MAPUCHES: ESQUEL
¿PUNTO DE PARTIDA?
Esquel, punto de partida:
en la ciudad creen que la toma de tierras recién arranca y que los mapuches
irán por más
25-09-2017
Ya no se habla de turismo ni de bellos
paisajes. Las fuerzas de seguridad "invadieron" la zona y algunos
creen que es por otras razones, que van más allá de la desaparición de Santiago
Maldonado.
Los vecinos hacen referencia a nuevas ocupaciones de espacios y
temen por lo que pueda suceder
La propuesta
turística, la promoción de la belleza natural y el culto al esparcimiento
quedaron relegados en el tiempo en este rincón de la Patagonia.
Intensificado
por la desaparición de Santiago Maldonado, el conflicto en
torno al dominio de las tierras circundantes a Esquel, en la provincia
de Chubut, ha dado pie a un clima de crispación social que se percibe
hasta en la más sencilla de las conversaciones entre vecinos.
Las
respuestas de autoridades provinciales y nacionales a este escenario de
agitación ampliaron la "grieta".
Están
quienes entienden que
el reclamo y
ocupación de tierras por parte de la comunidad mapuche es una causa justa
y aquellos que creen no es así y que su accionar es promovido por grupospolíticos.
En
esta ciudad, de algo más de 40.000 habitantes, el despliegue de
las fuerzas de seguridad genera
asombro:
-Más
de 400 policías
federales
-Un
escuadrón de la Guardia de Infantería
-Un
refuerzo de 100 gendarmes
-Un
pelotón del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP)
-Dos
unidades especiales de 50 hombres cada una de la Prefectura
-Fuerzas policiales de esa
ciudad
Para albergar a todos estos
contingentes, el Ejército Argentino puso a disposición del Ministerio de
Seguridad sus casinos de oficiales y otras instalaciones que funcionan en esta
área del Sur.
Semejante
despliegue se complementa con vuelos de helicópteros de la Gendarmería que
surcan el cielo de Esquel y patrullan las 1.222 hectáreas que ocupa el Pu Lof
en Resistencia-Cushamen, donde Maldonado fue visto por última vez, hoy
bajo control de una comunidad
mapuche.
Reminiscencias
de tiempos bélicos
Entre
los habitantes de la ciudad chubutense predomina la certeza de que, más allá de
la causa judicial vinculada con la búsqueda de Maldonado, el acopio de fuerzas por parte del
Ministerio de Seguridad responde a dos cuestiones:
-La
decisión de bloquear nuevas tomas de terrenos
-La
campaña de "reconquista"
de tierras. Esto, producto de que en noviembre concluirá la ley 26.160
que frena los desalojos judiciales contra pueblos originarios.
"Semejante
movimiento no ocurría en esta zona desde los tiempos de los conflictos
con Chile,
allá por los años 70",
cuenta a iProfesional el
gerente de una de las principales rentadoras de autos de Esquel.
En
relación con el presente que vive este lugar, afirma "que las sucesivas
ocupaciones mantienen asustados a
quienes viven en la ciudad".
"De
pronto, un lugar tranquilo, donde nos
conocemos todos, empezó a verse sacudido por hechos violentos en
campos cercanos", relata.
Por
su parte, el titular de una radio local expresa que la desaparición de
Santiago Maldonado terminó
alentando una militarización
impensada.
"Pase
lo que pase, todo lleva a pensar que este contingente de fuerzas de seguridad
se quedará en Esquel, porque acá
hay algo más grave detrás",
intuye.
En
esta dirección, la mayoría de los vecinos siente que esta ciudad ha sido elegida por
dos bandos en pugna para medir
fuerzas durante un espacio de tiempo imposible de precisar.
Entre
los principales referentes políticos y del periodismo local, la creencia casi
unánime es que los mapuches que hoy día
habitan el Pu Lof en Resistencia-Cushamen, iniciarán su proceso de expansión hacia otros campos.
A esta posición
adhieren figuras locales como Ricardo Bustos, especialista en la
problemática originaria y uno de los comunicadores más influyentes de
Esquel.
¿Cuándo se iniciaría la nueva
avanzada sobre lotes?
Apenas los mapuches consigan
el respaldo legal para seguir ocupando las hectáreas que hoy ya
dominan.
Es por eso que, según otras fuentes
consultadas, el Gobierno ve a
Esquel como la "zona que debe ser protegida"
a como dé lugar.
Además, creen que Cambiemos -con
Patricia Bullrich a la cabeza- querrá mostrar cómo se procederá en aquellos
casos vinculados con el dominio de tierras por parte de las comunidades
originarias.
"La seguridad se ha vuelto un
tema aparte. El Gobierno nacional
desplegó su accionar sin pasar por la Municipalidad",
afirma a iProfesional Sergio Ongarato, intendente de Esquel.
"No tenemos el número preciso de
las fuerzas que están actuando en la ciudad. Pero lo que sí es seguro es que,
de continuar los cortes violentos, desembocarán en un escenario complicado para
todos", añade.
Una disputa renovada
Referentes de la política local,
empresarios y vecinos señalan a iProfesional que los reclamos de
tierras por parte de la comunidad mapuche provienen de larga
data.
Algunos consideran justo su pedido,
pero una gran mayoría se opone no sólo al planteo sino también a los métodos
violentos.
A modo de ejemplo, recuerdan lo ocurrido
en marzo de 2015, cuando se registró el ingreso a Leleque (una
de las estancias más extensas del grupo Benetton) para establecer el Pu Lof en
Resistencia-Cushamen.
