16 mar 2020

TRAS LOS DISCUROS Y RELATO… HAY QUE GOBERNAR








TRAS LOS DISCUROS Y RELATO…
HAY QUE GOBERNAR






Un inesperado golpe al corazón de la estrategia kirchnerista



                                                                                       
                                                                                      
 Fuente: Archivo - Crédito: Rodrigo Néspolo / LA NACION


14 de marzo de 2020


Los alfiles económicos del kirchnerismo mantuvieron reuniones amenas con sus colegas de otras costas ideológicas durante casi todo el segundo semestre del año pasado. 

Eran focus groups que repartían el tiempo en críticas a la gestión de Mauricio Macri y en la confrontación de ideas con gente que pensaba distinto. 

En la hendija de ambos vectores emergía un solo temor: el frente externo.

En el lenguaje de los economistas, así se llama al desbalance entre los dólares que necesita la Argentina y los que puede conseguir de manera genuina a través de su actividad sin acudir, por ejemplo, a prestamistas foráneos como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Casi como un desafío al destino, los técnicos del Frente de Todos provocaban con que a ellos no les iba a pasar lo mismo que a Macri porque estaban al tanto del problema. 

Esa convicción comenzó a trastabillar esta semana. 

A tal punto que llegó a las conversaciones que mantuvo el ministro de Economía, Martín Guzmán, con su grupo más cercano de asesores, compuesto por Raúl Rigo, Haroldo Montagu, Roberto Arias, Viviana Salas y Diego Bastourre. 

El propio Rigo tenía la misión de transmitir ese estado de situación en la reunión interministerial que se hizo ayer.

La pandemia le trajo a Alberto Fernández un desafío inesperado: gobernar con menos dólares de los que tenía previsto.

Es una experiencia que incomoda al kirchnerismo: Néstor Kirchner no convivió con ese problema por el auge de los commodities, y Cristina Kirchner disfrutó el fin de esa estela en su primera presidencia, el mejor de sus dos mandatos. 

Cuando terminó la abundancia comenzaron los problemas cambiarios que derivaron en el cepo.

Asientos vacíos durante un vuelo de Singapur a Bangkok el 4 de marzo de 2020. El turismo internacional es una de las apuestas del Gobierno para traer dólares, pero está afectado por el coronavirus.


Asientos vacíos durante un vuelo de Singapur a Bangkok el 4 de marzo de 2020. El turismo internacional es una de las apuestas del Gobierno para traer dólares, pero está afectado por el coronavirus. Fuente: Reuters - Crédito: Samuel Horstead



El dólar es la respuesta a casi todos los males electorales, objetivo último que persigue el hombre de la política. 

De él dependen la competitividad de la economía argentina, el riesgo de devaluación involuntaria, la inflación y la capacidad de pagar la deuda soberana.

En la mirada del Frente de Todos, al principio de la gestión el dólar era la única cuenta que cerraba en una economía maltrecha. 

La herencia positiva de Macri, le decía Sergio Massa, uno de los socios fundadores de la coalición que gobierna.

Uno de los puntales del plan oficial es la compra de los dólares excedentes de la economía a través del BCRA, el único organismo en el país que tiene libre acceso a la divisa por la vigencia del cepo cambiario. 

Para eso es necesario que sobren divisas.

Macri cerró el año pasado con un superávit comercial cercano a los US$16.000 millones. Guzmán estaba convencido de que podría elevar ese número hasta los US$20.000 millones, en parte, por el tipo de cambio competitivo que dejó la gestión anterior. 

Otra herencia positiva de Macri, al menos desde los ojos de la Casa Rosada.

La crisis derivada del coronavirus hizo estallar esos cálculos. 

El campo es el mayor generador de dólares de la Argentina. 

En ese firmamento, la soja es la estrella más brillante, con un 40% de las ventas al exterior.

El precio de la tonelada cayó en la crisis sanitaria desde unos US$350 a US$315.

