"Si no hablás vos, lo hago yo", la advertencia de la esposa a Lázaro Baéz
LA RUTA DEL DINERO K
Norma Calismonte está muy preocupada por la suerte de su hijo Martín, también involucrado en la causa por posible lavado de dinero.
La compleja situación judicial que atraviesa Martín Báez, el mayor de los hijos varones, pone en crisis a una familia que buscó siempre el bajo perfil y que por sobre todo, escapar a “la condena social" que en el presente es una de las cosas "que más pesa”, como relataron desde el entorno de la familia.
Fueron semanas de mensajes cruzados.
La familia Báez y los Kirchner solo comparten en la actualidad, un historial de millonarios negocios pero buscaron desvincularse ante el avance de la Justicia.
Algo que resulta difícil de conseguir después de haber compartido terrenos, movimientos hoteleros, alquileres de inmuebles y sobre todo, la obra pública.
Ahora, la esposa del empresario K se convirtió en una pieza clave en la pelea de las dos familias.
En medio del escándalo por las imágenes de SGI donde se lo ve a Martín contando cerca de tres millones de dólares, fue Mónica Calismonte la primera en marcar la cancha:
“Si cae Martín se pudre todo”, dijo ante un grupo de amigas y en dos reuniones más.
Fue la primera frase de ella ante el complejo escenario judicial, pero no la última.
Calismonte es oriunda de Río Gallegos y se jubiló como docente, desempeñándome inicialmente como preceptora de un colegio céntrico de la capital de Santa Cruz.
Al igual que Lázaro, la madre de sus cuatro hijos, es fiel al perfil bajo que caracterizó todo este tiempo a los Báez.
Aunque siempre estuvo al margen de los negocios familiares, Calismonte rompió brevemente el silencio y después del mensaje sobre su hijo, hubo otro que trascendió, el que le dio al propio Lázaro: "Si vos no hablás, lo hago yo”.
En su estrategia de defender y resguardar a su hijo, la esposa del empresario K buscó la forma de hacerle llegar su mensaje a la propia Cristina.
"Está muy enojada y no perdona que haya quedado expuesto Martín", contaron allegados a la familia Báez, algo que ya es un secreto a voces.
Según detalló el propio Lázaro hace un tiempo, su esposa vive en la casa de Calle Villarino 126, a pocas cuadras de la residencia de Cristina Kirchner, mientras que el empresario K pasa la mayor parte del tiempo en su chacra, a unos seis kilómetros del centro de Río Gallegos.
La rutina se alteró cuando saltó el escándalo por las imágenes de la financiera SGI, y pasaron varios días todos recluidos en la chacra con un fuerte dispositivo de seguridad privada.
Norma fue la menos involucrada en los negocios familiares durante estos doce años, pero no estuvo afuera de los mismos.
En 2007 constituyó una empresa llamada Escalatur, una agencia de turismo.
En el directorio figuró en sus comienzos con Andrea Cantín, hija del ex intendente de Río Gallegos, Raúl Cantín y que a la vez es tío de Calismonte.
Además, Andrea fue esposa de Fernando Butti, ex contador y hombre de confianza de Báez.
En la documentación se especificó que serían las "únicas gerentas, quienes actuarán en forma indistinta".
Desde entonces, no se registraron modificaciones societarias en Escalatur hasta el año pasado, cuando Martín Báez sumó la agencia de turismo a la variedad de empresas que tiene a su nombre.
Desesperado y ansioso, Martín Báez espera en Buenos Aires
La ruta del dinero K
Sin custodia policial, el hijo de Lázaro está preocupado por la salud del empresario y cómo pasa sus horas preso.
La comunicación con el resto de la familia que está en Río Gallegos, es constante, pero por orden judicial aún deberá permanecer en Buenos Aires, aunque quisiera volver al sur "lo antes posible", como indicaron en su entorno.
En uno de los departamentos que tiene la familia Báez en Capital Federal, que forma parte de los 79 inmuebles declarados por Lázaro Báez en el marco de la causa Hotesur, pasó estos dos días Martín, el mayor de los hijos varones del empresario K y su mano derecha en los negocios.
Elige exponerse lo menos posible, y aunque tiene la libertad de salir de su casa, prefiere no hacerlo.
“No es el mejor momento”, repiten en su círculo íntimo, y la incertidumbre sobre la situación de su padre, van marcando el paso de estos días.
La primera noche de Martín fue con consigna policial y con un custodiado dispositivo para su llegada a los Tribunales de Comodoro Py a la mañana siguiente.
Al finalizar el miércoles, le generó más tranquilidad, según contaron allegados, que después de presentar el escrito ante la Justicia, ya no hubo presencia de fuerzas federales en la puerta de su edificio.
“Parece más tiempo, pero solo pasó un día”, dijo Martín al referirse a la detención de su padre.
Ayer su mayor inquietud era el estado de salud de su padre con quien no se pudo comunicar por varias horas.
Lázaro Báez sufrió una descompensación producto de su cuadro diabético y tuvo que permanecer en el hospital penitenciario.
Aunque las comunicaciones telefónicas entre Martín y los abogados comenzaron temprano, después del mediodía acordaron reunirse, una vez que Lázaro termine de declararar en la causa que investiga Ricardo Echegaray por enriquecimiento ilícito.
Lo único que buscaban resolver ayer, era conseguir la autorización necesaria para visitar a Báez en el penal, pero admiten que la situación otorga “la peor foto, yendo a ver a su padre detenido”, como describió una persona del entorno familiar.
Pero el trámite no resultaba sencillo, el dueño de Austral Construcciones que manejó en doce años más de $ 21.000 millones en obra pública, tiene 24 horas de adaptación en el penitenciario previo a comenzar a recibir visitas.
Su hijo, que sin estar detenido no se siente con mayor libertad para movilizarse, permanece gran parte del tiempo en el departamento, aunque reconoce entre los íntimos que cuenta con “la ventaja de no ser conocido”.
Las imágenes más reiteradas de él fueron las de la financiera SGI contando millones de dólares.
Martín con 35 años reitera cada vez que puede, que se siente “tranquilo” ante las acusaciones judiciales, pero con el correr de los días observa que el escenario es cada vez más complejo.
“Ellos hicieron todo bien, y es lo que van a demostrar”, remarcaron desde el entorno del empresario K.
Mientras, el hijo de Báez defiende su patrimonio que creió (SIC) 1.300% en cinco año y el de su padre, que supera los $ 66 millones.
fuente
"Clarin.com", 08.04.2016
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