30 ene 2020

JUBILADOS LAS SINRAZONES DEL... AJUSTE











JUBILADOS
LAS SINRAZONES DEL... AJUSTE



Las tres razones por las que ningún jubilado de Anses debería cobrar un aumento menor a 11,56% en marzo
La seguridad jurídica es la clave para que un sistema previsional sea sustentable a largo plazo


Por Andrea L. Falcone -



(Franco Fafasuli)



El primer punto que explica por qué ningún jubilado de Anses debería cobrar menos del 11,56% en marzo es que las leyes no pueden tener efecto retroactivo si afectan derechos amparados constitucionalmente. 
La regla general es que las leyes se aplican a partir de su entrada en vigencia, no pudiendo tener efecto retroactivo, especialmente si afectan derechos amparados constitucionalmente

El jurista Bidart Campos ha aclarado oportunamente “la inconstitucionalidad de alguna ley retroactiva no surge por la retroactividad misma, sino porque esa condición afecta un derecho anteriormente incorporado al patrimonio”.
El artículo 55° de la Ley de Solidaridad y Reactivación Económica deroga retroactivamente la movilidad prevista en la ley 27.426 (aprobada bajo la gestión de Mauricio Macri). 

Dicha movilidad se devenga trimestralmente, es decir, en el mes de marzo de 2020 los pasivos hubieran recibido los incrementos correspondientes al mes de julio/agosto/septiembre de 2019 y en junio los correspondientes a octubre/noviembre/diciembre. 

De esta manera, la ley se promulga los últimos días de diciembre y deja sin efecto el próximo aumento retrotrayendo su aplicación al mes de julio.

Cualquier jubilado que en marzo reciba menos del 11,56% de aumento ya devengado podrá solicitar la inconstitucionalidad de la suspensión


Lo mismo sucedió cuando se aprobó la ley de movilidad hoy suspendida. 

A los jubilados les correspondía cobrar seis meses de aumento y les pagaron solo tres, posponiendo los tres pendientes a otro trimestre. 

En esa oportunidad, la Sala III de la Cámara de la Seguridad Social estableció claramente la distinción entre “devengado” y “percibido”

Una cosa es la adquisición del derecho y otra es la percepción del mismo.
Es decir, cualquier jubilado que en marzo reciba menos del 11,56% de aumento ya devengado podrá solicitar la inconstitucionalidad de la suspensión. 

Después será cuestión de analizar caso por caso el porcentaje de confiscatoriedad sufrido a los efectos de determinar la viabilidad del reclamo.
2 - La seguridad jurídica es la clave para que un sistema previsional sea sustentable a largo plazo.
Cada reforma intempestiva que recibe el sistema previsional tiene una justificación similar: sin estos cambios no es sostenible a largo plazo. 

Por el contrario, es la incertidumbre e imprevisibilidad del sistema lo que lo torna insostenible.


Alberto Fernández con un grupo de jubilados (Presidencia)
Alberto Fernández con un grupo de jubilados (Presidencia)



En el caso de la suspensión de la ley de movilidad se sumó un argumento novedoso: la solidaridad

Pocas personas en una sociedad pueden oponerse a la idea de ser solidarios

Pero aquí se trata de un sistema previsional que debe ser sustentable a largo plazo. 

La sustentabilidad de un sistema de seguridad social se basa principalmente (o al menos debería hacerlo) en el ingreso de aportes y contribuciones de los trabajadores y sus empleadores. 

Resulta un grave atentado al sistema priorizar la solidaridad por sobre su carácter contributivo. 

¿Quién a partir de ahora considerará importante efectuar aportes si, al final del camino, todos tendremos una jubilación similar? 

O lo que es peor aún, ¿quién querrá planificar con tiempo su jubilación para poder garantizarse un haber digno, sabiendo que el Estado una y otra vez les cambia las reglas sobre la marcha?


Cada reforma intempestiva que recibe el sistema previsional tiene una justificación similar: sin estos cambios no es sostenible a largo plazo


En 1969 se establece el primer sistema de movilidad de jubilaciones, en 1974 ya se dejó sin efecto. 

Se suceden planteos de inconstitucionalidad. 

En 1994 comienza las AFJP, miles de damnificados sufren hoy aún las consecuencias de ese sistema. 

Entre el año 2002 y 2006 el Gobierno otorgó nueve aumentos que solo alcanzaron a las jubilaciones mínimas

Otra vez, cientos de miles reclamos judiciales.

En octubre de 2008 se sanciona la primera Ley de Movilidad. 

En diciembre de 2017, bajo catorce toneladas de piedra, el Congreso reemplaza dicha ley y le quita del bolsillo a los jubilados un trimestre de aumento. 

Más amparos contra la reforma. 

Apenas dos años después, el Congreso decidió directamente su suspensión y la reemplazó por incrementos que serán decididos por el Poder Ejecutivo.
En este escenario, ¿sobre qué fundamento se espera que la sociedad demuestre interés en realizar aportes previsionales? 

Si se hiciera una encuesta, la gran mayoría de los trabajadores seguramente dirá que al jubilarse no podrá vivir de su jubilación. 

