Thomas Buberl tiene 43 años y dirige AXA, una de las mayores aseguradoras del mundo, con 165.000 empleados en 64 países.
Es consejero delegado mundial y el primer alemán que dirige la aseguradora francesa.
Correcto y educado, no responsabiliza al sector asegurador del miedo que pueda tener la población a que las pensiones públicas sean insuficientes en el futuro, aunque no oculta el difícil panorama de las prestaciones de jubilación.
No es sostenible.
En muchos casos, esos gastos están ligados a una gran ineficiencia del sistema, pero el sector privado puede ser muy activo y ayudar a financiar las pensiones.
Para ello hay que reforzarlo.
Uno de los problemas que estamos viendo es que en España no se es consciente de que es importante ahorrar para la pensión cuando somos jóvenes.
Se está invirtiendo en ladrillo y no se invierte lo suficiente en estas prestaciones.
El Gobierno español, lo que necesita es transparencia porque los futuros pensionistas aún no saben cuál es la pensión pública que van a cobrar y necesitan saberlo para decidir sobre ahorro e inversión.
Lo importante es tener bien identificado el problema y cómo atacarlo.
De alguna forma, todo el mundo sabe que no va a haber dinero suficiente para las pensiones y que va a haber que recortar.
Tal vez haga falta una posición política determinada, como la que existe ahora en Francia, donde el Gobierno cuenta con un amplio respaldo popular.
En España o en Alemania, en cambio, es más difícil que los Gobiernos lleguen a acuerdos sobre las pensiones porque deben buscar coaliciones para este asunto.
Por ejemplo, cuando se emiten pólizas a muy largo plazo, con garantía, los costes de la garantía son demasiado caros y no es una buena idea.
Debe haber un equilibrio.
Me gustan mucho los productos que ofrecen una pequeña garantía y utilizan la mayor parte de la inversión para buscar retornos durante el periodo de acumulación, y contemplan también el periodo de desacumulación, muy bien diferenciados.
Hay que tener en cuenta que, a lo largo de la vida de una persona, sus circunstancias personales pueden cambiar mucho, por esto, en estos productos que están pensados para toda la vida que compras una vez y no se cambian, es importante que se ofrezca una cierta flexibilidad.
Son seguros que te permiten alinearte mucho con el cliente. También hay mayor potencial en los seguros de empresas, con segmentos muy especializados.
Queremos que estas dos líneas de negocios nos permitan, además, prestar algunos servicios adicionales.
Por ejemplo, en Europa hemos lanzado servicios de telemedicina, para completar los seguros de salud.
En España hemos dejado de vender productos garantizados, puesto que invertían en renta fija que prácticamente no da ningún rendimiento.
A nosotros nos da una orientación más similar a la banca privada, y estrechamos la relación con el cliente.
Para hacerlo hemos invertido en la formación de agentes, tenemos a 400 preparados para vender este tipo de productos en los que el cliente asume parte del riesgo.
Los bajos tipos de interés son un problema real para los consumidores, el conseguir un nivel de retorno aceptable.
Para lograr una misma rentabilidad, hace diez años debías invertir la mitad de dinero que ahora y no sabemos cómo puede generar la gente el dinero más allá de la pensión pública para sobrevivir y tener dinero suficiente en el futuro.
Cada vez son más dependientes de la pensión pública, para mí es un problema social que está por resolver.
Lo que harán lo más seguro es centrarse en las partes que sean más atractivas y requieran la menor cantidad de capital.
La pregunta importante es quién va a ganar los derechos de las relaciones con los clientes.
En todas las demás industrias hemos visto que las plataformas se sitúan entre el productor y el cliente final y cortan la relación entre ambos y esto aún no ha ocurrido en los seguros, pero pasará.
Para ello tenemos que ver si nosotros seremos los primeros en hacerlo y si será a través de servicios de prevención, telemedicine y consultorías sobre riesgos.
Nuestro objetivo es ganar terreno y por ello nos tenemos que centrar en salud y protección en el ámbito comercial y ser excelentes en la cobertura de seguros pero también en la de prevención.
¿Ha comenzado este proceso?
En otros 6 países vemos un enorme potencial de crecimiento: Brasil, México, China, Tailandia, Filipinas e Indonesia. Saldremos de algún país, como hemos hecho en Azerbaiyán, pero la decisión aún no es pública.
Este tipo de actividad está muy condicionada por la evolución de los mercados financieros y necesitábamos diversificar e ir a un negocio en el que tuviéramos un trato más directo con el cliente.
Al mercado no le gustan las grandes operaciones.
Si me pongo en la piel de los inversores, entiendo su posición.
Hay dudas sobre si conseguiremos el dinero, con la salida a Bolsa de la filial de Estados Unidos, pese a que hemos ratificado que la compra de XL no está condicionada a esta otra operación.
Solo nos faltarían 3.000 millones de dólares, y lo podemos sacar de otras ventas.
La otra duda es cómo seremos capaces de integrar XL.
También están pendientes de nuestra capacidad de reducir nuestra deuda, algo que tenemos muy claro que podemos hacer.
Una vez que se despejen estas incertidumbres, las acciones retomarán la senda alcista.
Tengo la confianza de que saldrá adelante.
Los resultados de esta filial en 2018 han sido muy buenos.
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