ARA SAN JUAN Y SUS BATERÍAS
Thyssen-Krupp tomó distancia, las baterías no se
cambiaron y nos acercamos a la teoría del desastre inducido
Nov 23, 2017
10:30 –
El día 21 de este mes publicamos una nota donde
nos preguntábamos si el ARA San Juan no había sido víctima de la corrupción K,
del relato, de la vanalogrización política fácil, el exitismo gaucho y el
populismo que tanto mal nos hizo y nos hace a los argentinos dentro y fuera del
país.
Claro está que con cargo mayor al gobierno anterior quien tomó la
iniciativa de mandar al submarino al escalón de media vida en talleres
nacionales, pero sin esquivarle al bulto de responsabilizar al actual que
hace dos años está operando estas máquinas y todas las Fuerzas Armadas del país,
sin decidir si las quiere, cómo las quiere y para qué las quiere.
Dicho esto y en virtud de los negros nubarrones que se ciernen
sobre el destino de la nave, ya que transitamos el 8vo día, con la flota de la
OTAN y sus alrededores peinando el fondo marino sin resultados positivos y el
agravante de tomar cuerpo el concepto fatídico de “Anomalía acústica”, que
lleva a pensar en una explosión, las miradas comienzan a girar hacia los
constructores del submarino y preventivamente la empresa Thyssen-Kruppsalió
a dejar las cosas en claro, tal como hoy detalla Clarín: “El ARA San Juan’, un submarino del
tipo TR 1700, fue construido en nuestra antigua planta Nordseewerken de Emden y
entregado al cliente en 1985“.
Lacónico el mensaje, deja claro una
cosa: a partir de 1985 Alemania dejó de tener injerencia en
la máquina y el más importante de los escalones
preventivos, no se hizo en fábrica.
El eslabón perdido
No es una presunción, en la
web de Tandanor en el apartado “Grandes obras”, figura la reparación de media
vida, corte, re motorización y energía del ARA San Juan y en la sección
“Baterías”, dice expresamente: “También se
le realizó un replacado y la reparación integral de cada una de las 960
baterías que
hacen funcionar al submarino y se repararon las válvulas y demás mecanismos del
submarino para alcanzar su condición original”.
En los sitios especializados del mundo, se puede encontrar
suficiente información sobre el avance en materia de acumuladores
de energía, que han dejado de utilizar los ácidos reactivos y
el plomo para la excitación de las placas y se han sustituído por
componentes menos peligrosos, materiales más livianos, volúmenes más pequeños y
capacidades de almacenamiento mayor que aquellas viejas
baterías de 500 kilos cada una, buenas para su época pero superadas hace 30
años.
En el ARA San Juan las
baterías nunca se cambiaron, sino como dice Tandanor, se
procedió al “replacado”.
Como mala comparación es
parecido a la vieja tradición de los años 70/80 cuando en el país se vendían
las baterías para auto “acondicionadas a nuevas”, que costaban la mitad.
Para
tal fin, el Ministerio de Defensa, hizo un convenio con la fábrica de baterías
“VARTA” y como señala hoy clarín, asignándole cargo a una fuente naval, dice: “La
Armada tenía “un convenio con Varta y capacitan en forma
permanente a personal de la Armada para las tareas de reemplazo porque las
baterías pueden perder hidrógeno, que es muy peligroso”.
Hoy ya trasciende con
carácter de hecho consumado, que el problema de la “anomalía acústica” está
asociado a una explosión, producto de un cortocircuito, como consecuencia de
una deficiencia en las baterías.
El diario la Nación expresa hoy: “Una de las versiones más verosímiles
es la de una explosión producto de un cortocircuito en el bloque de 960
baterías que dan energía al TR-1700. Ese cortocircuito habría
generado un arco voltaico entre las baterías y el casco de la nave. Algo así
como un relámpago en un recinto cerrado, un relámpago imparable. De haber ocurrido eso, la onda
expansiva podría haber tenido consecuencias letales dentro de la nave, aun
cuando no hubiese puesto necesariamente en riesgo de colapso el barco”.
La lógica ciudadana
Un asiduo lector de OPI Santa Cruz y distinguido forista del
espacio de discusión que admite nuestro medio, el señor Javier
Walter Sofía, escribió ayer un posteo al pie de nuestra nota “Ecos
falsos y tiempo exiguo”, que por su claridad y puntual objetividad
en destacar los puntos más importantes de este hecho, creímos necesario
reproducirla para lectura relacionada con el tema que hoy nos preocupa.
Aquí
transcribimos de manera textual, su contenido (Algunas frases/conceptos fueron
resaltadas por OPI para destacarlas)
Javier Walter Sofía:
Disculpen la crudeza, pero entre los imbéciles de un lado y otro de la mesa
discutiendo lo hipotético y blandiendo teorías de conspiración, docenas de
expertos en asuntos que
nada tienen que ver como los 33 mineros y las torres gemelas, y una
interminable prole de
descerebrados diciendo cualquier cosa por las redes sociales y
en los comentarios de las noticias de prensa; detrás de ellos en el dintel del
edificio Libertad están parados, desesperados y desamparados los familiares de
los tripulantes.
