28 ago 2018

VATICANO CONVULSIONADO












VATICANO CONVULSIONADO





La guerra sucia vuelve al Vaticano

Las acusaciones contra el Papa avivan el fuego de una batalla de poder disfrazada de ortodoxia religiosa e ideología que busca restaurar el viejo orden





El Papa Francisco junto al arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, este domingo en Irlanda.  


Los cuervos vuelan bajo y amenaza tormenta. 

La carta de 11 páginas del arzobispo Carlo Maria Viganò acusando al papa Francisco de encubrir los abusos del cardenal Theodore McCarrick es un síntoma de la mala digestión que acompaña siempre al Vaticano cuando cambia de orden. 

El alcance destructivo de la denuncia, sin la esperada respuesta clara del Papa mientras él mismo pedía investigar todos los casos, todavía no se conoce. 

Pero su calculada publicación, diseño y necesaria colaboración certifican la reapertura de una guerra que corre el riesgo de organizar definitivamente a los opositores a Francisco, más interesados en el poder extraviado que en la ideología o los abusos que denuncian ahora e ignoraron cuando pudieron actuar.

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Carlo Maria Viganò (Varese, 1941), autor de este J’accuse vaticano, dio siempre muestras de inestabilidad. 

Carácter complicado, propenso a las intrigas (estuvo en el origen del caso Vatileaks) e inclinaciones a la mentira. 

De hecho, cuando Benedicto XVI decidió mandarlo a EE UU como nuncio para apartarlo del Vaticano, escribió una carta asegurando que tenía un hermano incapacitado que le impedía asumir ese encargo. 

Resultó que el hermano vivía en Chicago desde hacía años y no se hablaba con él por una disputa económica. 

El arzobispo, pese a su currículum, no tendría por si solo capacidad para estructurar un ataque que plantea sin complejos derribar el Pontificado de Francisco, muy fortalecido en los últimos tiempos a través de los nombramientos en el colegio cardenalicio (59 de los 125 purpurados que podrían el elegir hoy al siguiente Pontífice). 

“Han convertido a un pollo en un cuervo”, ironizaba el historiador de la Iglesia Alberto Melloni.

El problema, más allá de la veracidad de sus gravísimas acusaciones, quizá es que sujetos así hayan ocupado los puestos más altos de la jerarquía católica. 

Figuras como el controvertido cardenal George Pell, a la espera de juicio en Australia por abuso de menores; el ex secretario de Estado Tarcisio Bertone, salpicado en todos los escándalos imaginables; el español Lucio Ángel Vallejo Balda, una suerte de revisor de las cuentas del Vaticano encarcelado en un surrealista lío de faldas, o los propios opositores al Papa, entre los que están nada menos que el último prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, o el expresidente del Banco del Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi.

Cuando remaron a favor fueron útiles, hoy para la Santa Sede se desacreditan con sus propias palabras.

Viganó, probablemente despechado por no haber recibido un mayor reconocimiento de Francisco cuando le planteó las denuncias aquel 23 de junio de 2013 (si es que así fue), tiene una larga experiencia en conspiraciones. 

Estuvo en el origen de 'Vatileaks' y acumuló toneladas de información sensible a su paso por el Governatorato de la Ciudad del Vaticano y la Secretaría de Estado, de modo que no sería extraño que sorprendiese con más documentos.

Nadie duda de que en su ataque participaron diversas personas, especialmente del entorno de los medios digitales estadounidenses ultraconservadores, con quienes pudo intimar en su periplo americano. 

El Vaticano espera que las acusaciones se desvanezcan por sí solas. 

Pero el misil estaba cuidadosamente diseñado para que todo sea una tormenta de verano. 

Se hicieron traducciones de la carta al inglés, francés y español por parte de distintos colaboradores, algunos –y algunas- vinculados directamente al círculo tradicionalista, y se lanzó cuando más daño podía hacer.

El epicentro de la guerra contra el Papa procede de la corriente tradicionalista de la Iglesia estadounidense vinculada al 
Tea Party y de potentes círculos mediáticos cercanos a Steve Bannon, obsesionado con los movimientos populistas en Roma y con el propio Vaticano. 

Un matrimonio de conveniencia con la derecha religiosa —estadounidense y Europea—, huérfana de un líder espiritual fuerte en el Vaticano que la defendiese. 

O que, al menos, no la atacase continuamente en cuestiones como la inmigración o las desigualdades. 

Un cocktail aliñado con un potente clickbait, una elevada dosis de falsedades e inversiones en portales como LifeSite, Catholic Register o el propio Breitbart de Bannon. 

Además, tras la dimisión de Benedicto XVI, la virulencia de los ataques ha crecido con la percepción de que elevar la presión puede provocar la dimisión de un Papa. 

Este lunes, las primeras reacciones, obviamente, llegaron de los propios líderes de la revuelta.

El cardenal Raymond Burke, comandante de esta guerra, humillado en anteriores enfrentamientos con Francisco como la esperpéntica lucha en la Orden de Malta, fue el primero. 

“Las declaraciones hechas por un prelado de la autoridad del Arzobispo Carlo Maria Viganò deben ser tomadas muy en serio por los responsables en la Iglesia. Cada declaración debe estar sujeta a investigación, de acuerdo con la ley procesal aprobada por la Iglesia”. 

Luego llegó el que fuera primer consejero de la nunciatura en Estados Unidos, el francés Jean-François Lantheaume, que avaló la veracidad de la acusación a Catholic News Agency. 

El Papa, sin embargo, prefirió guardar silencio el domingo y pidió a los periodistas que ellos mismos extrajesen conclusiones a través de su “madurez profesional”. 

Una salida poco ortodoxa, pero eficaz temporalmente. 

“Era la mejor respuesta que podía dar en ese momento”, señala una persona que despacha a menudo con él. 

Pero la guerra no ha terminado.

Fuente
“EL PAÍS”, España, 28.08.2018

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.