El Colegio Electoral es una reliquia medieval
Solo en Estados Unidos el presidente es elegido todavía en elecciones indirectas
Pero el Colegio Electoral no es un invento americano, sino una reliquia medieval.
Durante varios siglos, muchas comunidades políticas en Europa y en las Américas usaron electores seleccionados en diferentes unidades políticas y territoriales para elegir un alto magistrado.
Los orígenes se remontan al siglo XI, cuando los reyes francos, carolingios, bohemios, húngaros y polacos eran elegidos por sus pares, reunidos en colegios de electores formados por duques, marqueses, condes y obispos.
Se utilizaron fórmulas similares para elegir altos magistrados en las ciudades-repúblicas del norte de Italia, así como abades y abadesas de los dominicos y otras órdenes monásticas.
Inicialmente, votaban los cardenales-obispos de más alto rango, los cuales se suponía que serían capaces de persuadir a los cardenales-sacerdotes y a los cardenales-diáconos.
Pero a menudo surgió la discordia entre la “parte más sabia” (los obispos) y la “parte mayor” en votos.
Una serie de candidatos se negó a aceptar la derrota, lo que provocó el auto-nombramiento de “anti-papas” y varios cismas en la Iglesia.
En el siglo XIII, el papa Gregorio tuvo que aclarar que “no deben compararse el celo con el celo, ni el mérito con el mérito, sino únicamente los números con los números [de votos]”.
Los electores del colegio se dividieron tres veces, lo cual produjo pares de emperadores y anti-emperadores en conflicto.
Uno de los candidatos derrotados, Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León, que había obtenido la mayoría de los votos pero no el apoyo de suficientes electores calificados, advirtió que el emperador tendría autoridad real sólo si era elegido por “la parte mayor” o una mayoría de votos.
Tras ser incluido en la Constitución de Estados Unidos en 1789, el colegio electoral fue adoptado —usualmente con el nombre de “junta”— en Venezuela
en 1819, Colombia en 1821, México en 1824, Argentina en 1826, Bolivia, Chile y Perú en 1828, Brasil en 1834 (para la elección del regente), República Dominicana en 1844 y Cuba en 1902.
También fue utilizado en la República Federal de América Central en 1824 y en los países que posteriormente se separaron de ella: Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Esto produjo la elección de varios candidatos que habían perdido el voto popular.
En algunos casos, el sistema preveía que si ningún candidato obtenía la mayoría de electores, el Congreso elegiría al presidente. Esto sucedió cuatro veces en Colombia, tres en Bolivia, una en México y otra en Venezuela.
En Argentina, en tres ocasiones en que ningún candidato ganó la mayoría de electores, el colegio seleccionó al ganador en votos populares.
El último colegio electoral fuera de Estados Unidos seleccionó al presidente argentino en fecha tan reciente como 1989.
Actualmente, sólo Estados Unidos usa el colegio electoral presidencial.
Sus partidarios sostienen que si el sistema hubiera sido diferente, podrían haber ganado el voto popular, simplemente haciendo otro tipo de campaña y movilizando más partidarios en Estados favorables a los republicanos, como Texas o Florida.
Sin embargo, los demócratas podrían, por supuesto, responder que ellos también habrían hecho otro tipo de campaña para movilizar más votos en Estados favorables, como California o Nueva York.
No es posible saber ahora quién habría ganado una elección directa basada en el voto popular.
Josep M. Colomer es profesor de Ciencia Política en la Universidad de Georgetown, en Washington, DC, y autor de Cómo votamos. Los sistemas electorales del mundo: pasado, presente y futuro (Gedisa).
Este artículo fue inicialmente publicado en The Washington Post, The Monkey Cage, 11 de diciembre de 2016.
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