CORREO ARGENTINO:
¿GOBIERNO RECALCULANDO?
El intento del Gobierno por acotar la crisis política del Correo terminó
en rechazo opositor y la creciente judicialización del tema
15-02-2017 El Gobierno estructuró su estrategia de
defensa en tres ejes: convocó a la oposición, culpó al kirchnerismo y deslindó
responsabilidades en la Justicia.
En un día, el Poder Ejecutivo tomó nota de su
aislamiento y ya ensaya otras variantes
El affaire del Correo dejó en evidencia que al Gobierno le está
fallando el manual de contención de crisis.
La jornada del martes fue una seguidilla
de reveses: ni la oposición dio apoyo al mensaje para
"transparentar" la negociación de la deuda, ni la Auditoría General
de la Nación se mostró dispuesta a dar un veredicto.
Y, para coronar la
situación tensa, el propio Mauricio Macri quedó imputado en
una causa judicial.
Ahora, lejos de quedar acotado, el tema
del Correo ya es oficialmente un gran problema para
el macrismo, y amenaza con convertirse en una verdadera bola
de nieve, por su potencial impacto negativo en la opinión
pública en un año electoral.
La estrategia del Gobierno tuvo la
intención de descomprimir la situación.
El jefe de gabinete,
Marcos Peña, brindó una conferencia de prensa para exculpar de responsabilidades a
Cambiemos y tendió puentes a la oposición.
La ponencia se realizó
luego de la habitual reunión semanal que el jefe de estado tiene con sus
ministros en la Quinta de Olivos.
La reacción fue
evidentemente tardía: el jefe de ministros –alter ego del
presidente según las propias palabras de Macri- demoró una semana en
tomar la voz y enfrentar a la prensa para esgrimir argumentaciones a favor del
oficialismo.
Y su convocatoria a la prensa junto al ministro de Comunicaciones, el radical
Oscar Aguad, pareció un reconocimiento de que los intentos previos por diluir
el tema no habían surtido efecto.
Previamente, en lo que pareció un plan para minimizar el
suceso, solamente hicieron declaraciones públicas dos
funcionarios de tercer rango.
Más tarde, que explicaron que no
había habido quita en la deuda que el grupo Socma mantiene con el
Estado nacional.
Luego, el propio ministro Aguad, responsable
directo del área que suscribió el acuerdo, ofreció dar explicaciones al
Congreso.
Y luego la vicepresidenta Gabriela Michetti hizo decaraciones
periodísticas sobre el tema.
Pero el "escandaloso del
Correo" ya era un tema instalado en los medios, que no solamente opacaba
actos públicos con anuncios oficiales a cargo de Macri, sino que empezaba a
erosionar la imagen pública del Gobierno.
Tan delicada es la situación que
agudizó la interna de Cambiemos.
Por caso, el asesor ecuatoriano
Jaime Durán Barba hizo pública su posición: dijo por Radio
Nacional el presidente debe dar explicaciones sobre el caso.
“Macri le tiene que explicar a la gente que es un problema de una empresa
privada de la que no tiene nada que ver", indicó.
A siete días de conocido el hecho, eso aún
no sucedió.
Hasta el momento, primó la voluntad de la otra ala del
Gobierno.
Estrategia
La estrategia
desplegada por Peña tuvo el evidente propósito de ponerle un fin a la crisis
política.
Por la vía de garantizar transparencia al ofrecer participacón (SIC) a la
Auditoría General, no sólo se pretendía terminar con la polémica sino que hasta
se compartía la responsabilidad del acuerdo con la oposición, dado que es la
que maneja ese organismo estatal.
La propuesta, en palabras de Peña, era que
"para evitar cualquier tipo de duda" respecto de un eventual
conflicto de intereses, "se le solicitará a la Auditoría General
de la Nación que dé un veredicto técnico antes de dictar una
resolución”.
Peña destacó “que la AGN es un
organismo constitucional, que le corresponde a la oposición". "Esto
es otro reaseguro extra porque estamos absolutamente comprometidos en transparentar todo
tipo de acción de Gobierno, sobre todo esto, para despejar dudas", había
dicho el funcionario.
Como suele ocurrir en estos casos, el propio ofrecimiento dejaba entrever la
admisión tácita de un error.
