer elemento metálico que aparece en
la tabla periódica y se lo caracteriza como el más liviano de los sólidos.
En
su forma pura es blando y su color oscila entre plateado y blanco.
Pero el litio representa mucho más que su aburrida definición de manual
de química de colegio secundario: hoy su extracción y aprovechamiento es una
promesa tecnológica que puede llegar a torcer el destino económico del NOA y
convertir a la Argentina en uno de los mayores proveedores globales de una
materia prima que está experimentando una demanda explosiva.
Además,
a diferencia de lo que ocurre con otros minerales, como el oro y la plata, el
litio ofrece la posibilidad de industrializarlo, al menos parcialmente, en
forma local, de manera de sumarle valor y multiplicar las posibles
exportaciones por cientos de millones de dólares.
¿Por qué extraer y procesar
este metal podría convertirse —en los próximos años— en un paradigma económico
que iguale, o supere, a lo que hoy es la soja?
“Porque el litio tiene un alto
potencial electropositivo, lo que le permite ser utilizado en la elaboración de
baterías para generar una enorme densidad de energía y potencia por unidad de
masa”, define Ernesto Calvo, profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales de la UBA e investigador del Conicet.
Ernesto Calvo, profesor de la Facultad de Ciencias Exactas
y Naturales de la UBA e investigador del Conicet
“De
hecho, las primeras pilas de litio que presentó la compañía Sony en 1991, son
las que permitieron la actual revolución de la electrónica portátil donde el
litio cumple un papel clave para el funcionamiento de las baterías que permiten
el funcionamiento de teléfonos celulares, cámaras digitales, tablets y
notebooks, entre muchos otros dispositivos”, resume quien para muchos es el
mayor especialista en la materia en todo el mundo.
Lo cierto es que la demanda
global de litio está explotando.
Y la razón central es que así como hoy el
“ícono” social por excelencia es el iPhone, en un par de décadas lo será Tesla,
símbolo del auto eléctrico.
“Automotrices tradicionales como Volvo se
comprometieron públicamente a que, desde 2019, solo fabricarán autos eléctricos
o híbridos y abandonarán los motores de combustión a nafta.
China,
por su parte, anunció en forma oficial que, desde el 2025, al menos uno de cada
cinco de los autos salidos de sus fábricas funcionarán en base a electricidad;
mientras que Francia e Inglaterra esperan, para el año 2040, que todo su parque
automotor sea de este tipo”, resalta el científico.
“Es un cambio radical y eso
ya está generando un enorme aumento de la demanda del litio, porque todo
vehículo de esta categoría requiere de baterías que, con la tecnología actual,
utilizan unos cinco kilos de este metal por cada auto, el equivalente a lo que
se necesita para hacer funcionar 17.000 iPhones.”
Cada auto eléctrico usa el equivalente a lo que se necesita para
hacer funcionar 17.000 iPhones
“Aparte de los dispositivos,
también se necesita litio para fabricar baterías que puedan ser usadas para
almacenar energía proveniente de fuentes renovables, como solar o eólica”,
explica Calvo.
Hay baterías de titanato de litio y óxido de litio y manganeso
que demostraron una vida útil de entre 20 y 30 años, que es lo mismo que ya
ofrece un panel solar.
“Podríamos pensar en armar kits para dotar de energía a
poblaciones y establecimientos de zonas rurales, aislados de las redes
eléctricas.
Hay informes de consultoras internacionales que demuestran que la
electrificación rural es un mercado muy grande ya que, solo en América latina,
hay 30 millones de personas alejadas de las redes eléctricas.”
Por otra parte, también se usa
litio en la industria farmacéutica.
Y un kilo de este mineral, que vale US$ 9,
puede transformarse en un kilo de fármacos —usados para el tratamiento de
trastornos como la bipolaridad— que se vende a US$ 900.
No es la única opción:
también se utiliza litio en aleaciones para la industria aeronáutica y un jet
de Airbus puede tener en su estructura hasta 400 kilos.
Finalmente, también se
lo emplea en la elaboración de vidrios cerámicos de algunos electrodomésticos.
Esta tendencia creciente
explica porqué, en 2016, se cruzó un umbral simbólico en este mercado: la
demanda global —por primera vez — superó a la oferta y eso causó que el
precio del kilo de litio se disparara de los tradicionales US$ 6 a más de US$
16 por cada 1.000 gramos.
Un lugar en el mundo
Tal vez lo más interesante es
que Argentina ocupa, por su geología, un lugar privilegiado para poder pisar
fuerte en este nuevo negocio: “se calcula que el 65 por ciento de las reservas
mundiales se ubican en el triángulo geográfico que abarca los salares del norte
de Argentina, Chile y del sur de Bolivia”, detalla Marcelo Álvarez, gerente
general de la Cámara de Empresas Mineras de la Argentina (CAEM).
Y agrega: “si
nuestra industria hace bien las cosas en los próximos años, podemos
posicionarnos como un jugador mundial y proveer a un mercado de enorme
crecimiento”
.
Esta aspiración está en
consonancia con un completo informe publicado a mediados de este año por los
responsables de la Secretaría de Minería del Ministerio de Energía.
Según este
paper, “durante 2016, la Argentina contribuyó con el 16 por ciento de la
producción global, solo superada por las minas de Australia (40 por ciento) y
de Chile (33 por ciento)”.
Para los autores del estudio
oficial, las provincias que tienen las mayores reservas en formato de salares
son tres: Jujuy, Salta y Catamarca y los depósitos ya relevados localmente
indican que hay disponibilidad para 133 años de explotación, de acuerdo al
consumo global que tendrá este elemento desde el 2025.
