ALQUIMIAS PEJOTISTAS
Se empieza a formar
el “antimacrismo”, pero la duda es si buscan unirse por el amor, o por el
espanto
La pelea de Moyano con el Presidente provoca un realineamiento en el
arco sindical, que sectores del peronismo aprovechan para impulsar la
reunificación
11 de Febrero de 2018
Por MARIANO SPEZZAPRIA
Hugo
Moyano bajó al subsuelo de la AFA, junto al presidente de la entidad, Claudio
“Chiqui” Tapia y otros dirigentes del fútbol argentino, para celebrar la
inauguración de unas oficinas en la sede de la calle Viamonte porteña.
Allí, en
un ambiente distendido, alguien le tiró accidentalmente gaseosa sobre la
camisa.
El jefe camionero salió del paso con un chiste picante: “¿Y a este
quién me lo mandó, Mauricio?”.
La irónica pregunta del jefe camionero provocó las carcajadas de
los presentes, aunque no necesariamente porque estuvieran de su lado en la
pelea que lo enfrenta con el presidente de la Nación.
En todo caso, les quedó
la impresión de que Moyano está obsesionado en su repentina cruzada contra el
Gobierno, del que fue aliado hasta pocos meses atrás.
Y que ahora no hay
reconciliación posible.
Casi a la misma hora del último jueves, Macri soplaba las
velitas de su cumpleaños 59 en el comedor de la Casa Rosada.
A pocos metros de
ahí, en las dependencias de la Jefatura de Gabinete, Marcos Peña almorzaba con
Jaime Durán Barba.
No habría sido una casualidad que su reaparición se diera
justo cuando la imagen presidencial atraviesa un período de declive.
En el pensamiento del principal asesor del PRO, la batalla del Gobierno
contra los sindicatos -encarnada ahora personalmente por Macri y Moyano- es
beneficiosa para el oficialismo porque los gremios aparecen en las encuestas
como uno de los sectores con mayor imagen negativa entre los argentinos, ya que
abundan los casos de corrupción y de enriquecimiento personal y familiar.
Justamente en esa herida echó sal Graciela Ocaña, la diputada de
Cambiemos que acaba de ampliar su denuncia contra Moyano y varios de sus
familiares directos por presunto desvío de fondos y lavado de dinero entre el
gremio de Camioneros y al menos tres empresas creadas a tal efecto.
Otro dato
altera al clan Moyano: la presentación recayó en el juzgado de Claudio Bonadio.
Ese juez federal es el mismo que lleva las investigaciones que
más complican a Cristina Kirchner.
Moyano no tuvo hasta ahora una mínima
expresión pública de solidaridad con la ex presidenta, que también se considera
perseguida judicialmente.
Pero ya avisó que si la dama lo invitara a tomar un
café, él aceptaría gustoso.
Y eso podría suceder antes de la marcha del
miércoles 21.
Cristina Kirchner y Moyano no se quieren mucho. No tienen
afinidad personal.
Rompieron su alianza política en 2011 y nunca más se vieron
las caras.
Pero a fines del año pasado empezó a tallar Pablo Moyano, cuando se
embanderó contra la reforma laboral y enseguida atrajo la atención del
sindicalismo afín a la senadora.
Ese fue el primer paso para la recomposición.
Ahora parece que la ex presidenta y Moyano se necesitan
mutuamente.
Tanto es así, que los Camioneros aceptaron que La Cámpora forme
parte de la movilización en la 9 de Julio, pese a que llegaron a considerar a
esa agrupación como el peor de los males para el peronismo.
O directamente, a
no considerarla peronista.
Pero la realidad los lleva a amucharse prácticamente
en defensa propia.
“Macri reunirá a su gabinete en Chapadmalal para reclamar
mayor eficiencia en la gestión”
Moyano se inclina hacia la política porque, en la interna
sindical, difícilmente consiga más aliados de los que ya tiene.
De hecho,
gremios como la Uocra de Gerardo Martínez, UPCN de Andrés Rodríguez y ni hablar
los “gordos” de la CGT, anticiparon que no irán a la marcha.
Todos ellos
recuerdan la forma en que Moyano se adueñó miles de trabajadores de otros
gremios para traspasarlos al suyo y asi (sic) fortalecer el poder (y los ingresos
económicos) de Camioneros.
La aspiradora moyanista tuvo su momento de fulgor entre 2004 y
2011, período en el cual el gremio de Camioneros pasó de tener 40.000 afiliados
a nada menos que 200.000.
