Pero, posiblemente el presidente no sepa o no le han contado, que en Santa Cruz se ha generado la mayor desocupación por despidos directos de trabajadores argentinos desde el propio Estado.
Es decir, la propia provincia kirchnerista, cuna del partido que lo llevó como candidato a la presidencia, con la hermana de Néstor en la gobernación, se transforma en la primera miserable en el ranking de miserables, al admitir que los intendentes de su propio partido, hayan echado cientos de empleados municipales, ella misma ordenado bajar cientos de contratos en la administración pública central y todo ocurrió pocos días antes de empezar esta emergencia pero nadie se conmovió (hasta el momento) por ponerle una pausa a pesar del caos que vivimos.
A pesar de la desesperación que hoy viven miles de familias de esos trabajadores despedidos, ni sus intendentes, ni ella ni nadie, tuvo la grandeza de volver para atrás sus decisiones y dejó abandonado a miles de familias que Fernández ayer defendió de los “miserables”.
Alberto Fernández no sabe, por ejemplo, que intendentes como Pablo Grasso, de Río Gallegos, Osvaldo Maimó de Pico Truncado y Fernando Cotillo de Caleta Olivia ni bien asumieron el cargo despidieron cientos de trabajadores, solo por cuestiones meramente políticas.
La gobernadora, ha avalado con su silencio los despidos de empelados municipales, sin recordar en su último discurso que ha sido el propio Estado provincial el miserable que tan bien describió el presidente ayer.
Pero si vamos un pasito más allá, el presidente se pegó un tiro en el pie cuando trató de miserables a los empresarios y se olvidó que él puso a Aníbal Fernández al frente de YCRT con la única y principal tarea de despedir a 417 trabajadores, argumentando que no estaban nombrados legalmente y desconociendo que todos los interventores K anteriores, nombraron de la misma forma a gente en la misma empresa.
Hace pocos días la UTE Represas Patagonia, echó a 10 choferes y dejó en la calle a 10 familias, por una reacción de gente a quienes obligaban a trabajar en condiciones de alta inseguridad y les negaban el derecho de hacer la cuarentena en sus hogares.
Ni hablar de las mineras en la provincia, que han reducido el personal y los han enviado a sus casas, con la posibilidad de que no sean llamados nunca más a ocupar sus lugares de trabajo y si el presidente quiere hilar más fino, el propio Consejo Provincial de Educación de la provincia de Santa Cruz, dejó sin trabajo a una docente de Gobernador Gregores, porque a alguien se le antojó bajar el cargo del 2º grado en la escuela donde cumple sus tareas profesionales.
Es decir, la miserabilidad a la que hace mención Alberto Fernández es real y concreta en el ámbito privado, pero es mucho más notoria y preocupante cuando los miserables ocupan cargos en el propio Estado y producen los despidos por razones políticas, partidarias y/o para generar lugares que ocuparán los elegidos de esos funcionarios miserables, que el presidente no ve o no quiere ver.
(Agencia OPI Santa Cruz)
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