6 mar 2020

LOS JUBILADOS CASTIGADOS... ¿POR QUÉ?











 LOS JUBILADOS CASTIGADOS...
¿POR QUÉ?



Viernes, 6 de marzo de 2020 


Las penurias del sistema jubilatorio


Las penurias del sistema jubilatorio



Por Editorial



El sistema jubilatorio argentino ha sufrido, durante mucho años, los embates de la política y siempre, los que se jubilaron penaron porque lo que cobraban no compensaba la cantidad de aportes realizados. 

Pero la mano de los políticos hizo que nacieran regímenes especiales (hay 48 en Argentina) por lo cual, algunas personas, tenían privilegios que los demás no tenían.

Más allá del ensayo fallido  con el sistema de capitalización a través de las AFJP, nuestro país no halla un modelo uniforme para tratar el tema y siempre aparece en la discusión la necesidad de atender situaciones que terminan desequilibrando el sistema.

La última gran distorsión fue cuando se estableció la Jubilación de Amas de Casa, que permitió que muchas mujeres, que nunca habían hecho aportes, accedieran a la jubilación mínima y luego se extendió el beneficio a otras personas a las que les faltaban aportes para acceder al beneficio mediante una moratoria. 

Por estas, se les descontó un porcentaje del beneficio durante un tiempo para compensar.

Pero el problema fue la forma en que el sistema rápidamente pasó a ser deficitario. 

Hoy existen 3,5 millones de jubilados por el sistema normal y 2,5 millones que ingresaron por moratoria

Los aportes y contribuciones de los activos actuales alcanzarían para pagar las jubilaciones de los beneficiarios normales (si aportaran el 40% de los que están en negro, podrían aumentarse las jubilaciones).

Pero el problema es que con los mismos fondos no sólo se paga a los jubilados por el sistema normal, sino que hay que pagar al resto y a ello se deben sumar los beneficiarios de AUH, becas Progresar y otros subsidios

Más de 9 millones de personas perciben haberes o beneficios de la Anses.

Argentina tiene un sistema de reparto. 

Como tal es un sistema solidario. 

No obstante, un fallo de la Corte Suprema de Justicia dijo que se debía respetar la proporcionalidad, es decir, que el haber debía reflejar un porcentaje de salario sobre el que se aporta. 

Pero es imposible porque deja de ser de reparto y ser un símil de capitalización empobrecido.

Un sistema de reparto, para que funcione, requiere como mínimo 4 trabajadores activos por cada pasivo. 

No obstante, hay quienes ya se animan a  decir que, con el aumento de la expectativa de vida, es probable que esa proporción ya no alcance.

Hace algún tiempo se comenzaron a volcar recursos del sistema impositivo para reforzar a la Anses. 

Incluso, en algún momento se retuvo compulsivamente el 15% de la masa coparticipable de las provincias para financiar al sistema, que ya había explotado cuando se le incorporaron los beneficiarios con moratoria.

En Argentina, con 8 millones de trabajadores activos y 6 millones de pasivos, la relación sólo llega a 1,3 activos lo que muestra que, de por sí, el sistema es altamente deficitario. 

Además, deberían sacarse de la órbita de la Anses todo el resto de beneficios sociales para que no se confundan los presupuestos.

Dado el sistema deficitario, y las injusticias que cometen con algunos sectores, como monotributistas o autónomos, el sistema tiene un 60% de beneficiarios cobrando la jubilación mínima. 

Ante esto, el Gobierno decidió achatar la pirámide, perjudicando a las categorías más altas, no reconociendo el sistema de actualización. 

Pero son todos parches. 

El sistema jubilatorio requiere una implementación seria que contemple los datos actuariales, de manera de establecer cuál debería ser la edad jubilatoria y, sobre todo, la forma más equitativa para repartir los recursos del sistema, tratando de presionar lo menos posible sobre las cuentas públicas.

Las jubilaciones son malas e injustas para la mayoría de los beneficiarios del sistema pero, con ellos, conviven 48 regímenes que han sido concedidos con leyes claramente inconstitucionales que deben ser revisadas por la Justicia y por la política

Es hora de restablecer la igualdad ante la ley.

Fuente
“LOS ANDES”, 06.03.2020

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.