Entonces se multiplicaron los fondos que ingresaron
al sindicato y a su obra social, lo que dio pie -según la denuncia de Ocaña- a
la aparición del “holding” de empresas familiares que investiga Bonadio.
La pelea con Moyano es un tema recurrente entre los ministros
del Gabinete aunque, puertas adentro, lo que más preocupa al presidente Macri
es que no consigue que sus colaboradores funcionen como un equipo homogéneo,
sobre todo en materia económica.
Ya se sabe que Macri es un apasionado del fútbol y que se
concibe a sí mismo como una suerte de director técnico.
Por eso reunirá entre jueves y viernes de la semana que se
inicia a su Gabinete en el complejo de Chapadmalal, donde hoy se encuentra
descansando junto a su mujer Juliana Awada y su hija Antonia.
El Presidente regresará a Buenos Aires el miércoles, tras los
feriados del Carnaval, y regresará un día después para reclamar a sus ministros
una “mayor eficiencia en la gestión”.
Incluso, trascendió que el mandatario podría mover el banco de
suplentes del Gabinete en los próximos meses, dado que hay funcionarios que no
cumplen con sus expectativas.
El Presidente apeló a una gran dosis de pragmatismo al mantener
en su cargo al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, tras su burdo traspié con una
empleada doméstica, pese a que el manual de la corrección política aconsejaba
un rápido desplazamiento.
Pero eso no implica que Triaca ni otros ministros tengan
asegurado su puesto entre los jugadores titulares.
La que ahora tiene la flechita para arriba en la consideración
presidencial es Patricia Bullrich, quien logró sobrevivir políticamente al
delicado caso de Santiago Maldonado y ahora despliega su “doctrina” de
protección a las fuerzas de seguridad.
Un ejemplo es el del policía Luis
Chocobar.
Antes de regresar a la Rosada tras varios meses fuera del país,
Durán Barba afirmó que existe una mayoría social favorable a la “pena de muerte”
y que esa tendencia, de acuerdo a sus sondeos, se incrementa en los sectores
populares, que padecen la inseguridad en forma virulenta.
Definiciones como esa
facilitan a la oposición un encuadramiento del macrismo como una fuerza de
“derecha”.
PERONISTAS
REUNIFICADORES
Esa línea política es la que predominó durante la presentación
de los dirigentes que empujan la reunificación del peronismo, una iniciativa
que combina a kirchneristas, massistas y randazzistas que, por ahora, exhibe un
voluntarismo superior a los hechos de la realidad.
Pero que podría constituirse
como el primer intento de conformar una nueva alianza de grupos
“antimacristas”.
En primera medida, esta situación refleja el profundo cambio que
atraviesa la política argentina.
El enfrentamiento ya no es entre kirchneristas
y antikirchneristas, la lógica que imperó durante más de una década, ya que los
seguidores de Cristina Kirchner son ahora sólo un sector de un entramado más
amplio que se reúne por un rechazo común al macrismo en el poder.
Dentro del peronismo, la intentona -que ya debutó en el
Conurbano con pintadas que prometen “hay 2019”- cuenta sin embargo con la
reticencia de los gobernadores.
Uno de ellos, el sanjuanino Sergio Uñac, fue
invitado al encuentro para mostrarlo como un líder emergente, pero desertó a
último momento.
Demás está aclarar que al salteño Juan Urtubey no lo
convocaron.
El norteño, que está abocado a la crisis que provocan las
inundaciones y una oleada de despidos en su provincia, es el gobernador
justicialista más cercano al presidente Macri y tiene influencia sobre el
interbloque de diputados Argentina Federal, que será –junto a la bancada de
senadores que lidera Miguel Pichetto- vital para que no caiga el “megadecreto”
de enero pasado.
Pero parece haber llegado el tiempo en que al PJ dialoguista se
le achicaría el margen de maniobra, no sólo por los ensayos de unidad que ya se
registran en el panperonismo, sino por los realineamientos en el arco sindical
como consecuencia de la pelea de Moyano con el Gobierno.
Aunque la formación
del “antimacrismo” se asemeja a un rejuntado por espanto y no por amor.
DIRIGENTES PERONISTAS CON NUEVO ATUENDO: LA CAMISA BLANCA/TÉLAM
Fuente
“EL DÍA”, La Plata, 11.02.2018
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