SABER Y PODER
MARCUS
DU SAUTOY | MATEMÁTICO Y ESCRITOR
“Los que entienden matemáticas controlan el mundo”
Marcus du Sautoy
habla sobre los límites del conocimiento científico en la presentación de su
último libro
BRUNO MARTÍN
MADRID, 13 ABR 2018
Marcus du Sautoy en la Fundación Telefónica durante la entrevista. KIKE PARA
Un bocadillo de tebeo en
la camiseta de Marcus du Sautoy (Londres, 1965) lee “Yo no sé nada”.
No es
cierto: Du Sautoy ocupa una cátedra de matemáticas en la Universidad de Oxford
(Reino Unido) y la cátedra Simonyi para el Entendimiento Público de la Ciencia,
un puesto del que relevó al etólogo Richard Dawkins en 2008.
El matemático,
escritor y divulgador científico está en Madrid para presentar su nuevo libro Lo que no podemos saber, publicado en castellano por
la editorial Acantilado.
La camiseta no es una casualidad.
Aunque el bocadillo sale de la boca del
personaje ficticio Jon Nieve, de Juego de Tronos, Du
Sautoy lo ha elegido para llamar la atención a su propia ignorancia.
A pesar de
sus inmensos conocimientos, este es un científico al que no le da miedo
admitir, y afrontar, lo desconocido.
El paradójico enunciado recuerda a una
cita del físico John Archibald Wheeler: “Vivimos en una isla en un mar
desconocido. Según crece la isla de conocimiento, también lo hace el litoral de
ignorancia.”
Pregunta: Cuanto
más se sabe, más se cuestiona.
¿Es lo mismo cierto para el conocimiento
colectivo?
¿O según avanza la ciencia, disminuye lo que no conocemos?
Hay una sensación de que
el conocimiento es como una hidra griega: cortas una cabeza y aparecen dos más
Respuesta: Todo depende de la imagen
que se use.
Hay una sensación de que el conocimiento es como una hidra griega:
cortas una cabeza y aparecen dos más.
Esta imagen del conocimiento es un
círculo: según crece el círculo, el borde, que representa la frontera con lo
que desconocemos, también parece agrandarse.
Pero hay otra imagen, que es una
esfera: cuanto más explores la superficie de una esfera, menor es el área que
desconoces.
Yo creo que la física nos está dando la sensación de que estamos
cartografiando la esfera y convergiendo en lo que llamamos una teoría del todo.
Hay una sensación de que quizá lleguemos al punto en que, colectivamente,
nuestro conocimiento sea suficiente como para que tengamos la historia de cómo
funciona el universo. Pero no lo sabemos.
P: Habla
de cartografiar el conocimiento como si fuera algo que ya existe, esperando ser
descubierto. Si los extraterrestres hicieran ciencia, ¿llegarían a las mismas
leyes físicas, tendrían las mismas matemáticas?
R: Creo
que las matemáticas son únicas.
Yo soy un platónico en el fondo, supongo que
porque soy matemático.
Como humanos, puede que estemos limitados en las
disciplinas que podemos explorar, estudiar y entender; tenemos limitaciones por
nuestra cultura, nuestra anatomía.
Pero sí creo en un mundo platónico
subyacente que todos observamos por una mirilla, y un extraterrestre tendrá
otra mirilla.
P: En
su libro menciona conocimientos que nunca podremos alcanzar por su propia
naturaleza.
¿Son preguntas que los humanos no podemos responder, o es que no
tienen respuesta?
Una pregunta que no tiene
respuesta no es interesante
R: No es que no tengan respuesta, pero
la respuesta no se puede alcanzar por procesos finitos.
Una pregunta que no
tiene respuesta no es interesante.
Por poner un ejemplo tangible: ¿es el
universo finito o infinito? Eso tiene respuesta.
Asumimos que es infinito, pero
hay un límite a lo que conocemos porque la información viaja a la velocidad de
la luz y el universo nació hace 13.800 millones de años.
Estamos en una
burbuja, y da igual lo inteligentes que seamos, lo complejos, o cuántos
ordenadores usemos, no hay forma de que nos pueda llegar información más allá
de los bordes de la burbuja.
Creo que ese es un buen ejemplo de una limitación
intrínseca acerca del conocimiento que el universo físico impone sobre
cualquier ser que quiera conocerlo.
P: Ahí es donde entra en juego la
religión para mucha gente, incluidos los científicos.
¿Cree que son compatibles
la ciencia y la religión?
R: Uno de los problemas de la religión
es lingüístico, la inhabilidad de definir a qué nos referimos con ciertos
términos.
Por eso en el libro me guío por el teólogo Herbet McCabe y digo:
“definamos Dios como todo aquello que no podemos conocer.”
En ese sentido,
mientras existan límites al conocimiento, sí son compatibles la ciencia y la
religión.
Creo que a eso se refieren muchos científicos religiosos; dicen
"yo no sé de dónde ha salido esto, lo voy a llamar Dios, el creador, pero
lo que crea sigue leyes que puedo estudiar como científico".