En otro
estudio de la misma dependencia se detalla que “el mercado internacional del
litio se encuentra en un ciclo ascendente, cuyo ritmo se ha acelerado en los
últimos años, especialmente debido a la demanda de baterías para distintas
aplicaciones de la industria automotriz.
Por otra parte, el costo de la
tonelada de carbonato de litio registró un fuerte incremento —del 48 por
ciento — en apenas dos años, cuando pasó de un promedio de US$ 5.050 en 2014
hasta los US$ 7.475 en 2016, alcanzando picos que superaron los US$ 9.000.
También aumentó la demanda de
litio metálico que, en 2016, culminó con un mercado de 37.800 toneladas, 13,5
por ciento más que en 2015.
Y, vale la pena aclarar que también hubo un cambio
en la principal aplicación a la que se dedicó la producción, ya que su uso en
baterías acaparó el 39 por ciento del mercado y desplazó del histórico primer
lugar al uso en la industria de la cerámica y del vidrio.
Para el año 2025, más
del 66 por ciento de la demanda se empleará en la fabricación de baterías para
almacenar energía eléctrica.
"La industria quiere establecer reglas claras para que
estos desarrollos cuiden el medio ambiente desde el principio"
En este marco, convertirse en
un proveedor clave del rubro minero suena extraño para un país que registra
frecuentes conflictos en sus explotaciones mineras.
Sin embargo las autoridades
de la CAEM aseguran que la extracción del litio es muy distinta a la del oro y
otros metales.
“La industria quiere establecer reglas claras para que estos
desarrollos cuiden el medio ambiente desde el principio porque se trata de un
tipo de extracción que está bien visto por la sociedad y consideramos que posee
la licencia social necesaria para estos usos, sobre todo porque el sector se
planteó desde el principio el desafío de lograr un desarrollo económico de las
comunidades aledañas a las zonas de extracción.”
En otras palabras, la minería
del litio aspira a despegarse de sus “hermanas” y convertirse en un caso
testigo de trabajo conjunto, “capaz de generar valor tanto para las empresas
como para la gente que habita la región”.
Según la economista Verónica
Cesa, consultora y miembro de la gerencia de Desarrollo del Instituto Nacional
de Tecnología Industrial (INTI), el rol de la Argentina como oferente de esta
materia prima será cada vez más importante.
“Hoy ya somos el tercer productor
de litio a escala mundial y nuestra participación en el mercado ronda el 16 por
ciento.
Pero seguramente se incrementará a medida que los numerosos proyectos
extractivos, que ya están en curso, entren en producción comercial”.
Según esta experta en
evaluación de proyectos tecnológicos, “nuestro país, actualmente, produce
cloruro y carbonato de litio.
Y en 2016 generó exportaciones por más de US$ 190
millones”.
Sin embargo esta cifra podría
multiplicarse exponencialmente, según Calvo.
“Si bien pensar en fabricar
baterías para autos en forma local no parece hoy algo posible, ya que competir
con las plantas y los costos de las fábricas chinas es complejo, sí tenemos
posibilidades para agregar valor a esta materia prima antes de exportarla. Por
ejemplo la industria química puede elaborar sales de litio que luego se usan en
las baterías.”
Sumar este simple paso no es
menor: “exportar carbonato de litio sin procesar puede generar US$ 9.000 por
tonelada.
Pero si la industria química local lo procesa y convierte en
hexafluorofosfato de litio y en combinaciones de sales, la tonelada de
exportación puede valer 10 veces más: de US$ 9 por kilo se puede llegar a
obtener US$ 100 e inclusive hasta US$ 1.000 por kilo exportado”, explica Calvo.
Más escéptico es, sin embargo, sobre la riqueza que generan las regalías sobre
el valor de la salmuera.
Todo cambia
La revolución apalancada por la
extracción de litio ya está generando cambios económicos significativos en el
noroeste argentino.
“En nuestros salares, de donde se lo extrae a un costo tres
veces menor que si se lo hace de minas rocosas, en la forma tradicional, el
litio tiene una alta disponibilidad”, le dice a Infotechnology la ingeniera
Carolina Sánchez, directora técnica de INTI Jujuy.
“Y por eso explotarlo en
esas geografías es muy competitivo.”
Eso explica que, entre los años 2005 y
2013 la actividad extractiva haya crecido un 60 por ciento.
Por otra parte, la Argentina le
ofrece a la industria privada un entorno favorable a estas inversiones.
“Las
primeras grandes empresas interesadas en explotarlo llegaron en 2001 y
explicaban que acá era más fácil invertir porque en Bolivia y Chile fue
declarado mineral estratégico y eso complicaba la explotación.”
Entre
las razones que separan a esta industria de otras actividades extractivas
similares se destaca el dato de que “para sacar litio no se requiere del uso de
sustancias tóxicas, aunque sí se necesita agua y energía por lo que tenemos que
desarrollar sistemas productivos que sean más eficientes”, recuerda Sánchez.
Y como muestra de lo que esta
industria puede hacer por la economía local en los próximos años, desde el INTI
Jujuy explican que hoy están asistiendo a casi una veintena de Pyme de la zona
que le proveen servicios a las mineras que trabajan en el norte del país.
Se
trata de proveedores locales, algunos muy chicos y otras que ya tienen un staff
de 60 personas.
Según Sánchez desde el INTI les
ofrecen un paquete de herramientas de gestión empresarial y los ayuda a hacer
planificación de inversión para que puedan crecer en forma sustentable.
“Los
resultados ya se están viendo. Es una actividad que está dinamizando la
economía local.”
Fuente
(INFOTECHNOLOGY)
“EL
CRONISTA”, 07.11.2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario