De la euforia a la alarma: cómo Panamá Papers revivió a la tropa K y cambió la agenda política de Macri
05-04-2016 Los socios políticos del Presidente le exigen aclaraciones sobre la firma off shore revelada en el escándalo internacional.
Ya hay pedidos de renuncia para la titular de la oficina anticorrupción, Laura Alonso, por apresurarse a justificarlo.
¿Es manejable el problema?
El temor a nuevas revelaciones
La denuncia internacional, filtrada a un diario alemán de nombre impronunciable -Süddeutsche Zeitung- en la que se hace referencia a cuentas off shore en el paraíso fiscal de Panamá, fue tan inesperada como capaz de torcer el curso normal de los acontecimientos.
Vaya paradoja: es el mismo país que en su momento había significado una pesadilla para la familia Kirchner, al aparecer como parte del entramado legal en "la ruta del dinero K".
Para peor, el apellido Macri figura en compañía de líderes mundiales que se ubican del lado de los "malos" o sospechados permanentes en hechos de corrupción, como es el caso del ruso Vladimir Putin.
La revelación de los Panamá Papers es lo último que hubiese deseado el Presidente, luego de la visita de Barack Obama y de sus esfuerzos por mostrar un realineamiento internacional.
Pero, sobre todo, si hay algo que el Gobierno tiene para lamentar es el abrupto cambio del clima político.
En los planes previos, la noticia que iba a acaparar la atención pública iba a ser la presentación de Ricardo Jaime ante la Justicia para declarar por la compra de material ferroviario inservible durante la gestión de Néstor Kirchner.
La agenda judicial jugaba completamente a favor del macrismo, ya que continúa con las declaraciones de ex funcionarios o empresarios ligados al kirchnerismo:
-Alejandro Vanoli y Axel Kicillof, por las ventas de dólar futuro,
-Lázaro Báez, por los sobreprecios en obra pública
-Julio De Vido, por la tragedia en la estación Once.
Y, como punto culminante, la presentación de la mismísima Cristina Kirchner el próximo 13 de abril en Comodoro Py.
En su caso, para explicar la decisión política detrás de las medidas del Banco Central que terminaron costando más de $50.000 millones.
El kirchnerismo, ahora a la ofensiva
La agenda judicial sigue en pie, claro, pero pasó a ocupar un lugar secundario en los medios.
No sólo eso, los Panamá Papers dieron lugar a que el kirchnerismo pasara súbitamente de una posición defensiva a una ofensiva. Es decir, de acusado a acusador.
Tras conocerse la filtración de datos, la familia de la ex presidenta no sólo emitió un comunicado (en el que afirma no estar vinculada con el escándalo) sino que, además, aprovechó la situación para poner en duda todas las denuncias formuladas en su contra.
"Así como nunca hubo ni cuentas en Seychelles, ni en Nevada ni departamentos en New York a nombre de ningún integrante de la familia Kirchner, tampoco hay relación alguna de la familia con las filtraciones reveladas, excepto en la manifiesta intencionalidad periodística de continuar estafando a la ciudadanía argentina", afirmó en un comunicado.
Y añadió que, en caso de haber adquirido algún bien en el exterior, eso "figuraría como corresponde en las declaraciones juradas de AFIP, oficina anticorrupción y demás organismos pertinentes".
"Quien sí está mencionado y con protagonismo central en las revelaciones, lamentablemente para nuestro país, es nada menos que el Presidente de la República, Mauricio Macri", terminó expresando en la misiva.
Más explícito fue el jefe de la bancada parlamentaria kirchnerista, Héctor Recalde, quien aseguró que "jamás se hace una empresa offshore con fines lícitos" y que, por consiguiente, "algo huele a podrido".
También se conoció la opinión de Hernán Arbizu, el ex ejecutivo de JP Morgan que, en condición de "arrepentido", develó la trama de fuga de capitales al exterior por parte de grandes empresas.
Desde su punto de vista, son insuficientes las explicaciones oficiales en el sentido de que la firma off shore de Macri nunca haya tenido actividad y que no cuente con activos financieros.
"Los directores, como lo era Macri, cobran honorarios que tendrían que declarar. En el caso de que no los percibieran es más sospechoso aun... ¿Por qué no cobraba siendo director de una sociedad?", se preguntó Arbizu.
Además, aseguró que "el dinero de las sociedades que operan en Panamá está en los mismos bancos que ahora van a emitir deuda argentina".
Las sospechas de los socios políticos
Si el tema hubiese quedado acotado a las insinuaciones del kirchnerismo, todo transitaría dentro de los carriles normales y previsibles.
Es más, para algunos analistas el Gobierno hasta espera que así ocurran los acontecimientos.
"Todo este problema puede ser un dolor de cabeza para Macri, pero el hecho de que salga a hablar Cristina Kirchner es lo mejor que le puede pasar. El negocio político de él es tenerla a ella activa y criticándolo", afirma Marcos Novaro, director del Centro de Investigaciones Políticas.
En una línea parecida opina Alejandro Catterberg, director de la consultora Poliarquía. Sostiene que los medios suelen sobreestimar el impacto que actualmente el kirchnerismo tiene sobre la opinión pública.
"Es una corriente política que mantiene cierta capacidad de hacer ruido, pero que a nivel político está perdiendo relevancia, tal como quedó demostrado en el Congreso con el voto por el acuerdo con los holdouts", expresa.
No obstante, aclara: "Esto no significa que el Gobierno no deba preocuparse por un cambio de clima político".
