FRANCIA
EDAD JUBILATORIA / GASTO PÚBLICO
Agnès
Verdier-Molinié
"No decir que hay que
retrasar la edad de jubilación es populismo"
París
Lunes, 1 abril 2019
Agnès Verdier-Molinié, directora de la Fundación para la Investigación sobre las Administraciones y Políticas Públicas
PATRICK KOVARIK
"Musa
del liberalismo" para Le Monde y Le Figaro. "Látigo
liberal" para Le Canard enchainé, Agnès Verdier-Molinié encarna
el liberalismo en el país menos liberal de Europa, Francia.
Llegó al iFRAP
no por su estudios en Historia económica contemporánea sino por su paso por el
periodismo.
Para ser el rostro de la Fundación para la Investigación sobre las
Administraciones y Políticas Públicas.
Hoy da la
cara y lo preside.
Interlocutora respetada del Elíseo y de la oposición.
Más
popular que casi todos los ministros. Habitual de los programas de debate,
temida por su preparación.
Vende decenas de miles de libros.
Hija de
viticultores de Burdeos, 40 años, casada con un consultor, madre de dos niñas.
Se sienta con un grupo de corresponsales extranjeros en la sede de su
Fundación.
Inseparable de su cazadora de cuero, tono y dicción impecables,
apoya sus énfasis con las manos y fija a sus interlocutores con sus ojos
claros.
-Usted
dice que Francia es un país a reformar pero las reformas de Macron, elegido con
ese lema han incendiado la calle. ¿Qué opina de los chalecos amarillos?
*Los franceses están
decepcionados: esperaban una bajada de la presión fiscal que no ha llegado. El
descontento no es porque Macron aplique su programa sino porque no lo aplica.
No baja ni el gasto público ni los impuestos. Los chalecos amarillos, al menos
al principio, eran gente que trabaja y que está machacada por el impuesto.
Macron arrancó su campaña en 2016 prometiendo bajar un punto los impuestos.
Pero, según las perspectivas económicas, en 2022 estaremos en el mismo nivel.
¡Y eso si el Gobierno hace todo lo que dice! El sistema hace mucha comunicación
sobre las bajadas [de impuestos] y ninguna sobre las subidas. Pregonaron la
bajada de la tasa de habitación pero callaron la subida del carburante.
Pensaban que unos céntimos sobre el litro de carburante colarían, pero el
hartazgo fiscal es máximo. Estamos al límite de aceptación del impuesto sobre
el trabajo, sobre el capital, o el carburante. No vieron que la gente no iba a
consentir. Luego llegaron los violentos, la proliferación de manifestaciones
los sábados...
-¿Encontrará
Macron la salida de la crisis en el Gran Debate?
*No es mala idea. Hablar de
servicios públicos y de reformas de manera reflexiva es bueno para Francia. Necesitamos
hablar de eso. Me preocupa que se hable sin datos correctos. Se oye que hay
franceses que ganan mucho y no pagan impuestos. Es falso. El 10% que más gana
aporta el 50% ¡Y se entra en ese 10% a partir de 4.500 al mes! Macron ha
reducido la presión fiscal sobre el capital. Está bien pero no es suficiente.
Se oye a la Francia Insumisa pedir subir el impuesto de sucesiones cuando
Francia está en el nivel más alto de los que lo conservan. Suecia, Austria,
Australia, Canadá, Israel o Portugal han dejado sucesiones en cero. Y hay
muchos parlamentarios de la mayoría que caen en esta trampa.
-¿Cuál
serían las medidas que usted propone para salir de la crisis?
*Bajar el gasto público. Esa es la
buena idea. La carta que Macron escribió a los franceses tenía que haber dicho
que para bajar los impuestos hay que reducir el gasto y pedir ideas. Las
pensiones (310.000 millones de euros) y la masa salarial de la función pública
(300.000 millones) son dos grandes capítulos del gasto público. Y no se ve
estrategia alguna del Gobierno en ninguno de ellos.
-¿Cómo se
reduce el gasto público?
Bajar el gasto es muy sencillo: hay
que retrasar la edad de jubilación a 65 años. Los alemanes se jubilarán en 2029
a los 67. Es tan evidente que no hay discusión posible. No decir que hay
que retrasar la jubilación es populismo y no digamos proponer los 60 años. Con
eso se ahorra entre 20 y 25.000 millones de euros. Hay una gran hipocresía: los
políticos hacen como que no comprenden. Cuando dices a los expertos del
ministerio de Finanzas que hay que bajar las tasas que pesan sobre la
producción industrial te responden que para eso hay que retrasar la jubilación.
Macron se equivocó en campaña diciendo que no era necesario. Debería
preguntar a los franceses en referéndum: ¿Qué prefiere usted: congelar las
pensiones hasta 2025 o retrasar la edad de jubilación? De hecho, no hay
elección. El gasto en pensiones es tan elevado no queda dinero para invertir en
futuro.
-¿Sólo
eso?
*El segundo capítulo para
economizar es bajar la masa salarial pública. El gasto salarial de la función
pública francesa es 12,5% del PIB; Alemania está en el 8%. Aquí hay un
problema, mucha gente que trabaja poco. Les pagan demasiado para las horas que
hacen. Muchos funcionarios locales no trabajan más que 32 horas semanales.
Hay un absentismo enorme como hemos estudiado en iFrap: En el ayuntamiento
de Montpellier, el promedio es 38 días de baja al año, además de vacaciones; en
Amiens, hace tres años los funcionarios faltaban 49 días al año. En cambio, los
contratados sólo faltan 15 días al año. Hay un problema de productividad en
el sector público del que nadie quiere hablar. El Gobierno también hace
cosas bien. Van a obligar a los trabajadores públicos a trabajar 35 horas.