Más cercano en el tiempo, ocurrió la toma de
un juzgado. "Esto de venir a ocuparlo por la fuerza es algo
inaudito, a lo que no estamos acostumbrados acá", comenta el administrador
de un restaurante sobre la céntrica calle 25 de mayo.
Días atrás, un grupo de la comunidad
de Vuelta del Río, integrada por 34 familias, se
instaló durante varias horas para exigir la renuncia inmediata de Guido
Otranto, finalmente apartado de la causa por la desaparición de Santiago Maldonado.
Por su parte, los mapuches que
iniciaron la toma de las dependencias se quejaron del accionar violento de
las fuerzas de seguridad.
"Los policías maniataron a
cuatro integrantes de nuestra comunidad. A uno le forzaron el brazo y lo
dejaron tirado durante tres horas afuera de su casa", asegura Marcelo
Calfupan, uno de los habitantes de Vuelta del Río.
La situación en el juzgado, según
pudo presenciar iProfesional, culminó apenas se ordenó el despliegue de efectivos de
la policía federal.
"Muchos vemos este tipo de
incidentes como salidos de la televisión, que ocurrían en otros lugares y que a
nosotros nos llegaba con el noticiero del mediodía", comenta el encargado
de uno de los bares que funciona en las inmediaciones del lugar.
Además de lamentarse por lo que
ocurre en estos días en Esquel, afirma con preocupación: "No
queremos que todo esto que está pasando termine cambiando el rasgo pacífico que
siempre tuvo esta zona".
Otro de los comentarios que recorre
las calles, es que quienes están llevando a cabo la toma de los terrenos en los
alrededores de la ciudad, no
pertenecen a este ámbito de Chubut.
También se impone la creencia de que
las acciones de las comunidades de resistencia son motorizadas por organizaciones políticas que
se oponen a la gestión departamental y provincial.
"La mayoría de
los referentes que salen en medios televisivos no son
de Esquel, ni siquiera de lugares cercanos.
Jones Huala, por ejemplo, viene
de la zona de Bariloche", cuenta a este cronista la dueña de
una de las principales agencias de turismo.
"Hay voceras que se presentan
hablando de esta región y en realidad provienen de Río Negro o Neuquén.
Acá
no se hacen diferencias con muchos de los mapuches, hasta nos
conocemos entre familias. Pero quienes están en los campos que han sido tomados
son personas que recién vimos por primera vez a partir de los incidentes",
asegura.
En la mira
En la vereda de enfrente, quienes
habitan Resistencia-Cushamen creen que la escasa empatía de los
vecinos de Esquel es producto de los medios de comunicación que
buscan demonizar el reclamo territorial.
Aun sin contar con el "favor
popular", aquellos que vienen ejecutando las ocupaciones (como
la concretada sobre tierras que el Estado reconoce propiedad de Benetton)
anticipan que habrá una nueva avanzada en pos de dominar una
mayor porción de territorio.
De hecho, en torno a la localidad
de El Corcovado(de alrededor de 2.000 habitantes, departamento de
Futaleufú, a 90 kilómetros de Esquel), Moira Millán viene encabezando la ocupación de 11
hectáreas, siendo uno de los predios perteneciente a la policía provincial.
Fuentes esquelenses aseguraron a este
medio que dicha acción lejos está de representar un movimiento aislado.
En simultáneo, Fabián Millán, hermano
de Moira, hace poco incursionó en 30 hectáreas en Gualjaina(departamento
de Cushen, con 1.300 habitantes, a casi dos horas de Esquel).
"Se quedó con tierras de
un propietario pequeño. Pero no se contentó con el lote: a poco de
haber tomado posesión, interrumpió el caudal de
un río y lo desvió hacia sus tierras. Dejó al resto de los
vecinos sin agua", asegura una fuente que pide
reserva de identidad.
En Esquel señalan que, además del
interés en las estancias de Benetton, los mapuches reclaman espacios que
ya tienen "entre ceja y ceja", como varios establecimientos que
la familia Ochoa Paz posee en proximidades a El
Corcovado.
Se trata de algo más de 170.000
hectáreas destinadas mayormente a la ganadería.
Siempre dentro de la provincia de
Chubut, otras superficies que generan interés son las 80.000
hectáreas que Grupo Burco, de capitales belgas, controla
también en inmediaciones de El Corcovado.
Además, en la ciudad hacen referencia
a lotes linderos a Lago Rosario y los espejos de
agua La Plata y Vintter.
"No hay que descartar
ocupaciones que puedan darse con más intensidad en Trevelín",
indica otra fuente consultada.
En ese sentido, sobresalen las
casi 50.000 hectáreas de las estancias propiedad de la
familia Schajman.
Especulaciones al margen, lo concreto
entre los pobladores de esta zona de la Patagonia es que la lucha por el
territorio forma parte de un proceso ya en marcha.
En desmedro de los cultores de una
Esquel sin sobresaltos, el devenir anticipa cruces inevitables entre
quienes reclaman tierras para nuevas comunidades y un Gobierno que,
acumulación de fuerzas de seguridad mediante, ya hizo saber que no hará
concesiones.
Por lo pronto, en noviembre, si
se cae la ley 26.160, Cambiemos tendrá luz verde para avanzar
sobre instalaciones como el Pu Lof en Cushamen.
Desde la comunidad anticipan
que resistirán con todos los medios que tengan a su
alcance.
Base de operaciones de policías,
gendarmes y cuerpos especiales frente a reclamos de los mapuches que
se multiplican.
Esquel respira el aire pesado,
producto de una confrontación que se aleja por completo del perfil turístico
que el lugar se ha empeñado en construir durante décadas.
Fuente
“iProfesional”, 25.09.2017
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