¿Qué es aquello que no podemos averiguar?
«Está lo conocido sabido; o sea, las cosas que sabemos que sabemos. También está lo desconocido sabido; es decir, las cosas que sabemos que no sabemos. Pero también está lo desconocido no sabido; es decir, las cosas que no sabemos que no sabemos».
Donald Rumsfeld es el autor de este presunto galimatías pronunciado cuando ejercía de halcón del Gobierno de George W. Bush y defendía la existencia de armas químicas en Irak.
Su reflexión fue objeto de burla de la prensa estadounidense.
Sin embargo, para Marcus du Sautoy (Londres, 1965) en estas palabras se esconde una interesante reflexión sobre el conocimiento y sus barreras.
Este «sabelotodo» (definición irónica de sí mismo) se siente presa (sic) de su cargo en la Universidad de Oxford: profesor para la Comprensión Pública de la Ciencia.
Es quien está al otro lado del teléfono cuando un periodista inglés necesita una opinión de cualquier cuestión científica.
Quizás en un acto de pudor o para descargarse de título académico tan honorable, Du Sautoy ha escrito Lo que no podemos saber. Exploraciones en la frontera del conocimiento, que publica en España la editorial Acantilado.
Además, toca la trompeta, practica surf, anima al Arsenal y juega al fútbol en un equipo donde todos los dorsales son números primos: por algo es el autor del superventas La música de los números primos (2007).
Nuestro cerebro tiene unos límites, pero es cierto que podemos juntar cerebros y crear una comunidad científica.
Además, tenemos a los ordenadores de apoyo.
Hay cosas que no podremos conocer.
Hablo, por ejemplo, del tema de la consciencia.
No voy a saber lo que sientes exactamente tú, penetrar en tu dolor o en tu amor.
Como con el Universo, no sabemos si existe otro que funciona con leyes físicas diferentes.
Éstas apuntan que las tecnorreligiones venderán la idea de inmortalidad gracias al desarrollo de la inteligencia artificial y la biotecnología.
Prometen el paraíso en la tierra.
Pongamos el caso de este teléfono [coge su iPhone], que es una herramienta cada vez más sofisticada.
La pregunta es si llegará un momento en el que este iPhone manifieste que es un iPhone y que sea capaz de actuar.
¿Eso será una simulación de conciencia o será real?
Esto es muy complicado.
La red tecnológica nos lleva a la cuestión de la singularidad, quizás tenga tanto poder la tecnología que habrá que darle derechos.
Las teorías de Harari pueden parecer ciencia-ficción pero quién sabe, la ciencia-ficción a veces es el germen de un hecho científico.
Nadie sabe si en un futuro seremos capaces de descargar un cerebro en un disco duro y mantenerlo para siempre.
Resultaría algo tan apasionante como aterrador.
En el fondo el cerebro es un conjunto de átomos.
Tal vez en un futuro se podrá replicar, por ejemplo, en silicio.
Habrá que ver si tendría consciencia o finge.
Du Sautoy es una figura divulgativa de primer nivel en Reino Unido gracias a sus documentales y programas en la BBC y sus colaboraciones en prensa.
Por ejemplo, la teoría de Penrose intenta comprender el universo como una compilación del Big Bang más una expansión constante con un ciclo continúo de rebotes, en los que antes hubo unos Big Bang y habrá otros.
Es una regresión de pasado y futuro parecido al que contempla la cosmología budista.
Si el Universo es infinito en espacio y tiempo no lo podremos saber porque nosotros somos finitos.
La pregunta es si es infinito o tiene un límite.
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