Todos los funcionarios de los países vecinos trabajan más horas que los
franceses. No es una cuestión genética, los trabajadores independientes
(abogados, médicos, enfermeros..) trabajan más que los de los países de
alrededor. Encima está supertasado. Tenemos un estudio: los autónomos en
Francia pagan un 42% (entre impuestos y cotizaciones); en Alemania, Holanda o
Reino Unido no llegan al 30%.
-Macron
prometió suprimir funcionarios.....
*Prometió suprimir 120.000 puestos
en la función pública en su mandato. En 2018, la administración del Estado ha
eliminado 1.600 y en 2019 prevé otros 4.200. Los franceses eligieron a
Macron porque era joven y diferente: un emprendedor que iba a permitir
superar los bloqueos de Francia. Pero está preso entre su fibra emprendedora y
su fibra administrativa que, de momento, pesa más.
-¿Votó
usted por él?
*Todo el mundo le votó... En la
fundación hicimos un estudio sobre su programa y vimos que no resolvía las
cosas pero tampoco las agravaría. Su promesa de llegar de bajar el paro al
6% en 2022 parece comprometida porque sus propuestas económicas no se están
llevando a cabo.
-¿Da el
quinquenio por perdido?
*No. Nunca está perdido. Hay
muchos problemas pero Francia es un gran país. Ya pasamos un quinquenio con
François Hollande, que quería subir [el tipo máximo] al 65%
-Macron
heredó una mala situación, dice el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, que se
remonta hasta las 35 horas.
*Dicen que no tienen margen de
maniobra. Eso es parte del problema. Si las 35 horas son el problema, qué le
impide anularlas en la legislación laboral. Dicen que Macron ha conseguido
adormecer a los sindicatos pero no es verdad. Las reformas que ha hecho no
molestan mucho a los sindicatos. Utilizó decretos para permitir a las empresa
negociar con los sindicatos una rebaja de las horas extra. La idea genial era
que todo se negociara en las empresas pero hay poquísimos acuerdos... Hay una
solución fácil que yo proponía en mi libro "Lo que debe hacer el próximo
presidente": pasar de 1.607 horas anuales 1.725/50 para ponernos en la
media de los países europeos. Cómo pueden decir, 'somos los herederos de las 35
horas' y no hacer nada.
-Macron
heredó una mala situación, dice el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, que se
remonta hasta las 35 horas.
*No creo que deba haber un salario
mínimo europeo. Por qué aplicar a escala europea un sistema que no funciona en
Francia. Porque, como en Francia se trabajan menos horas, somos el país más
caro tras Luxemburgo [en costes laborales]. Propone un salario mínimo europeo
pero no habla de jornada. ¿40 horas para todo el mundo? ¿Qué país del mundo va
sabotearse como hizo Francia? Ninguno. Muchos franceses creen que su modelo es
el mejor y lo proponen a otros. Debiéramos tener la humildad de ver qué hacen
otros. Por ejemplo, Suiza y Suecia han adoptado el freno de endeudamiento: en
tiempos de crecimiento no pueden incurrir en déficit. Puede haber déficit
coyuntural pero no estructural. No lo han hecho para agradar a la zona euro en
la que no están. Lo han hecho porque es bueno para la soberanía y la libertad
de su país. Es una paradoja que quienes desprecian las finanzas sean los
primeros en ponernos en manos de los mercados financieros. Endeudarse es perder
libertad. Además el 60% de la deuda francesa, está en manos de no residentes.
Así que a término hay una cuestión de soberanía.
-¿Le
parece una buena idea el salario mínimo común europeo que ha propuesto Macron?
*Hay que desconfiar de las
armonizaciones. Irlanda tiene un impuesto de sociedades bajo porque es una isla
y pocos empresas van a instalarse allí.
-¿Está a
favor de una tasa europea a los GAFA? ¿Debe ir Europa hacia una armonización
fiscal?
*La fiscalidad ya es injusta. Todo
el tiempo. El 10% de los franceses que más gana paga la mitad de los impuestos
de Francia ¿No es injusto? Todo es injusto en materia fiscal. La fiscalidad
justa es que cada uno pague el mismo porcentaje en relación a sus ingresos. La
fiscalidad progresiva ¿es justa? Los que hacen investigación pagan menos
impuestos. Pero si tu empresa está en un sector en el que no se puede hacer
investigación paga más ¿no es injusto? Lo que no se puede es imponer nuestro
infierno fiscal a todos nuestros socios europeos. No se puede imponer a los
españoles las tasas de aquí. Si queremos una armonización fiscal tiene que
haber un techo de impositivo máximo: 42%, por ejemplo. Nosotros estamos tres
puntos por encima. Yo propuse que, además de las reglas del 3% de déficit y del
60% de deuda, que encima no se respetan, se fije un máximo de impuestos y de
gasto público. Mientras Francia no haga dos revoluciones -bajar impuestos y
gasto público- nada cambiará ni en el desempleo ni en la competitividad de las
empresas.
-¿Y por
qué Francia no invita a las multinacionales a instalarse aquí y que paguen
menos impuesto?
*He tenido muchas proposiciones,
algunas recientes. Pero siempre he dicho no. Porque es muy difícil tener la
certeza de poder defender estas ideas si entras en un aparato político.
-¿Contempla
un destino político?
*Voilà, jeje. De momento, creo que soy
más útil en la Fundación, fuera de la política, haciendo propuestas, con mi
lado un poco disruptiva.
Fuente
“EL MUNDO”, España,
01.04.2019
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