Las primeras reacciones tras las revelaciones de los Panamá Papers parecen darle la razón: las críticas no sólo provinieron del kirchnerismo sino que -y quizá lo más preocupante para el Ejecutivo- también se oyeron de boca de los socios políticos del macrismo.
Para empezar, una de las voces más duras fue la de Elisa Carrió, uno de los pilares de Cambiemos, luego de que días atrás haya llegado a un acuerdo para alinear el discurso con el del Ejecutivo, tras haber hechos públicas sus diferencias a raíz del ajuste económico y ventilado sus disputas con Daniel Angelici, hombre cercano al Presidente.
"Macri debe presentar las pruebas de sus dichos", afirmó la diputada, después de haberse conocido las explicaciones oficiales sobre la modalidad de la firma off shore.
Forzado por la situación, Macri habló en una entrevista con la televisión de Córdoba para abundar en detalles de su descargo.
A esa altura, sus aliados del peronismo, como los dirigentes del Frente Renovador de Sergio Massa, le estaban exigiendo que hiciera uso de la cadena nacional televisada para dar oficialmente su explicaciones.
En tanto, la dirigente de centroizquierda Margarita Stolbizer apuntaba contra el que tal vez sea el flanco más débil que mostró el macrismo en este caso: la actuación de Laura Alonso en su rol de titular de la Secretaría de Ética Pública, Transparencia y Lucha contra la Corrupción.
Es que Alonso se había apresurado a dar, desde su cuenta de Twitter, una explicación que justificaba la inocencia de Macri en su vínculo con la firma off shore.
"Constituir una sociedad en paraíso fiscal no es delito en sí mismo, señores", escribió Alonso, quien eligió el camino de la disculpa oficial sobre por qué el accionar del Presidente no implicaba una irregularidad.
"La Oficina Anticorrupción confunde sus competencias y se convierte en la oficina de defensa de funcionarios y secretos", fustigó Stolbizer.
También la diputada Graciela Camaño, del Frente Renovador, le respondió con dureza: "Debés tener imparcialidad. Tu función no es aclarar, porque oscurece. Si todo está bien, fuiste inoportuna".
Lo cierto es que, por estas horas, Alonso viene a ser la funcionaria que salió peor parada de todo este escándalo. Peor incluso que el propio Macri.
Además de haber recibido cientos de críticas en redes sociales -en las que le recordaron su actitud radicalmente diferente cada vez que se daba a conocer una firma off shore vinculada con causas de corrupción del kirchnerismo- ya hay dirigentes que están pidiendo su renuncia.
La importancia de cuidar las formas
Una vez más, la comunicación política del Gobierno aparece como uno de sus puntos más débiles.
Los analistas creen que, aunque es posible que el tema Panama Papers pueda diluirse sin consecuencias graves para el Jefe de Estado, sí hay aspectos que pueden dañar su imagen.
La apresurada defensa de Alonso -que fue nombrada para ser garante de que no habría tolerancia con la corrupción- fue el peor síntoma en ese sentido.
Esto es así porque hace recordar a las conductas kirchneristas de defensa corporativa toda vez que irrumpía alguna denuncia contra un funcionario.
"Lo peor que le puede pasar al macrismo es que la gente diga ‘al final, estos son iguales que el kirchnerismo', si percibe que hay un intento de tapar en bloque las eventuales faltas, sin preocuparse por investigar", afirma el politólogo Novaro.
Y recuerda que la base de apoyo político al macrismo provino de un sector de la sociedad que ve al nuevo Gobierno como un punto de quiebre respecto de los modos kirchneristas.
"Cuando se hace campaña electoral haciendo de la ética y la honestidad una bandera, entonces cualquier falta menor puede transformarse en algo muy nocivo", expresa el analista.
En este sentido, recuerda el inicio del período de la Alianza en el año 2000, cuando Graciela Fernández Meijide, en ese entonces ministra de Acción Social y una de las figuras emblemáticas de su discurso ético post-menemista, fue acusada de favorecer familiares en dependencias públicas.
Fue una falta menor, en relación con las acusaciones de corrupción menemista, pero aun así la opinión pública la castigó con dureza.
"Es un tema que Macri tiene que terminar de entender. Hay que ser y también parecer honesto. Ciertas amistades de su época empresarial lo perjudican. Va a tener que esforzarse mucho para que sus errores no sean magnificados", apunta Novaro.
En todo caso, lo que parece incuestionable es el cambio de clima político.
Macri, que esperaba desayunarse el martes con las noticias sobre la declaración de Ricardo Jaime y la debacle ferroviaria durante el kirchnerismo, se encontrará con su propio nombre en compañía del de líderes del mundo sospechados de corrupción.
"Estamos en un contexto de gran volatilidad. Y lo que hasta hace pocos días era una sensación de un Gobierno muy fuerte, tras la visita de Obama y con cierto clima de euforia, hoy cambió por completo", describe Catterberg, de Poliarquía.
Y completa: "Al anuncio de suba de tarifas y a la difusión de las cifras de pobreza se le suma esto de Panamá para completar un contexto nuevo".
Los analistas no se animan todavía a calificar como "crisis política" este affaire que acaba de revelarse. Claro que son recién las primeras horas y falta saber si hay nueva información por filtrar.
De momento, la sensación es que Macri evitaría consecuencias graves que puedan afectar su gobernabilidad.
Pero lo que es seguro es que, como mínimo, está teniendo un recordatorio sobre lo frágil de su posición.
Bastó un "cisne negro" para que todo el panorama político local pareciera reflejar un país diferente al de hace apenas una semana.
fuente
"iProfesonal", 05.04.2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario