Es muy probable que el próximo miércoles cuando se reúna el Colegio de la Auditoria General de la Nación (AGN) la sangre no llegue al río y todo vuelva a fojas cero, afirmaron a LPO fuentes del organismo.
El escándalo estalló cuando el nuevo presidente del organismo de control que depende del Congreso, el kirchnerista Ricardo Echegaray, eliminó del plan anual de auditorias elaborado por la línea técnica del organismo, investigaciones muy sensibles para el gobierno de Cristina Kirchner.
Echegaray retiró los pedidos para auditar Lotería Nacional, donde se quiere poner la lupa sobre el sistema de control online de apuestas que Cristóbal López “regaló” al Gobierno de Cristina, para que controle su propio negocio.
También sacó el pedido de auditoría de la gestión de Casa de la Moneda, una lupa sobre su ex presidenta Katia Daura, muy cercana a Amado Boudou e involucrada directamente en el escándalo Ciccone.
Y también excluyó la revisión sobre lo actuado por la Inspección General de Justicia (IGJ) donde el camporismo intentó borrar los rastros de ese caso y otros escándalos de corrupción.
Estas modificaciones pueden observarse con detalle en el documento adjunto.
En lugar de eso, Echegaray incluyó en el plan de trabajo para el 2016, auditorias sobre temas de la actual gestiuón como el trabajo de la Enacom (el organismo que reemplazó a Aafsca y Aftic) y que descabezó la ley de medios, favoreciendo a los grandes multimedios y las telefónicas.
Esto generó una virulenta polémica, porque Echegaray hizo el cambio sin avisarle a los auditores.
El más enojado es el peronista Javier Fernández, que amenaza con denunciarlo penalmente.
Fernández tiene muy buena llegada en Tribunales, lo que convierte a su amenaza en un problema de importancia.
La movida de Echegaray también generó tensiones al interior de Cambiemos, donde varios dirigentes reprocharon al Gobierno no haber respaldado el pedido de Elisa Carrió para que no asuma en la AGN.
Jugada política
Echegaray sabe que su intención de auditar en tiempo real la gestión de Macri no está contemplada en las funciones de la AGN que hace un examen post facto de la administración.
Es decir, actúa más como forense que como médico, tarea que corresponde a la Sigen.
Pero claro, con su movida pone al macrismo en la incómoda situación de resistir que se audite su gestión.
Por eso, el diputado Pablo Tonelli anunció que impulsará su remoción si no restringe su trabajo a las cuentas de los años anteriores.
Se trata claramente de una cuestión de tiempos porque a más tardar el año próximo auditará los números Macri.
Los informes luego son tratados por la bicameral mixta revisora de cuentas, que por estos días está por elegir autoridades, pero de ninguna manera tendrá mayoría de Cambiemos.
“El desconocimiento de Echegaray de la ley del organismo que preside es muy grave. No sé si no da para pensar en la remoción de Echegaray, ya lo analizaremos con más detalle", sostuvo Tonelli y agregó “es función de la SIGEN controlar a los organismos del Estado, por lo que habría una superposición de funciones que me parece, honestamente, ilegal", agregó.
Otra pretensión de Echegaray es hacer un monitoreo de los despidos para evaluar el impacto económico de posibles medidas judiciales pudiera tener un efecto económico mayor que el de haberlos retenido en el Estado.
Quiere además revisar los aumentos tarifarios en las eléctricas.
fuente
"LaPoliticaOnline", 12.03.2016
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