La prensa ha demostrado, una
vez mas, su
bajeza y mediocridad tal como lo hizo con el avión extraviado del aeropuerto de
San Fernando, con Maldonado y otros tantos sucesos
que contemporáneos nos han dolido a todos.
Ninguno de los políticos de
la “década ganada” abrió
la boca para decir algo, y como lo dije antes me
juego que los políticos del “cambio”, seguro de la mano de su asesor espiritual
(exactamente como lo hizo con Maldonado) se estará refregando las manos para
aprovecharse del tema políticamente, no
por nada la única comunicación oficial de carácter político fue por Twitter.
Pero lo fáctico se lo han
pasado bien por el orto, hemos asistido a un “no hay problema, es solo problema
de comunicación, el submarino debe estar en superficie al garete” por parte de
voceros de la Armada, cuando lo correcto hubiera sido enviar DE INMEDIATO a una
nave de apoyo cuando el S-42 (ARA San Juan) declaró una avería.
¿O acaso no sabían que en las
reparaciones de Tandanor se declaró (literalmente) que “la situación del navío
requirió una intervención de esta magnitud para mejorar la calidad de
navegación deteriorada por las emisiones de hidrógeno de sus baterías que
ponían en riesgo a la tripulación y al propio submarino”? (aprovechen y vean el
video antes que lo saquen de la página de Tandanor).
¿Tampoco sabían que esas fueron las mismas baterías que se
“reacondicionaron” y que se reemplazaron por baterías iguales y de la misma
antigüedad en depósito?, claro, comprar baterías de
alta tecnología, nuevas y que
no fueran de plomo/ácido significaba un costo relativo de cerca del 30% del
valor de la nave, cosa que parece que nadie
estuvo dispuesto a afrontar… total ninguno de los políticos corruptos habrían
de jugarse la vida dentro del S-42.
Y digo esto porque si leemos
en detalle los manuales técnicos del modelo TR 1700 de Thyssen Nordseewerke (el
fabricante del S-42, ARA San Juan), veremos que recomiendan el cambio cada 5 años de los
bancos de baterías por unidades nuevas.
Como añadidura ya para el año de los trabajos de media vida existían baterías de alta tecnología
mucho más livianas, seguras y de mejor rendimiento que
las que fueron reinstaladas en el ARA San Juan, en raro que a las que pusieron
no las hubieran -además- atado con alambre.
Ya la cadena alemana DW ensayó en lavado de manos cuando
declaró que “las baterías del submarino fueron reparadas en un astillero
argentino”, cosa seria viniendo de los alemanes.
La ignorancia supina se
derramó, otra vez, sobre el sufrimiento de las familias; un conductor de televisión llegó a
preguntar “si el submarino está a 100 metros de profundidad ¿pueden abrir una
escotilla y salir a la superficie?”,
una burla absurda, una falta de respeto tanto para la tripulación como para sus
familiares.
El desconocimiento del mar,
de lo mas elemental de él demuestra que estamos de espaldas a ese territorio
que por argentino podría representar el futuro del país, pero claro, allí no
hay votos y los pocos que lo navegan son
solo “milicos” como dijera aquel gobernador promotor de la obra pública
inconclusa olvidándose del Comandante Luis
Piedra Buena, un marino que la hizo en Patagonia y que sin su coraje -y el de
otros- estas tierras tendrían otra bandera.
¿Qué queda?, tal vez callarse
la boca y rezar por que la tripulación vuelva a sus hogares, porque lo otro ya
es conocido: en esta nuestra querida Argentina nadie se hace responsable de algo,
nuestra vida vale nada tanto para salir a un parque a disfrutar el verde y ser
asesinado por un moto chorro como para internarse en la dureza del océano en un
nave que por ninguna razón debería haber recibido la orden de “seguir a puerto”
con sus antecedentes.
Ya lo dije: ¿ustedes pensaron
que las consecuencias de la corrupción, la falta de previsión y la
incompetencia se
terminaron por haber cambiado de partido político?,
voy a decepcionarlos, todavía
faltan muchos años y mucho sufrimiento para que llegue a su fin.
Y sí, acá hay responsables pasados y presentes pero
dudo mucho que tengan los cojones bien puestos para hacerse cargo.
(Agencia OPI Santa Cruz)
Fuente
“OPI Santa Cruz”, 23.11.2017
28.11.201
Luego de completar la entrada precedente, en Radio Mitre, programa "Lanata sin filtro" fue entrevistado Juan Carlos Benítes, suboficial submarinista, quien rechazó que las baterías fueron replacadas y testimonio que las baterías fueron reemplazadas por unidades nuevas venidas de Alemania. Ingresando en "Radio Mitre" se puede encontrar el artículo y el audio.
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