- Fecha:
1937 (1 de mayo-4 de junio, París) - Técnica:
Óleo sobre lienzo - Dimensiones:
349,3 x 776,6 cm
César Bruto, experto en el tema, explicaba que el abdomen es la parte situada entre el tórax y la pelvis, de gran utilidad para guardar un montón de órganos que no podrían estar en otro sitio.
De la parte de afuera, lo más interesante que tiene el abdomen es el ombligo, que lleva siempre una persona alrededor.
Hemos avanzado mucho en esta materia y dentro de poco estaremos en condiciones de obtener la estructura genética de una buena persona.
No sólo la ingeniería genética ha progresado.
Los cardíacos no son gente de buen corazón y éste es un órgano que cuando suena, para a toda la orquesta.
trabaja mientras la vesícula se la pasa haciendo cálculos.
Sabemos que el hombre que tiene corazón de oro, músculos de acero, voluntad de hierro y pies de plomo, puede especializarse en mineralogía, y al de cabeza de chorlito, cara de perro, vista de lince y estómago de avestruz, le va a resultar conveniente dedicarse a la zoología.
No es fácil saber mucho sobre medicina, más aún considerando la cantidad de órganos que hay, pero nos consta que el que pierde el ojo derecho tiene la mirada siniestra, que los especialistas en enfermedades nerviosas no tienen pacientes, que los dermatólogos van derecho al grano y que si el cerebro fuera tan simple para
comprenderlo, nosotros seríamos tan simples que no los podríamos comprender.
No ignoramos que una hemiplejia es grave según del lado que se la mire y que el lugar más seguro para encontrar una mano que nos ayude, es en el extremo de uno de nuestros brazos.
Siempre nos quedan algunas dudas, por ejemplo: ¿Cómo harán los médicos chinos para diagnosticar la ictericia? ¿Cómo se presenta la palidez en los enfermos africanos?
En los últimos tiempos hemos aprendido varias cosas: Las várices son venas que se quieren hacer ver; que la vejez es mejor que estar muerto y que la definición de enfermo terminal puede provenir de terminar mal.
Además un descubrimiento trascendente: todo aquello que el médico no consigue curar se llama virus, que viene a ser el hijo de la concuspiscencia de un microbio y la nada.
En definitiva la vida es dura y no dura.
Vivamos todos los días como si fuera el último; alguna vez, lo será.
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