Números preliminares del sector privado estiman que habrá que anotar un recorte superior a los US$2500 millones por ese lado.
                                                                                 
 Fuente: LA NACION - Crédito: Pablo Corradi


Las cosas podrían ser peor en el futuro. 

El Frente de Todos subió las retenciones a la soja. Marina Dal Poggeto, directora ejecutiva del Estudio Eco Go, predica que la economía se mueve por precios. 

Desde esa mirada, cuando el productor se siente con el papel y el lápiz para definir la campaña que derivará en la cosecha del año próximo, tendrá un menor precio internacional, al que le restará más por retenciones y también por el tipo de cambio (está obligado a vender dólares en el mercado oficial, pero si quiere comprar, tendrá que ir al blue).

A la crisis se le suma la política. 

La suba de las retenciones disparó el enojo de los productores. 

Algunos economistas sostienen que no es desdeñable el papel que puede jugar la molestia del chacarero con el kirchnerismo al momento de decidir cuánto invierte. 

Ya se sabe: el homo economicus también tiene corazón. 

Pensar en 2021 pone sobre la mesa otra cuestión que ya se discute en el Frente de Todos.

El coronavirus le hace daño a la economía, pero si se extiende, el golpe puede ser mayor. 

En parte, porque la gestión de Alberto Fernández aún vive de los flujos y stocks que se generaron en la de Mauricio Macri, algo que no durará para siempre. 

En términos esquemáticos: hoy se cosecha la siembra del año pasado y el próximo, la de éste.

Dicho de otra manera: la economía del futuro encontrará su fundamento en las decisiones del Presidente. 

El plan original del Frente de Todos también estalla en el terreno de la energía. 

Una de las grandes apuestas de Fernández era potenciar el desarrollo de Vaca Muerta, la formación de recursos petroleros no convencionales de clase mundial, a la altura de geologías como las de Rusia y Estados Unidos, con potencial para ser una gigantesca fábrica de dólares.

Esta semana el petróleo tuvo la peor caída desde la guerra de Irak, en 1991. 

Otra vez hay que recurrir a la idea del precio.

Si baja, hay menos interés por producir.

El consorcio YPF-Chevron produce en Vaca Muerta a un costo de US$35 por barril, pero los petroleros dicen que una nueva inversión derivará en un costo por encima de los US$50.

Aunque es una industria que mira al largo plazo, también es cierto que nadie querrá poner en marcha proyectos nuevos para perder plata.

Por ahora, los petroleros reciben en el país un precio mayor que en el resto del mundo, pero difícilmente eso alcanza para convencerlos.

La última mala noticia la dio el turismo, otra nave que el Frente de Todos quería convertir en insignia. 

Lo tenía claro Matías Lammens, que aceptó su cargo porque le endosaron el área a lo que iba a ser solo la cartera de Deportes.

Con un tipo de cambio competitivo -la Argentina es cara para los que viven aquí, pero barata para quienes vienen de afuera-, la Casa Rosada descontó un mayor ingreso de dólares por Ezeiza. 

Los números del Indec muestran que en enero pasado llegaron 314.000 turistas extranjeros al país por vía aérea, un 7,4% menos que en el mismo mes del año anterior. 

En la comparación total, la llegada de turistas fue mayor, pero los que vienen en avión suelen ser los mejor predispuestos a gastar en moneda dura.

Todos en Economía reconocen que el efecto de la pandemia en el nivel de actividad será malo, aunque el nivel de daño depende de la duración del problema. 

La dificultad adicional es que en una economía maltrecha, el virus acelera los tiempos en que se muestran las debilidades de las cuentas públicas. 

Un colaborador cercano de Guzmán se preguntaba esta semana : ¿Qué Plan Marshall podemos aplicar nosotros? 

Fuente
“LA NACIÓN”, 14.03.2020
(Facebook, Ateneo Arturo H. Illia, 15.03.2020)

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.