Dos hijos de Lázaro Báez apuntaron a su padre por los negocios con los Kirchner
Todas y cada una de las operaciones comerciales que el emporio Báez mantuvo con Los Sauces SA, la sociedad de la familia Kirchner, tenían como único responsable a Lázaro Báez.
Esa afirmación repitieron ayer Martín y Leandro, hijos del empresario, durante la declaración indagatoria por la causa que investiga los supuestos retornos pagados por el santacruceño a la firma de la ex familia presidencial a través del alquiler de inmuebles.
Y afirmó que sólo él mantenía una relación personal con los Kirchner, incluso después de la muerte de Néstor.
Ingresó a los tribunales de Comodoro Py después de las 11 y permaneció en el despacho del juez federal Claudio Bonadio durante dos horas.
“Lázaro habló con Cristina y con Máximo luego de la muerte de Néstor y el tema fue el de las contrataciones y la relación comercial”, declaró.
“No me acuerdo bien de la fecha, pero Lázaro llamó al contador Bustos diciéndole que había que dar de baja los alquileres de los tres complejos” investigados y “otros inmuebles cuya administración gestionaba la inmobiliaria Sanfelice”, dijo Leandro.
Y agregó que hubo distintos encuentros con los Kirchner, que podían concretarse en El Calafate, Río Gallegos o en la Ciudad de Buenos Aires.
“[Lázaro] Fue a la quinta de Olivos”, recordó Leandro ante la consulta del juez Bonadio.
Ambos firmaron los cheques para el pago de alquiler de los inmuebles que están bajo sospecha.
Ambos coincidieron ayer en que la firma significaba dentro de su empresa un mero acto administrativo que era concretado después de la orden de su padre.
“Uno chequeaba que viniera autorizado con la firma de Lázaro y ahí firmaba los cheques”, explicó.
El hijo mayor del empresario, aquel que apareció contando billetes en un video dentro de la financiera conocida como “La Rosadita”, presentó un escrito ante Bonadio y no aceptó responder preguntas.
Estalló en pedazos el pacto de silencio entre los Kirchner y los Báez
Durante los años en que gestionaron el Estado, los K le otorgaron contratos de obra pública a los B, que a su vez le devolvían parte de ese dinero a sus benefactores, pero mediante otros negocios que también los unían pero en el ámbito privado.
En ese caso, Cristina terminó procesada.
El fiscal es Gerardo Pollicita y el juez Julián Ercolini.
Y algo se rompió en esos lazos gastados por rencores cruzados.
Su otro cliente –solo tuvieron dos rentistas- es el también contratista de obra pública y concesionario de licencias de juegos de azar, medios, petróleo y hasta de rutas, Cristóbal López.
En escritos presentados en otras causas, acusó al juez que ordenó la detención de su papá, Sebastián Casanello, de ser parcial porque no investigaba el rol en el entramado de la obra pública K de los funcionarios nacionales, como la propia Cristina.
Pero responsabilizó a su padre de ser quien lideraba esas operaciones.
También dio detalles sobre la relación personal que unía a Lázaro con Néstor Kirchner. Con Cristina Kirchner. Y con Máximo Kirchner.
Dio detalles de asados y partidos de fútbol que jugaban los varones de ambas familias.
Y relató que la ex presidenta alguna vez fue a comer a una de las estancias más grandes de su holding, llamada Cruz Aike.
En éste y otros puntos de su declaración, Báez hijo ratificó lo ya contado a la Justicia por el “imputado colaborador” Leonardo Fariña, el principal testigo de la causa de lavado de dinero por la que está preso Lázaro.
En el caso también es investigada la ex presidenta.
Antes que él, se había presentado su hermano mayor, Martín, quien evitó responder preguntas y sólo presentó un escrito.
El juez del caso es Claudio Bonadio; y el fiscal, Carlos Rívolo.
Luciana, hemana de Martín y Leandro, declarará en el caso. Y el padre de todos, Lázaro.
La ex presidenta será la última que enfrentará a sus investigadores.Que empezaron a recolectar cada vez más testimonios y pruebas, en su contra. (Clarín)
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