FUTURO - EMPLEOS
ESTADO DE BIENESTAR SOCIAL
¿Cómo afectará la 4ª Revolución Industrial al diseño de las políticas en materia fiscal y económica?
En realidad, estamos al borde de una revolución tecnológica que alterará fundamentalmente nuestra manera de vivir, trabajar y relacionarnos unos con otros.
Del mismo modo afectará al modo cómo contribuimos al mantenimiento del Estado del Bienestar del que nos hemos dotado en los últimos 60 años.
Poco a poco, los cambios irreversibles tecnológicos que estamos viendo se desarrollarán profundamente en diferentes ámbitos de trabajo.
La digitalización, la conectividad, la robótica y los grandes datos tendrán un amplio impacto en el mercado de trabajo relacionados con el sector de la administración y oficinas.
Para aquellos países que no se preparen a tiempo es indudable que las 4ª Revolución Industrial les ocasionará impactos muy perjudiciales, sobre todo en aquellas sociedades donde el envejecimiento es un grave problema si no se alarga la duración de la vida laboral en un contexto de mejora del dominio permanente de la tecnología y de la interfaz hombre-máquina.
Según estimaciones de los investigadores Carl Benedikt Frey y Michael Osborne de la Universidad de Oxford, en una o dos décadas, el 40-50% de todos los empleos se transformarán o desaparecerán en las economías avanzadas.
La sociedad digital generaliza la desintermediación y el autoservicio.
Con ayuda de la inteligencia artificial, que aprende y enseña a gran velocidad, se universaliza el empleo “freelance” y la economía colaborativa.
Este modelo de negocio intermedia entre quien necesita un servicio y quien se lo ofrece, gestiona el pago a comisión y garantiza la fiabilidad del trabajo o servicio.
A su vez, permite trabajar y emplear a todos por horas, al tiempo que contribuye a eliminar intermediarios y empleos, con sus derechos y deberes.
Para mantener el Estado de Bienestar habrá que recurrir a fórmulas que, sin duda, deberán ser inéditas.
Menos empleos, menos impuestos.
De igual modo, y en lo referente a la política fiscal, caso de no prepararse a tiempo, es muy probable que los impactos de la 4a Revolución Industrial sean perjudiciales para el Departamento de Hacienda y Economía.
Si la robótica y la digitalización de los procesos están sustituyendo los trabajos, el despliegue de la inteligencia artificial y la capacidad de los robots de auto-aprender causarán un fuerte impacto sobre los ingresos fiscales.
Si cada vez ocurre que hay más y más empleos que pueden ser reemplazados por ordenadores y máquinas —que no pagan impuestos frente a los trabajadores sustituidos que sí lo hacían— la capacidad de gravar los ingresos laborales se irá reduciendo, a corto, medio y largo plazo.
También es muy probable que aumenten los costes sociales de los impuestos, en términos de pérdidas de empleo perdido y de un menor PIB.
Si se intentaran medidas de ajuste clásicas también sería probable que la subida de impuestos produjera ingresos más bajos y que éstos fueran incluso más costosos, en términos de efectos secundarios negativos para la sociedad.
El hecho del auge de las compras online también es una amenaza para los sistema fiscales.
En afecto, el impacto negativo que están teniendo las ventas online, al por menor, sobre los ingresos fiscales podrían verse potencialmente reforzadas.
En Estados Unidos, las ventas online han contribuido a un despido importantes de trabajadores de centros comerciales.
El año pasado, en Suecia, casi un tercio de las compras de Navidad se realizaron online.
Los jóvenes menores de 25 años ya están gastando entre un cuarto y un tercio de sus ingresos en Internet.
Suecia es un país precursor en lo que se refiere al mercado digital pero, poco a poco, otros países están siguiendo su ejemplo.
De igual modo, a medio plazo, también existe el riesgo de que los ingresos del IVA se vean afectados. Los bienes y productos se mueven libremente de un lugar a otro, y muchos servicios online están adquiriendo los derechos de utilizar un determinado producto digital.
Así, el consumo online de deportes, porno, juegos de azar, etc., no parece que conozcan obstáculos por las normas morales o jurisdicciones fiscales de la era digital.
En un mundo globalizado y digital, las plataformas de internet también suponen un alto riesgo los sistemas fiscales a nivel local, ya que la migración de impuestos sea más fácil de realizar de manera impune.
La teoría económica estándar acerca de los impuestos establece que la presión impositiva sobre el trabajo es la combinación del impuesto sobre la renta, los impuestos sociales y los impuestos sobre el valor añadido.
Si la 4ª Revolución Industrial tiene implicaciones para el trabajo como factor de producción, también tiene implicaciones sobre los ingresos del IVA.
Soluciones sí que las hay, pero nunca serán para aquellos países que quieren seguir como si nada estuviera pasando en nuestra economía o fingen hacer como si hicieran los cambios necesarios, para luego, dejarlo todo como estaba al principio.
