12 nov 2017

ARGENTINA PARA...






ARGENTINA PARA…

(REPARAR)/REARMAR







¿Cómo cambiar cuatro décadas de fracasos en unas pocas semanas?

Mauricio Macri apura las reformas, pero los gobernadores se resisten. 

Algunos habían ido a Casa Rosada con ánimo belicoso, pero el Gobierno resignó posiciones y se salvó la reunión


Por Silvia Mercado 
Mauricio Macri reunido con gobernadores esta semana en Casa Rosada
 Mauricio Macri reunido con gobernadores esta semana en Casa Rosada

En la edición definitiva de su Breve historia de la Argentina contemporánea 1916-2016 que Luis Alberto Romero acaba de publicar, el enorme historiador dice algo inquietante: el país conformado a fines del siglo XIX fue vital y conflictivo, con una economía relativamente próspera, capaz de dar empleo a los sucesivos contingentes que se incorporaron a la sociedad, la inmigración extranjera primero, los migrantes internos luego, los migrantes de los países limítrofes en último lugar. 
Fue una Argentina que generó una ciudadanía informada, activa y participativa, pero todo eso cambió en la década del 70, "cuando se convirtió en (un país) decadente, exangüe y mucho más conflictivo".
"El 'Rodrigazo' de 1975 inició un proceso de empobrecimiento y de redistribución regresiva del ingreso, que fue profundizado por otros colapsos, cada vez más profundos, en 1982, en 1989, en 2001 y en los últimos años del kirchnerismo, que jalonaron la gran transformación. 
Los cambios beneficiaron a algunos, sobre todo a quienes tenían una relación privilegiada con el poder, pero hubo una masa de afectados que sucesivamente quedaron sumergidos en la desocupación y la miseria. 
El resultado fue una sociedad fragmentada y segmentada, en la que aquellas clases medias que supieron caracterizarla pesan cada vez menos", concluye.
Romero no pasó los tiempos K -a los que le dedicó un capítulo que tituló "Una oportunidad perdida"- alejado de las pasiones
Por el contrario, en el último mandato de Cristina Kirchner se abocó a escribir  y dar conferencias para aventar -si perduraba el kirchnerismo- el final definitivo de la sociedad plural y generadora de oportunidades que él conoció cuando joven. 
Los que rondamos los 40 o 50 años ni siquiera vimos ese país conflictivo pero con pleno empleo y prácticamente sin pobreza.
Se trata de la Argentina que le tocó gobernar a Mauricio Macri, una sociedad estancada, que no puede generar ascenso social, donde el Estado se transformó en una máquina de impedir al que quiere crear riqueza genuina.

Si el país no hubiera caído tan bajo, si la barbarie no cruzara todos los estamentos, probablemente alguien carente de tradición política jamás hubiera ganado las elecciones presidenciales en el 2015, ni habría podido frenar cualquier ilusión de "vamos a volver" en las legislativas del 2017.


Parte del problema que tiene el peronismo es que no puede hacerse cargo del desastre que dejó, aunque no todos son así. 
"Más que unidad, los peronistas tenemos que hacer una purga", comentó a Infobae un hombre que  ocupó alguno de los más relevantes cargos en el Ejecutivo, milita desde la década del 70  y hoy trata de entender de qué se trata el nuevo ciclo  iniciado con Cambiemos, oteando un futuro posible.
Es en este contexto de incertidumbre que el Gobierno nacional apura un acuerdo con los gobernadores, mayoritariamente opositores. 
No se trata de un asunto menor. 
Se busca volver a  discutir, a la luz de una dramática historia de fracasos, la relación entre la Nación y las provincias, un conflicto que está en los orígenes de nuestra República.
Macri está ansioso por liberar a la economía de un sinnúmero de ataduras que impiden desplegarse y apuesta a que le crean sus pronósticos de crecimiento potencial
De otro modo, nadie aceptaría hacer cambios. 
El ánimo de un gobernador de provincia mediana que hasta aquí, más o menos, vino pagando los sueldos, se pregunta  ¿para qué subir impuestos allá, bajar acá, gastar horas en conversaciones para sacar esto y poner lo otro? 
Le están pidiendo cambiar a verdaderos dinosaurios del poder, que hicieron de la inmutable capacidad de quedarse en el mismo lugar, casi una religión.
Al Presidente no le queda otra que convencerlos. 
Necesita sus votos en el Congreso, pero también su voluntad para que reduzcan el tamaño del Estado que gobiernan, algo que parece sencillo hasta que se constata que es lo único que jamás sucedió desde el inicio de la democracia.
Fuente
“infobae”, 12.11.2017
 

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.