¿Por qué no se planteó esa auditoría desde
el inicio de las conversaciones?
Por otra parte, esa apelación a la participación -y a co-asumir la
responsabilidad- para con la oposición, pareció algo contradictoria con
la actitud del jefe de Gabinete de culpar
al kirchnerismo por haber dejado licuar la deuda de los Macri.
Esa ha sido hasta ahora la
argumentación oficial de los funcionarios de Cambiemos: la propia desidia de la
gestión anterior fue lo que permitió que, con el paso de los años, la inflación
fuera achicando la deuda en términos reales, con el consiguiente perjuicio para
el Estado.
La otra parte de la
estrategia consistió en trasladarle a la Justicia un cambio en
la negociación, de manera que las demandas cruzadas entre el Estado
y el Correo no corran por carriles separados, sino que formen parte de un mismo
acuerdo.
El jefe de ministros solicitó “una reunión
con la Cámara Federal para pedirle que aborde esta problemática
de manera integral para que no haya desequilibrios".
Así, el Gobierno busca que bajen los
decibeles políticos del tema, en la medida en que la negociación pasa a formar
parte de un nuevo acuerdo.
“No es un problema político, es un tema técnico, de
carácter judicial, y que el Estado interviene como hace con cualquier tema de
este tipo", dijo en lo que pareció más una expresión de deseos que una
realidad.
Ocurre que sólo 15 días antes del acuerdo que
firmaron las partes, el 13 de junio del año pasado, la empresa controlada por
los Macri promovió una demanda contra el Estado por presuntas
inversiones impagas y dos meses después pretendió cobrar cuatro veces
más (sin contar los intereses) que el monto que pactó abonar por la deuda del
2001.
Dificultades
El tiempo dirá si la estrategia del
Gobierno fue correcta y logró minimizar el daño político.
Pero a juzgar por lo
ocurrido en las últimas horas, todo indica que los habrá buenos resultados. {No se entiende ¿Error de imprenta?}
Por
lo pronto, parece difícil que el Gobierno logre
articular a la oposición para que juegue
políticamente a su favor.
El Auditor General de
la Nación, Oscar Lamberto, fue el primero en cortar en seco la
voluntad del Poder Ejecutivo al afirmar pocas horas después de la propuesta de
Peña que su organismo no va a intervenir en el acuerdo porque
no son los "adecuados" para esa tarea.
“El Gobierno tiene a la Sigen (Sindicatura
General de la Nación) para este tipo de cuestiones”, se desentendió Lamberto. Y
explicó que la AGN ya tiene un plan de auditorías establecidas para el 2017 que
"no se puede modificar sin acuerdo del Parlamento".
Para no dejar lugar a dudas –y dejar
expuesto a Peña- resaltó que "hay dictámenes legales internos que recomiendan
la no intervención en estos casos".
Atentos al movimiento del Gobierno,
que acusó el golpe que le provocó la difusión del
controvertido acuerdo, dirigentes de la oposición
continuaron criticando al Gobierno.
El vicepresidente de la Cámara de
Diputados y titular del PJ, José Luis Gioja, cuestionó a Peña
porque, afirmó, "debería saber que la Auditoría depende del Congreso
Nacional”.
"Es un bochorno que no saben cómo explicarlo, nos quieren
hacer creer que no hay conflicto de intereses cuando Correo Argentino era del
padre del Presidente y hoy pertenece a sus hijos y hermanos, que no nos
tomen por tontos a los argentinos", sostuvo.
Por su parte, el Bloque Justicialista
(BJ), encabezado por Pablo Kosiner, brindó una conferencia de
prensa en la tarde del martes y puso en duda que el presidente Mauricio
Macri no estuviera al tanto de las negociaciones que culminaron en el
acuerdo.
Otro dirigente del PJ que decidió
sumarse a las críticas, y grafica el escenario adverso que se le perfila al
Gobierno en el Congreso, fue el diputado nacional por el Bloque Justicialista
(BJ) Diego Bossio, quien acompañó más de una medida oficial desde
su banca.
Para el ex titular de la Anses, el
convenio del Estado con el Correo es "un escándalo donde
se autoperdonan miles de millones en medio de una profunda crisis
social".