Por eso la tasa de empleo informal crece de manera incesante, alcanzando en los últimos años niveles alarmantes que rondan casi el cuarenta por ciento del total de puestos de trabajo.

Resulta un grave atentado al sistema priorizar la solidaridad por sobre su carácter contributivo


La principal modificación que necesita el sistema para ser sustentable a largo plazo es lograr más aportantes activos por cada pasivo.

Los problemas financieros de los sistemas jubilatorios de Europa se basan en que por el envejecimiento general de su población, registran más personas mayores jubiladas que jóvenes trabajando. 

El desafío local es otro y radica en sacar a la superficie el cincuenta por ciento de la economía que tenemos sumergida en la informalidad.
Los trabajadores deben tomar conciencia de que vivirán de jubilación al momento de retirarse. 

Pero el Estado, por su parte, debe establecer reglas para determinar los haberes jubilatorios que se respeten en el tiempo, que otorguen un mínimo grado de previsibilidad.  

Las reformas que se planteen como necesarias deberán gestarse desde el consenso y con períodos de implementación a mediano plazo.

De lo contrario, atentando contra la credibilidad del sistema, solo fomentamos la informalidad y el desfinanciamiento sistemático.
3 - Los reclamos ante la justicia deben ser la excepción, no la regla.
Un millón de jubilados han llevado sus reclamos a tribunales en las últimas décadas

Se hizo de la excepción, una regla.

No hay crisis económica que pueda legalmente sostener una confiscación en haberes jubilatorios


Cuando se suspendió la movilidad en 1974 los jubilados hicieron juicio. 

Cuando en la salida de la convertibilidad se quedaron sin aumentos generales frente a una alta inflación, los jubilados hicieron juicio. 

Cuando desde el comienzo del sistema jubilatorio general en 1969 les liquidaron incorrectamente su primer haber, hicieron juicio. 

Cuando les confiscaron un trimestre de movilidad en 2018, hicieron juicio. 

 A tal punto llegó la litigiosidad, que en 1996 se crearon los primeros tribunales de primera instancia específicamente para reclamos de seguridad social.


Jubilados, en un reclamo constante hace décadas (Franco Fafasuli)
 Jubilados, en un reclamo constante hace décadas (Franco Fafasuli)



La situación económica actual no es justificación legal suficiente para afectar derechos adquiridos

No hay crisis económica que pueda legalmente sostener una confiscación en haberes jubilatorios. 

El famoso fallo Badaro es resultado de medidas que se tomaron cuando se salía de una de las crisis más grandes de la historia, el 2001.
Hasta el 2006 no hubo aumentos generales para jubilados, solo para aquellos que percibían el haber mínimo. 

La Corte Suprema dio su respuesta: “Que la Corte haya aceptado la validez constitucional de los cambios en los regímenes de movilidad a fin de lograr una mejor administración o dar mayor previsibilidad al sistema de seguridad social no implica que esa facultad no se encuentre sujeta a una indudable limitación, ya que tales modificaciones no pueden conducir a reducciones confiscatorias en los haberes.” 

Así, garantizó el 88,6% de aumento para todos los jubilados por igual, atando la movilidad al crecimiento de salarios durante ese período.


La principal modificación que necesita el sistema para ser sustentable a largo plazo es lograr más aportantes activos por cada pasivo


Por otra parte, tampoco la gran disparidad entre haberes mínimos (actualmente $14.000) y haberes máximos ($103.000) podría sostener la suspensión de una movilidad devengada.  

Desde el año 2009 la jubilación máxima representa 7 veces el haber mínimo. 

Por su parte en el año 2009 el haber medio representaba el 28% del haber mínimo y actualmente ese porcentaje alcanza el 54%, principalmente debido a los efectos de la Reparación Histórica. 

Es decir, no existe una situación de agravamiento en términos de disparidad entre quienes ganan más y quienes ganan menos

Lo que sí se ha dado es un incremento de precios en la canasta básica de los jubilados, siendo que en 2010 un jubilado de la mínima cubría el 43% de la canasta básica y actualmente cubre el 28%

Pero la canasta básica se ha encarecido para todos los jubilados, es decir, es justo recomponer en mayor medida los haberes más bajos sin que sea en desmedro de los haberes más altos.
Según las estadísticas de Anses hay 2 millones de jubilados que cobran $28.000 mensuales de haber o más. 

Dado que los trascendidos indican que todos aquellos que cobren haberes superiores a $21.323 percibirán una movilidad inferior al 11,57% que ya tienen devengado, se podría afirmar que de confirmarse la información más de 2 millones de jubilados podrían reclamar judicialmente.
Es un deber moral desterrar para siempre la litigiosidad de los jubilados argentinos. 

Por eso hay cumplir con las normas y plantear reformas proyectadas a mediano plazo. 

Girar el timón violentamente frente al iceberg no puede seguir siendo la forma de navegar.

Son necesarias reglas claras que perduren en el tiempo y le garanticen un mínimo de certidumbre sobre el sistema.  

Solo así, e incorporando más trabajadores al empleo formal, se podrán sentar las bases de un sistema previsional sólido y sustentable en el largo plazo.
La autora es abogada especializada en previsión social

Fuente
“infobae”, 30.01.2020

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.