12 ago 2018

2003 / 2015 CONSTATACIÓN DE DAÑOS












2003 / 2015
CONSTATACIÓN DE DAÑOS


El costo de los sobornos: US$ 36 mil millones


Dos investigadores del Conicet y profesores de la UBA calculan que con coimas del 20% en la obra pública, en una década se perdió un 6% del PBI, similar al déficit fiscal total de hoy.


Ariel Coremberg / Martin Grandes*


 ICONO. Cristina Kirchner el día que adjudicó las represas de Santa Cruz a Electroingeniería y a los chinos. FOTO: CEDOC PERFIL

La corrupción es un fenómeno endémico e inherente a las economías capitalistas modernas que, en distintos niveles, trae efectos nocivos sobre el desempeño económico de los países, su desarrollo y el bienestar de su población. 

Los recientes acontecimientos en Argentina no son sino una nueva manifestación de un problema socioeconómico e institucional de larga data: cuadernos, bolsos, aportes a campañas, tráfico de armas, pollos, medicamentos, leche podrida y tantos ejemplos son apenas el telón de fondo de una historia que trasciende los meros efectos inmediatos que su conocimiento público puede tener en el sistema político, la opinión pública, los mercados de activos, la inversión y la actividad económica en el corto plazo. 

En contraste a los efectos inmediatos de la corrupción sobre la economía, cabe preguntarse: 

¿cómo afecta la corrupción al crecimiento económico de largo plazo de la Argentina?

¿Cuánto cuesta la corrupción en términos de inversión y PBI? 

Recordemos que Argentina creció un 1% per cápita en los últimos cien años, exactamente la mitad de lo que creció Australia, cuando ambos países compartían similares niveles de vida a comienzos del siglo pasado. 

El caso argentino ha sido citado en la literatura económica como un ejemplo singular de fracaso de desarrollo económico que no se puede circunscribir a una simple incidencia de orígenes históricos, religiosos, geopolíticos y culturales diversos con respecto a los casos exitosos, sino también, y sin duda, a la persistencia de su sistema de corrupción endémico que en la década pasada ha llegado a niveles macroeconómicos magnos

La teoría económica no es concluyente respecto del signo del efecto de la corrupción sobre el crecimiento a largo plazo. 

Algunos economistas y académicos como Daron Acemoglu, Thierry Verdier o Samuel Huntington afirman que podría ser positivo: la corrupción ayudaría al sector privado a superar barreras burocráticas para concertar sus negocios, a mitigar la provisión ineficiente de servicios públicos y a suavizar la rigidez legal que obstaculizan la inversión, especialmente en países con instituciones frágiles. 

Otros economistas como Murphy, Shleifer y Vishny o Andrew Rose sostienen que la corrupción reduce inequívocamente el crecimiento económico. 

En primer lugar, porque fomenta lo que en inglés se conoce como rent seeking society, es decir, la búsqueda de apropiación de rentas de las empresas en mercados no competitivos, obra pública en infraestructura y otros negocios en entornos de monopolios naturales como redes de transporte o autopistas. 

Segundo, en ese sentido la corrupción incrementa los costos de transacción y la incertidumbre en los procesos de toma de decisiones, la ineficiencia en la asignación de capital y otros factores de la producción a proyectos de inversión, que tienen por resultado una disminución de la productividad del trabajo y del resto de los factores productivos.

Así también, otros colegas argumentan que el efecto podría ser ambiguo dependiendo de la fragilidad o fortaleza de las instituciones de los países, su nivel educativo, y cómo la corrupción influencie el nivel y crecimiento de la inversión pública y el déficit fiscal. 

Estudios recientes para países del centro y este de Europa se orientan en este sentido. 

¿Qué dicen los datos? 

Primero, es dable aclarar que resulta difícil medir la corrupción. 

Existen diversos índices como el de Transparencia Internacional o el de la guía de riesgo país internacional (ICRG), que son mediciones basadas en percepciones subjetivas y rankings basados en ellas. 

Hecha la salvedad, la evidencia empírica sugiere, una vez tratados los efectos endógenos que emergen de la relación entre corrupción, crecimiento y otras variables asociadas, la corrupción posee un efecto no lineal temporal en el crecimiento económico. 

Cuando los países son pobres o incluso emergentes, el efecto neto de la corrupción sobre el crecimiento es negativo, y a medida que crecen y se desarrollan el efecto se desvanece o es compensado por otros factores que empujan el crecimiento, como el capital humano o la innovación. 

La Argentina, dada su pobre performance de largo plazo comparada con países asemejables, estaría del lado “malo” de la no linealidad.

Algo que de todas maneras habría que seguir testeando. 

Finalmente, ¿cuánto cuesta la corrupción al crecimiento? 

Resulta complejo dimensionar la magnitud de la corrupción en Argentina

Algunas dimensiones directas e indirectas podrían ser: El sobreprecio en obras públicas.

Suponiendo que las coimas hayan sido de solo el 20% de la obra pública y suponiendo un promedio de 3% del PBI en inversión pública por año, la corrupción habría costado en una década un 6% del PBI actual, alrededor de US$ 36 mil millones de dólares, equivalente al déficit fiscal total de hoy

Ineficiencias y no terminación de obras

Es difícil de dimensionar, implica que el volumen físico de las obras y por lo tanto la inversión pública ha sido menor al medido en las estadísticas oficiales, más allá de la manipulación del Indec. 

Efectos indirectos. La ineficiencia e incompletitud en la realización de algunas obras a su vez tiene efectos indirectos negativos ya que los típicos efectos multiplicadores en términos de eslabonamientos hacia proveedores y consumo inducido han sido menores a los que hubiesen existido de realizarse correctamente las obras. 

La operación y el gerenciamiento de los servicios públicos que la infraestructura genera también se ven afectados por la sobredeclaración del gasto en inversión, así como la pérdida de calidad e ineficiencia de estas. 

Sobreprecio en los contratos del sector público con proveedores del Estado. 

Se destaca el conocido caso de las importaciones de gas, que han implicado no solo un sobregasto y por lo tanto una sobredimensión de la contabilización del gasto, sino también ha afectado el balance de divisas en años en que Argentina tenía un importante cuello de botella en su sector externo.

Sobrefacturación de importaciones del sector público. 

El déficit energético provocado en parte por las políticas de faltas de incentivos a la oferta interna pero también en el sobreprecio y sobrefacturación de importaciones de gas, como el ejemplo más conocido. 

El mecanismo de sobrefacturación de importaciones de combustible por parte del Estado de la gestión anterior, típico de los momentos de tipo de cambio dual o paralelo como el existente vía tipo de cambio blue desde 2009 y más acentuadamente desde la vigencia del cepo entre los años 2011 y 2015. 

Este mecanismo ha significado un descalabro de las cuentas públicas, externas y con efectos persistentes de largo plazo en la eficiencia del sector público y el crecimiento económico. 

Esos efectos implican una menor inversión y por lo tanto un menor crecimiento de largo plazo tanto del PBI como de su productividad.

Por lo tanto, los sobreprecios e ineficiencias detectados en la inversión, gasto y servicios públicos originados en el sistema de corrupción drenan las posibilidades de desarrollo del país, explicando en una parte importante nuestra fragilidad y decadencia. 


*Los autores son investigadores del Conicet y profesores de Crecimiento Económico en la Universidad de Buenos Aires.


fuente
“PERFIL.com”, 11.05.2018



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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

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Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

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Mendoza, 11 de noviembre de 2009.