Bossio calificó a la decisión
gubernamental de "un serio retroceso institucional y
ético, donde surge un potencial abuso del Estado en provecho de los
gobernantes, sus familiares y amigos".
Con Franco Macri como principal
beneficiado y todo el arco opositor en contra –hasta Julio Cobos y
Margarita Stolbizer atacaron el acuerdo- parece muy difícil que prospere el ya desgastado
argumento de la “pesada herencia” que agita el
Gobierno.
Incluso como figura en el dictamen de
la fiscal Gabriela Boquin, en 2003 los abogados
del Estado rechazaron un acuerdo previo propuesto por
el Grupo Macri por insuficiente.
Entonces, el Estado ya había dicho
que el Grupo Macri no buscaba pagar el ciento por ciento de la deuda, ya que
había que contemplar el valor real por el paso del tiempo.
Según lo firmado, la empresa se
comprometió a pagar la deuda que arrastra desde el 2001 ($296 millones cuando
regía la convertibilidad) en 15 cuotas anuales desde 2018 en adelante y con un
interés de 7% sólo sobre el capital de la deuda. Se trata de unos $600 millones
apagar sobre todo en los últimos dos años del plan: 2032 y 2033.
Para la fiscal Boquín, ese convenio
implica una quita de más del 98% de la deuda, es decir, que se
está licuando el pasivo de la familia presidencial.
La procuradora sostuvo que la deuda
actualizada supera los $4.000 millones y que por eso
la quita era abusiva.
A criterio del área financiera de la Procuración General de la Nación (DAFI) para
2033 se provocaría un perjuicio al Estado de $70.163
millones.
La fiscal parece firme en su postura
y ya advirtió que de no lograr una respuesta satisfactoria acudirá a
la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Así las cosas, el devenir
judicial del caso escapa a la voluntad de la Casa
Rosada.
En este contexto, se sumó el martes
la declaración del ex juez nacional Comercial que decretó la quiebra del Correo
Argentino en 2003, Eduardo Favier Dubois, para quien
"no tiene sentido que el Estado acepte cobrar
el 1% (de la deuda) y esté con la contingencia de un juicio
millonario en su contra. Firmar para recuperar el 1% de la deuda y después
tener una demanda atrás, no resiste", dijo y dejó entrever un argumento
que será difícil de refutar en tribunales.
“La Ley de Quiebras dice que se
suspende los intereses de las deudas, pero no que se eliminan", contó.
Ante esto, sugirió que "la Cámara debería llamar a una nueva
audiencia" para revisar lo acordado.
Dubois contó que la negociación de 13
años se empantanó porque la empresa de la familia Macri presentó propuestas que
perjudicaban al interés público.
"La única forma de avanzar era aceptar
una propuesta que consideraban ruinosa. En 2003 el Correo le hizo a
una propuesta al Estado y el Estado no la aceptó", recordó, en sintonía
con una de las razones que derriban la tesis de la pesada herencia.
Denuncia en la justicia
Por la tarde, horas después de que Peña brindara la conferencia de prensa para
evitar daños mayores, el fiscal federal Juan Pedro Zoni formuló
un requerimiento de instrucción e imputó al presidente Macri, al
ministro de Comunicaciones Aguad y al director de Asuntos
Jurídicos de esa cartera, Juan Manuel Mocoroa, para investigar sus
responsabilidades en el “affaire” del Correo.
El representante del Ministerio
Público Fiscal reseñó que el expediente se inició con la denuncia del
abogado Daniel Jaime Igolnikov, a la que se acumuló la de los
dirigentes kirchneristas Martín Sabbatella y Gabriela Cerrutti.
“Todos ellos
ratificaron su presentación”, informó el MPF.
Hay otras tres denuncias en
torno al caso que complican al Presidente: una de un
abogado y otra del kirchnerismo que recayeron en el
juzgado de Rodolfo Canicoba Corral y una tercera que hizo la Procuración de
Investigaciones Administrativas (PIA) ante el juez Marcelo Martínez De Giorgi.
Lejos de encontrar paz tras la
conferencia, el espiral judicial sigue creciendo e
incomoda al Presidente.
Fuente
“iProfesional”, 15.02.2017
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