12 mar 2020

EL VIEJO TRUCO… ¡¡¡LO OTROS!!!







EL VIEJO TRUCO…
¡¡¡LO OTROS!!!






La vieja coartada de la “confabulación” mundial

“Los argentinos estamos condenados al éxito”, dijo Duhalde hace años: la condena tarda en llegar.




Alberto Fernández, el martes en el anuncio del plan de medicamentos gratuitos de PAMI. Foto Luciano Thieberger


11/03/2020

Ricardo Kirschbaum

 

Es seguro que ni el Príncipe saudí Mohamed bin Salmán ni el presidente ruso Vladímir Putin estuvieran pensando en cómo perjudicar a la Argentina cuando discutían el precio del petróleo

El saudita, que está sospechado entre otras cosas de haber permitido que su consulado en Estambul se convirtiera en una carnicería humana, dispuso bajar 30% el precio del petróleo porque no se puso de acuerdo con Rusia. 

Putin, por su parte, estaba planeando cómo quedarse hasta el ¡2036! en el poder

A ninguno de los dos se le derramó una lágrima por los argentinos.

Todo esto en medio de la pandemia de coronavirus​ que conmociona y altera al mundo profundamente. 

Ni el premier italiano ni el presidente español ni, tampoco, el jefe de la Casa Blanca, entre otros, se quejaron de que el mundo se les había puesto en contra.

En cambio, Alberto Fernández cree que las condiciones mundiales -caída abrupta del precio del petróleo, derrumbe de las bolsas por el coronavirus- confluyeron para perjudicar a nuestro país.
 
Veamos lo que dijo a Canal 9: “Creo que poco a poco las cosas van a ir saliendo, pero pareciera que el mundo se confabula para hacer más difícil nuestra salida”.

Alberto ve las cosas desde sus urgencias. 

Habrá dicho algo así como ¡para colmo parió mi abuela! cuando se enteró consternado el lunes por la mañana de que toda la economía mundial rechinaba mientras se iba para abajo por la irrefrenable expansión del virus y el jueguito entre Mohamed y Putin.

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Siempre la confabulación mundial, aún en el sentido metafórico y localista que le dio el Presidente, es una excelente excusa -o coartada- para liberarse de culpa

Cuando no es la FIFA con el arbitraje que nos privó de un Mundial, es el VAR que nos eliminó de la Copa América o es un acuerdo macabro en el que todos coinciden para perjudicarnos.

Todavía tiene vigencia aquel famoso apotegma de Eduardo Duhalde: “Los argentinos estamos condenado al éxito”.

Pues parece que la condena tarda demasiado en llegar, si es que algún día se le ocurre cumplir con aquella profecía.

El Gobierno dispuso dificultar la importación de petróleo, que ahora está a un precio más bajo que el local. 

El objetivo declarado es defender la producción nacional.

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La pregunta es si esa importación a precios más bajos no provocaría una caída de los precios del combustible internamente

La nafta, por ejemplo, tendría que bajar y ayudaría a contener la inflación

Eso es en teoría, porque en la Argentina casi no se cumple ni la ley de gravedad de Newton. 

Porque ¿cuánto y cuándo bajaron los precios cuando bajó el dólar?

La energía es siempre un costo alto en casi cualquier producción. 

Pero a la vez hay necesidades internas que hay que atender de las provincias petroleras y de la propia YPF, y todavía queda por resolver el gran interrogante que es Vaca Muerta​, interrogante tan grande como lo es el arreglo de la postergación del pago de la deuda externa. 

En ambos, todavía no hay respuesta.

Esto del precio del petróleo y de la globalización sirve, además, para refrescar la elemental idea, que algunos todavía pretenden negar, de que querámoslo o no, estamos sometidos a tensiones globales en las que no hay control local.

No se puede estar siempre en “cuarentena” con el mundo, y el mundo no está contra Argentina.

Fuente
“CLARÍN”, 11.03.2020

 

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.