“Los basureros de la historia están lleno de tendencias prolongadas”.
fuente
"El Blog de juanjo Gabiña", España, 14.09.2017
Del mismo modo afectará al modo cómo contribuimos al mantenimiento del Estado del Bienestar del que nos hemos dotado en los últimos 60 años.
Poco a poco, los cambios irreversibles tecnológicos que estamos viendo se desarrollarán profundamente en diferentes ámbitos de trabajo.
La digitalización, la conectividad, la robótica y los grandes datos tendrán un amplio impacto en el mercado de trabajo relacionados con el sector de la administración y oficinas.
Para aquellos países que no se preparen a tiempo es indudable que las 4ª Revolución Industrial les ocasionará impactos muy perjudiciales, sobre todo en aquellas sociedades donde el envejecimiento es un grave problema si no se alarga la duración de la vida laboral en un contexto de mejora del dominio permanente de la tecnología y de la interfaz hombre-máquina.
Según estimaciones de los investigadores Carl Benedikt Frey y Michael Osborne de la Universidad de Oxford, en una o dos décadas, el 40-50% de todos los empleos se transformarán o desaparecerán en las economías avanzadas.
La sociedad digital generaliza la desintermediación y el autoservicio.
Con ayuda de la inteligencia artificial, que aprende y enseña a gran velocidad, se universaliza el empleo “freelance” y la economía colaborativa.
Este modelo de negocio intermedia entre quien necesita un servicio y quien se lo ofrece, gestiona el pago a comisión y garantiza la fiabilidad del trabajo o servicio.
A su vez, permite trabajar y emplear a todos por horas, al tiempo que contribuye a eliminar intermediarios y empleos, con sus derechos y deberes.
Para mantener el Estado de Bienestar habrá que recurrir a fórmulas que, sin duda, deberán ser inéditas.
Menos empleos, menos impuestos.
De igual modo, y en lo referente a la política fiscal, caso de no prepararse a tiempo, es muy probable que los impactos de la 4a Revolución Industrial sean perjudiciales para el Departamento de Hacienda y Economía.
Si la robótica y la digitalización de los procesos están sustituyendo los trabajos, el despliegue de la inteligencia artificial y la capacidad de los robots de auto-aprender causarán un fuerte impacto sobre los ingresos fiscales.
Si cada vez ocurre que hay más y más empleos que pueden ser reemplazados por ordenadores y máquinas —que no pagan impuestos frente a los trabajadores sustituidos que sí lo hacían— la capacidad de gravar los ingresos laborales se irá reduciendo, a corto, medio y largo plazo.
También es muy probable que aumenten los costes sociales de los impuestos, en términos de pérdidas de empleo perdido y de un menor PIB.
Si se intentaran medidas de ajuste clásicas también sería probable que la subida de impuestos produjera ingresos más bajos y que éstos fueran incluso más costosos, en términos de efectos secundarios negativos para la sociedad.
El hecho del auge de las compras online también es una amenaza para los sistema fiscales.
En afecto, el impacto negativo que están teniendo las ventas online, al por menor, sobre los ingresos fiscales podrían verse potencialmente reforzadas.
En Estados Unidos, las ventas online han contribuido a un despido importantes de trabajadores de centros comerciales.
El año pasado, en Suecia, casi un tercio de las compras de Navidad se realizaron online.
Los jóvenes menores de 25 años ya están gastando entre un cuarto y un tercio de sus ingresos en Internet.
Suecia es un país precursor en lo que se refiere al mercado digital pero, poco a poco, otros países están siguiendo su ejemplo.
De igual modo, a medio plazo, también existe el riesgo de que los ingresos del IVA se vean afectados. Los bienes y productos se mueven libremente de un lugar a otro, y muchos servicios online están adquiriendo los derechos de utilizar un determinado producto digital.
Así, el consumo online de deportes, porno, juegos de azar, etc., no parece que conozcan obstáculos por las normas morales o jurisdicciones fiscales de la era digital.
En un mundo globalizado y digital, las plataformas de internet también suponen un alto riesgo los sistemas fiscales a nivel local, ya que la migración de impuestos sea más fácil de realizar de manera impune.
La teoría económica estándar acerca de los impuestos establece que la presión impositiva sobre el trabajo es la combinación del impuesto sobre la renta, los impuestos sociales y los impuestos sobre el valor añadido.
Si la 4ª Revolución Industrial tiene implicaciones para el trabajo como factor de producción, también tiene implicaciones sobre los ingresos del IVA.
Soluciones sí que las hay, pero nunca serán para aquellos países que quieren seguir como si nada estuviera pasando en nuestra economía o fingen hacer como si hicieran los cambios necesarios, para luego, dejarlo todo como estaba al principio.
“Los basureros de la historia están lleno de tendencias prolongadas”.
fuente
"El Blog de juanjo Gabiña", España, 14.09.2017
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