Es lo que
llamamos ser deísta. Creo que el verdadero problema de compatibilidad es para
los teístas: ellos creen que su dios está actuando en el mundo.
Creo que es una
tensión interesante que merece la pena explorar, y por eso quise dar más
matices que los que daba Richard Dawkins en este debate.
P: Se distancia de la postura de
Dawkins con respecto a la religión.
¿Cree que él sobrepasó alguna raya cuando
ocupaba la cátedra para el Entendimiento Público de la Ciencia?
R: No. Richard [Dawkins] siempre ha
tenido cuidado de usar la ciencia como su herramienta de argumentación.
De esa
forma centró la atención de la gente en los motivos por los que creemos en la
evolución, por qué sabemos que es una teoría robusta que sobrevive a la
crítica.
Creo que tuvo su momento y su lugar, pero la postura de Richard ha
polarizado el debate, y a mí me gustaría tener un debate más sutil, con más
matices, pasado ese momento importante de la publicación de El espejismo de Dios.
P: ¿Qué papel tiene como catedrático
para el Entendimiento Público de la Ciencia de Oxford?
Es muy importante que los
científicos se suban al plató e involucren a la sociedad
R: Yo me considero un embajador.
La ciencia es como un
superpoder: tiene tanto impacto en el resto de la sociedad... es como un
continente enorme.
Y sin embargo, muchas crisis políticas de la ciencia, como
la polémica de los organismos modificados genéticamente o de la investigación
con células madre, surgieron porque el público no las entendía.
Por eso creo
que es muy importante que los científicos se suban al plató e involucren a la
sociedad.
Lo que quiero hacer es tender puentes y crear diálogo, para entender
por qué a la gente le preocupan los organismos modificados genéticamente.
Si
los científicos somos proactivos, podemos atender a los miedos innecesarios que
puedan surgir sobre el impacto de la ciencia.
P: Habla
de diálogo y de involucrar a la sociedad, no del "entendimiento público de
la ciencia" del que se hablaba hace unos años.
¿Es una frase anticuada y
condescendiente?
R: Sí,
yo creo que sí lo es. Me parece que es muy de vieja escuela. Pero la cátedra se
creó en los años noventa, cuando se tenía la visión de "nosotros, los
científicos, os damos las respuestas y vosotros nos escucháis".
Estoy
intentando implementar una versión moderna a mi papel, el título suena
anticuado.
P: De
todas las ciencias, la gente siente una fascinación especial por su disciplina,
las matemáticas, a pesar de ser una de las asignaturas más odiadas en los
colegios. ¿Por qué?
Creo que la gente se da cuenta
de que los 'numerati', los que tienen las matemáticas, tienen poder
R: Creo que es porque, una vez tras otra, nos damos cuenta de
que las matemáticas subyacen todo lo demás.
Para entender cualquier ciencia
hacen falta las matemáticas: son el mejor idioma, el lenguaje de la naturaleza.
Y creo que la gente entiende, cuando lee sobre las matemáticas, que son un
idioma muy poderoso y que los que lo entienden controlan el mundo.
Si se
pregunta "¿quiénes son las potencias de este mundo ahora?", no son
los jefes de naciones, son los jefes de empresas como Google, Facebook y Apple.
Son gente que sabe matemáticas.
Los creadores de Google, Sergei Brin y Larry
Page, son dos geeks que entendieron que las matemáticas nos permiten navegar
una red complejísima.
Creo que la gente se da cuenta de que los numerati, los que tienen las matemáticas, tienen
poder.
La tragedia es que parece que
en la educación nos timan.
Y es un problema de todos los sistemas educativos,
no solo en España.
Cuando llegamos a secundaria, las asignaturas se vuelven
estancas.
Hay clase de matemáticas, luego de música, luego de historia, pero no
hacemos las conexiones entre ellas.
Cuando hacemos matemáticas no entendemos
que son la base de la música.
La gente no se da cuenta de que las matemáticas
tienen una historia.
Hubo un momento en el que no teníamos el cero, y a alguien
se le ocurrió el concepto del cero.
La forma de abordar el problema educativo
es contextualizar las matemáticas.
P: Ha
llamado a las matemáticas "el lenguaje de la naturaleza".
¿Considera
que existen fuera de la mente humana?
Las matemáticas son el
dios que todos buscamos
R: Sí. Y lo que es más, diría que el motivo por el que vemos
matemáticas en todas partes es porque somos una manifestación física de las
matemáticas.
El universo es una pieza matemática.
A menudo, la gente quiere
respuesta a la pregunta ¿quién creó todo esto? Llaman al creador Dios, porque
no saben qué llamarlo. Einstein usa el término así.
Mis hijos siempre me dicen:
“Hay un problema, ¿quién creó al creador?".
Necesitamos algo que exista
fuera del tiempo y que no necesite creación: las matemáticas son el dios que
todos buscamos.
Pero es normal que diga eso, soy matemático.
Fuente
“EL PAÍS”, España,
13.04.2018
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