VENEZOLANOS…
Y
SU CALVARIO
-
I -
Huir a Cúcuta: la realidad del éxodo frustrado
La esperanza se ha desdibujado del futuro de miles de venezolanos,
que cruzaron la frontera para perseguir un sueño de superación.
Hambre, sueño y
frío son sus permanentes acompañantes
Por ARIANY BRIZUELA
08 DE FEBRERO DE 2018
Una cancha deportiva en el barrio Sevilla, en
Cúcuta, sirvió de refugio para cientos de venezolanos que hacían vida en sus
instalaciones.
Ciudadanos a la intemperie y la deriva, en calles y avenidas
desconocidas.
El espacio se transformó rápidamente en el hogar de todo aquel
que decidía cruzar la frontera para huir de la crisis y buscar un mejor futuro.
Los venezolanos dormían en campamentos improvisados, con sábanas y
colchonetas en el suelo.
Maletas y cajas guardaban la esperanza de aquellos que
decidieron partir de su tierra, los pocos enseres “adornaban” las instalaciones
del bautizado “Hotel Caracas”.
Hombres, mujeres y niños pasaban sus días y noches sin un techo.
El “Hotel Caracas” ni siquiera contaba con un baño; por ello, recurrían a un
río cerca del lugar para asearse.
En ocasiones, tenían que guardar agua de la
lluvia en envases plásticos.
Además, las “mafias cucuteñas” les cobraban entre
3.000 y 4.000 pesos para permanecer allí.
Las protestas de los vecinos no se hicieron esperar, se quejaron
de la pernocta que generaba basura y delincuencia.
Cerca de 900 venezolanos
llegaron a instalarse y acomodarse en el polideportivo, hasta que el campamento
fue atacado con bombas incendiarias el 23 de enero.
Infografía: Gabriela Morales | Ariany Brizuela
La hostilidad y el rechazo comenzaron a marcar las relaciones
entre venezolanos y colombianos, quienes se sienten desplazados aun en el campo
laboral, indicó el concejal de Cúcuta José Oliverio Castellanos.
El concejal consideró que el desalojo de las personas que vivían
en el “Hotel Caracas” no es una solución, pues se desplazarán a otro lugar.
Señaló, en una entrevista a El Nacional Web, que es responsabilidad del gobierno colombiano buscar una
salida a esta problemática.
“Es recuperar un espacio para que ocupen otro. En el Concejo de
Cúcuta ya no vamos a generar más debate. El gobierno nos ha dejado solos en
esta situación”, dijo.
Foto: EFE | Schneyder Mendoza
Oliverio propuso cerrar la frontera temporalmente mientras se
decide qué hacer ante la oleada de venezolanos que ingresa al país.
Además,
invitó a los candidatos presidenciales en Colombia presentar iniciativas para
hallar soluciones.
José Oliverio comentó que los venezolanos sin documentación, para
residir en su país, no podrán ser deportados pese a la amenaza de María Ángela
Holguín, ministra de Relaciones Exteriores de Colombia.
“El gobierno nacional no tiene los recursos para deportarlos,
primero tiene que llevarlos a Migración, luego darles comida y alojamiento
mientras se realiza el proceso”, señaló el concejal.
Recordó que anteriormente
lo hacían con aproximadamente 15 personas, pero ahora son más de 2.000.
“En Venezuela hay una situación económica complicada y no una
guerra, por eso ellos no tienen condición de migración”, agregó.
Foto: EFE | Schneyder Mendoza
Muchos venezolanos llegan a Colombia de paso, con la intención de
dirigirse otros países como Perú o Ecuador para trabajar.
Sin embargo, algunos
no pueden hacerlo por sus escasos recursos económicos y deben permanecer en
Cúcuta indefinidamente.
En Cúcuta hay empresas que se aprovechan de la estadía irregular
de los inmigrantes para contratarlos, con salarios menores a los cancelados a los
ciudadanos naturales en el vecino país.
Muchos colombianos se sienten
desplazados laboralmente, aseveró Oliverio.
600 empresas han sido sancionadas desde el 1° de febrero por
contratar a venezolanos en situación migratoria irregular, además de emplearlos
con condiciones salariales ilegales.
Para ingresar a Colombia, por cualquiera de los 7 pasos terrestres
que existen a lo largo de la frontera, solo se requiere el pasaporte vigente y
la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF), que permite la permanencia en el país
por un lapso no mayor a siete días continuos.
José Oliverio exigió al gobierno del presidente Juan Manuel Santos
un control estricto en la frontera con Venezuela, para regular el éxodo
venezolano.
Foto: EFE | Gabriela Barrera
“No existe ningún control por parte de Migración. Solo hay un
conteo de cuántos ingresan y cuántos salen (…) Exigimos que se apliquen los
protocolos internacional para que los venezolanos no entren como si estuviesen
en su territorio”, expresó.
A juicio del concejal, los venezolanos solo deberían cruzar a
Colombia para adquirir alimentos.
Las comunidades de venezolanos que residen en Cúcuta se han
organizado para atender a los paisanos que llegan a la ciudad sin recursos,
ofreciéndoles alimento.
Eduardo Espinel, coordinador de la ONG Venezolanos en Cúcuta,
indicó que regalan comida clandestinamente a los venezolanos en las calles,
plazas y comunidades.
Corren el riesgo de ser reportados porque la Alcaldía
prohibió la entrega de alimentos en sitios públicos.
Foto: EFE | Schneyder Mendoza
Aseguró que la Alcaldía de la ciudad no cuenta con los recursos
para atender a los inmigrantes.
“El gobierno trata de ocultar esta situación,
tan real e inhumana”, dijo Espinel en conversaciones con El Nacional Web.
“Es un problema que al Estado se le escapa de las manos y que se
incrementará con el pasar del tiempo.
A Cúcuta emigra el venezolano de más
escasos recursos“, acotó.
Las iglesias católicas también fungen como centro de acopio y de
distribución de alimentos.
Sin embargo, la organización y la solidaridad no se
hizo esperar ante la crisis migratoria.
La realidad superó la capacidad de
asombro, ante la situación de calle en la que viven miles de venezolanos, a la
intemperie y sin las tres comidas del día garantizadas.
Fuente
“EL UNIVERSAL”, Venezuela, 08.02.2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario